El debate político rueda sobre el césped de A Gandareira

Javier Benito
j. benito LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

Cedida

El PP habla del incumplimiento de las normas de seguridad y el alcalde de traición al cuestionar el campo

28 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si ayer hablábamos de buen feeling institucional en Silleda, entre el regidor socialista y el conselleiro de Economía, durante la inauguración de la red de calor, veinticuatro horas después el debate político ya con tintes locales toma el protagonismo. No por primera vez en los últimos tiempos por el campo de fútbol de A Gandareira rodaba la disputa entre PP y PSOE. Mientras los populares afirmaban que se incumplen las normas de seguridad el alcalde socialista tildaba de traición que los primeros llevasen mediante preguntas la situación de las instalaciones y la inversión realizada al último pleno de la Diputación, que financió en su totalidad las obras.

Pero vayamos por partes. El PP argumentó sus quejas por el incumplimiento de una normativa mínima de seguridad, con riesgo para los usuarios, por el peligro existente en la entrada principal por la que se puede acceder «a un pasillo sen proteccións e sen barandilla». Supone, dicen, riesgo tanto para niños como adultos de caer por un desnivel muy pronunciado de más de dos metros sobre el aparcamiento, sin protección para evitar caídas desde lo que parece una zona de descanso o que lleva a otra parte de las gradas. Remata sin protección, explicaron ayer desde el PP, «antes de chegar a outra parte da grada, cunha caída ó acceso da zona de vestiarios cun desnivel de preto de tres metros».

Aludieron a otras carencias en seguridad en el campo de A Bandeira, «xa que as dúas ladeiras instaladas nas beiras das gradas son tamén moi perigosas xa que non dispoñen de ningunha protección na súa parte superior, o que supón un grave risco de esbaramento para os rapaces e demáis afeccionados que se encontran na parte máis alta das gradas». Los populares cuestionaron además que las ambulancias van a tener que quedar fuera del recinto porque la entrada es demasiado justa o que no se dotase de un desfibrilador pese a la fuerte inversión realizada en las instalaciones, de 1,5 millones de euros. El portavoz popular, Ignacio Maril, mostró ayer su preocupación por estas carencias preguntándose quién se responsabilizará en caso de algún accidente e instó al gobierno local a solucionar esos problemas de forma urgente, «aínda que sexa a costa dos cartos de todolos silledenses». Consideró que el campo no puede estar abierta en sus actuales condiciones.

Mientras las críticas del PP se centraron en esas supuestas deficiencias, el alcalde socialista cargó en el plano institucional. Manuel Cuíña lamentó la obsesión del portavoz popular con esa obra en A Bandeira, una de las mayores inversiones del mandato en el municipio. Incluso calificó de traición a los vecinos que esta formación política llevase al pleno de la Diputación una serie de preguntas en el pleno del pasado viernes sobre la inversión costeada en su totalidad por el gobierno provincial.

«Non lle bastou con malmeter dende hai semanas e incluso o propio día da inauguración do campo senon que agora queren levar a súa guerra contra este Concello, contra os veciños, tamén a nivel provincial, poñendo en risco outras futuras grandes inversións para Silleda», criticó Cuíña, tildando de intolerable que «non sepa distinguir entre o xogo político e unha oposición leal, porque non todo vale». Y se preguntó si el PP hubiese preferido que la inversión se hubiese ejecutado en otro municipio.

Para el alcalde, «non é de recibo que o PP siga erre que erre cunha obra tan necesaria como agardada nun concello onde temos 22 equipos de fútbol e preto de 400 xogadores» y pidió que «deixe dunha vez a súa actitude demagóxica». Y a Maril le demandó «que non se esconda como fixo o día da inauguración e que se dedique a facer unha oposición leal e responsable».