El verano dispara el número de visitas en las residencias de la zona

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

E CUIÑA

Algunas habilitaron espacios extra para poder incrementar la entrada de familiares

03 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya pasó en julio, pero está creciendo aún más en agosto. Con las vacaciones se incrementaron de forma exponencial las visitas a los mayores de las residencias de la zona. Agosto es el mes de descanso por antonomasia, y de ahí que las cifras continúen creciendo. En la residencia de As Dores de Lalín, su directora, Lorena García, explica que «hay personas que están en el extranjero, vienen este mes de vacaciones y quieren venir todos los días a ver a su familiar, para aprovechar el tiempo que estén aquí». En el centro intentan dar respuesta a las familias y para abarcar la demanda habilitaron espacios como el jardín ampliando la dotación de mobiliario y la zona de aparcamiento de la entrada, que cuenta con una amplia explanada, para poder tener los encuentros al aire libre.

En el resto de las residencias de la zona pasa algo similar. En la residencia de Silleda, su director, Paula Guzmán, apunta que «estamos desbordados». Resalta que «hai que ter en conta que hai residentes que ten fillos fora e que coa pandemia levaban moito tempo sen poder vir». Como ejemplo pone el de una persona que reside en Suiza «e que levaba dous anos sen poder vir á residencia a ver a súa nai».

De Francia, de Suiza, de Venezuela o de Portugal llegan también otros visitantes, junto con los que se desplazan desde otros puntos de España. Si el verano es ya siempre un tiempo de visitas, este mucho más, después de las estrictas restricciones del covid que dejaron a muchos hijos sin poder ver a sus padres mucho tiempo.

La directora de la residencia de Vila de Cruces, Rocío Carbón, cifra en 50 o 60 el número de visitas que tienen a la semana de personas llegadas de toda España. «Hoy llamaron de Portugal para venir a ver a un familiar». En estos momentos el acceso a la residencia se permite siempre con cita previa y si antes cada mayor solo podía tener a una persona de referencia que lo visitase, ahora puede ir cualquiera y la única restricción es que no vayan más de dos personas a la vez. En la residencia cruceña todos los mayores son gallegos pero hijos y demás familia están repartidos por el mundo y, en general, es en verano cuando regresan y pueden ir de visita.

Hace ya tiempo que el contacto físico está permitido y regresaron los abrazos a las residencias. En la residencia de Silleda apuntan que la media es de ocho a diez visitas diarias.

Crecen también las salidas. A las que realizan los residentes por su cuenta se suman las de los familiares que acuden al centro y lo llevan. En algunos centros pueden salir todo el día, pero si duermen fuera, tendrán que estar un mínimo de cinco días fuera del centro y realizar a la vuelta un test de antígenos. En alguna otra el límite de salida es de cinco horas fuera de la residencia.

Son mucho más numerosas las salidas de unas horas que las estancias fuera, también porque en muchos casos, el mayor por su situación necesita una atención que es difícil prestarle en casa. Hay quien se va a pasar el día a la aldea para estar con la familia y regresa para dormir.

No todas las residencias cuentan con servicio de respiro familiar, pero sí existe la posibilidad de ingresos voluntarios temporales, normalmente de 15 días o un mes y de ahí para arriba. En las residencias de la zona llevan recibiendo llamadas y peticiones de este tipo desde el mes de mayo o junio, que se intensificaron mucho más ya en julio y ahora, en el arranque del mes de agosto.

En la residencia Domusvi de Lalín, su directora Lorena López, explica que «nos llama mucha gente, solicitando fines de semana, días sueltos, o quincenas».

Muchas de esas llamadas procedente de ciudades como Vigo y A Coruña. Conseguir plaza en la mayoría de las residencias de la zona no es fácil, y en algunas es imposible. En la residencia de Vila de Cruces no tienen servicio de respiro familiar pero si la posibilidad de estancias temporales pero el centro está completo. Lo mismo pasa en la residencia de As Dores que hay demanda para respiros y también de plazas a largo plazo pero el centro no solo no tiene vacantes sino también una larga lista de espera.

En la residencia de Silleda desde mayo solo tuvieron sitio para tres respiros. Hay opción de estancias quincenas y mensuales pero no hay plazas. Una situación similar se vive en otros centros de la zona que comentan que reciben muchas peticiones, algunas con situaciones urgentes.

Los centros de día facilitan una atención diurna, de unas horas. En la residencia de Silleda es de 8.00 a 20.00 horas. Un tiempo que las familias también aprovechan para poder realizar alguna pequeña salida. En la residencia Domusvi algún caso son usuarios del centro de día que se quedan en la residencia un fin de semana.

Las familias, apuntan, en algunos de los centros de la zona, demandan en muchos casos fines de semana largos, sumando a sábado y domingo algún día más como el lunes y el martes para tener la posibilidad de realizar una escapada.

El regreso de las familias hace también que muchos aprovechen las vacaciones para recabar en las residencias información y ver las instalaciones con la intención de estudiar el ingreso de un familiar, en algún caso que reside solo y que consideran que necesita ya una atención profesional.