Pimosa gestiona la residencia de Ponte, que pasa a llamarse Vitalar

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

miguel souto

La empresa noiesa alquiló el geriátrico silledense, que estuvo en venta

06 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La residencia de la tercera edad Fogar de San Miguel, ubicada en la parroquia de Ponte, en Silleda, inició una nueva etapa de la mano de la empresa Pimosa Servicios Integrales, con sede social en Noia. Adrián Mosquera, director del geriátrico, destaca el amplio historial de la firma barbanzana, creada hace doce años, «en el sector sociosanitario, ayuda a domicilio y acompañamiento en el hospital». En las instalaciones de Ponte, apunta, «vimos potencial» y anuncia que se acometerán algunos cambios.

La atención, explica Mosquera, está centrada en la persona con varios servicios, entre ellos los de la educadora social que ya estaba en el centro y añadirán el de fisioterapeuta con un trabajador externo. Como objetivo figura convertir el centro «en un lugar para vivir. Hay que aprovechar que el sitio se presta, es más pequeño que una gran residencia y aprovecharemos esa familiaridad». Y a esa filosofía obedece también el cambio de nombre que la empresa está llevando a cabo para marcar una nueva etapa. La residencia pasa a llamarse Vitalar Fogar Residencial.

El geriátrico silledense mantiene en estos momentos las 18 plazas con las que cuenta, pero el proyecto a corto plazo implica ampliar ese número. «Calculamos que en un plazo máximo de cuatro o cinco años poder llegar hasta el número máximo de plazas que podríamos y que serían 24», dijo. La gestión por Pimosa empezó hace un mes.

La empresa noiesa alquiló las instalaciones «unos 20 años» con la intención de quedarse mucho tiempo. El centro residencial privado se había inaugurado el 29 de julio del 2009.

En septiembre del año pasado las instalaciones del Fogar de San Miguel se pusieron a la venta. En el portal de Idealista los propietarios pedían 850.000 euros por una casa independiente que cuenta con 777 metros cuadrados construidos y 680 metros útiles y dispone de nueve habitaciones dobles. En la promoción de esta propiedad inmobiliaria, se apuntaba que la edificación, destinada a residencia, consta de dos plantas construidas en una finca que cuenta con una superficie de 4.300 metros cuadrados.

En la planta baja se ubican cinco habitaciones dobles, seis baños, sala de enfermería, sala de curas, gimnasio, comedor, sala polivalente, cocina industrial con despensa, patio interior cubierto y una oficina. En la primera planta se emplazan otras cuatro habitaciones dobles y dos baños y en el sótano estaba habilitada una zona de lavandería, tendedero, espacio de almacenaje y congeladores en un inmueble que dispone de ascensor.

En el exterior, la amplitud de la finca, que cuenta con árboles frutales y robles americanos, permite disponer de una gran zona de paseo, un lago artificial, un jardín y espacio con bancos y mesas para el disfrute de los residentes en los meses de buen tiempo.

A las características del inmueble y la finca se suma su ubicación, a escasos kilómetros de la AP-53. Las instalaciones estuvieron abiertas como centro geriátrico desde el 2009 bajo la gestión de la familia propietaria y que promovió su construcción.

Las 18 plazas están ocupadas y se espera crecer hasta las 24

El centro mantiene en estos momentos las 18 plazas con las que cuenta pero el proyecto es crecer un poco más. Mosquera explica que «calculamos que en un plazo máximo de cuatro o cinco años podremos llegar hasta el número máximo de plazas que podríamos tener y que serían 24».

En cuanto a la procedencia de los residentes, señala que «la persona que procede de más lejos es una señora que es de León, la mayoría son de aquí, porque la gente lo que busca cada vez más es la proximidad», significando que «mucha gente de Silleda pide poder venir para aquí».

A la cercanía se suman unas instalaciones con unos exteriores bonitos y el hecho de ser un centro pequeño que también invita a ese ambiente de familiaridad que busca la empresa.

Enfermero, además de director, Adrián Mosquera pone en relieve las condiciones del centro, que cuenta con una zona verde importante y que se presta para la realización de actividades y el disfrute por parte de los residentes. Pimosa Servicios Integrales ya está llevando algunas obras en el centro y espera acometer más. Una de ellas consistirá en «darle un repasiño a los exteriores».

Son unas zonas verdes y unos exteriores que, destaca Mosquera, «tienen mucho potencial». En la entrada harán también trabajos de mejora y se están efectuando cambios de material.

Se mantiene la anterior plantilla, con nuevas incorporaciones

En estos momentos, reconocía ayer Adrián Mosquera, el personal de la anterior etapa del geriátrico se mantiene. A esos trabajadores se sumaron algunas contrataciones nuevas «porque eran necesarias». En estos momentos son diez personas. Entre ellos siete trabajadores de gerontología, la educadora familiar, la fisioterapeuta —que es externa— y el director.

Mosquera resalta la labor de Pimosa, que ofrece en estos momentos servicios de ayuda a domicilio o acompañamiento en hospitales, todos ellos desde el ámbito privado, personas de la comarca de Barbanza y también en el entorno de Santiago. Afirma que «por suerte, en la empresa tenemos muy buena fama». Aduce que fue conseguida y cultivada con el trabajo desarrollado en los últimos doce años y espera que «la residencia de Ponte se sume a esa buena fama».