Las visitas a internos deberán aguardar en la mayoría de residencias de la zona

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca A ESTRADA / LA VOZ

SILLEDA

Miguel Souto

Silleda abrió ayer con la primera de ellas, mientras en Lalín y A Estrada están pendientes del protocolo para hacerlo

26 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las visitas a internos en residencias volvieron ayer a la zona. La de Silleda ha sido la primera en abrir sus puertas, adoptando para ello todas las medidas de seguridad: serán un máximo de tres al día, de 30 minutos y para un familiar directo, por orden de ingreso de los residentes para fijar las fechas. A la entrada, se toma la temperatura al visitante, que deben desinfectar también el calzado, utilizar mascarilla y gel hidroalcohólico.

Otras residencias de la zona se irán incorporando en próximos días. Es el caso de la residencia de Vila de Cruces, que irá dando entrada a los visitantes por orden de solicitud. Ayer se habían planteado ya seis solicitudes, y el centro trabaja para acondicionar una dependencia para las visitas, con un estor intermedio de separación. La intención es permitir una visita por la mañana y otra visita por la tarde, con una visita por residente los primeros 15 días. Se hará una desinfección completa de la sala al término de cada una. Desde la dirección consideran la apertura de visitas una decisión un tanto precipitada, y hasta finales de semana no prevén que puedan llevarse a cabo.

Por su parte, la residencia de mayores de A Estrada estaba ayer por la mañana con la autorización de Sanidade pero pendiente de las directrices de la Dirección Xeral do Maior para fijar su protocolo de actuación, con algunas demandas familiares para acudir a ver a internos. Esperan que se haga esta semana. También As Dores de Lalín recaba más informes sobre la cuestión, con Sanidade y la Xunta. En Rodeiro, desde el Fogar Enxebre indican que está todo listo pero la dirección planteó a los familiares esperar a la apertura en la fase 3: «Cerramos antes y queremos abrir más tarde, y también los abuelos lo expresaron así, prefieren más tranquilidad», indicó el director.

«Tiña moitas gañas de ver a meu irmán e el tamén, por videoconferencia non é o mesmo»

Ayer fue una tarde de alegría para los hermanos Nogueira Vidal. Las restricciones a las visitas les separaron físicamente a principios de marzo y con la entrada en la fase 2 pudieron compartir en torno a 30 minutos en el jardín exterior de la residencia de Silleda, después de tomar todas las medidas de precaución y con una mesa entre ambos para mantener la distancia de seguridad: «Tiña moitas gañas de ver a meu irmán e el tamén a min, por videoconferencia non é o mesmo», señaló José tras departir con su hermano Antonio, uno de los primeros en ingresar a la residencia en su inauguración hace un año. «Non nos puidemos abrazar nin xuntar, estivemos a dous metros de distancia pero comprendo que debe ser así. Xa dicían os maiores ‘o que a rumbo anda, a rumbo lle sale’. Aquí xa retiraron as visitas cando empezou esto, e así están, que están todos ben», explica.

Fue tiempo ayer para interesarse en persona por la salud y para echar de menos las salidas de los domingos de Antonio para ir a comer a la casa de José en Laro, donde vive con su madre Florentina Vida, de 102 años. Ella, nacida en septiembre de 1917, también pudo ver a su hijo Antonio alguna vez por videoconferencia «pero emocionábase moito, é mellor que estea máis tranquila», señala José. Llegó ayer esta pequeña reagrupación familiar entre los dos hermanos, en una familia aún incompleta porque la pandemia ha cogido a la hija de José en A Coruña, donde trabaja. De nuevo las videollamadas prácticamente diarias sustituyen ausencias familiares por una enfermedad maldita que separa en lo físico tantos vínculos afectivos.