Desalojados de casa por las velutinas en A Mera

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

cedida

Una familia dejó su finca en A Mera ante la aparición de un gran nido para cuya retirada están en «lista de espera»

25 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La familia de José Ramón Trabazo fue desalojada hace días de la casa que suelen utilizar en verano en A Mera (Silleda). No fue por impagos, ni por obras: fueron desahuciados por unas okupas que instalaron su nido bajo el voladizo del tejado, encima de una ventana que ha sellado con cinta americana por el interior para evitar que entren dentro del hogar. Descubrieron estas avispas velutinas un día mientras comían bajo una sombrilla en el exterior del inmueble, cuando el zumbido les hizo buscar protección a cubierto: «Deixamos alí os pratos e a comida, e recollinos de noite». Se acabó en ese momento el veraneo en A Mera, adonde solo va por las noches para dar de comer al perro, a sus gatos y gallinas. De recoger los pimientos y tomates, ya se olvidó. También se ve afectada la casa de su vecina por estas velutinas.

Peregrinación administrativa

Con este panorama, Trabazo buscó una solución. Acudió al Concello de Silleda, donde se enteró extrañado de la falta de Protección Civil en un municipio de referencia en ese ámbito en tiempos del desaparecido Manuel Barcala: «Foron moi amables, pero remitíronme á Xunta». Así que llamó hace días al 012, pero la respuesta sobre el terreno no llegó. Y la respuesta telefónica es que está en «lista de espera», asignada al Servizo Provincial de Conservación da Natureza. El afectado no cejó en su empeño: «O Parque de Bombeiros está a 50 metros en liña recta da casa, así que alá me fun a ver se podían vir». Pero la burocracia es la que es. Así que imposible: «Eu non entendo como non poden actuar porque non é da súa competencia, estando ao lado».

Así que nuevas llamadas al 012: la última ayer por la mañana, que tras reiterarle que sigue en esa lista de espera le ofreció cursar una reclamación telefónica. Tras aguantar en línea 15 minutos de reloj sin que ningún interlocutor lo atendiese, desistió.

Trabazo espera la respuesta de la administración. Pero busca ya una solución por sus medios: así que preparará un centenar de balines, rellenando su copa con un veneno para avispas, previo paso por el congelador para que llegue intacto al objetivo, el centro del nido: «Voulles tirar dende o garaxe, que está a 10 metros, a ver se poden entrar no niño. E dareille outro cento de balíns ao veciño, a ver se entre os dous conseguimos matalas». También se interesó por el servicio contra las velutinas de Aerocámaras.

Porque tiene muy claro que para erradicar el problema hay que exterminarlas a todas: «Se non, o que fas é pasarlle o problema ao do lado». Lo dice porque hace cuatro meses había aparecido otro nido en su finca, en un roble. La Xunta acudió entonces y lo retiró, pero sostiene que además de las avispas muertas otras quedaron «atontadas e foron cara unha silveira. Hai dúas semanas, o dono, veciño de Vilar, rozando o prado destrozou ese novo niño, e saíron por el. Menos mal que se tirou nun rego dunha presa, e aínda así con tres picaduras».

Trabazo no oculta su malestar con el proceder de la Xunta en relación a las velutinas: «Deben poñer todos os medios na loita contra estes bichos, porque vannos botar do país, nos invaden as casas».

Como en el Prestige

Cuestiona abiertamente las cifras oficiales de retirada de 50 nidos diarios, y cree que la Xunta «está dormindo neste tema, e non o toma en serio. Vai pasar como cando o Prestige, que os mariñeiros retiraron o chapapote. Imos ter que retirar nós os niños, porque nesto son uns incompetentes, dan paus de cego e non resolven nada», concluyó.

El caso de A Mera no es ni mucho menos único. En Paredes de Álceme, en Rodeiro, también se quejan de nidos de velutina en las paredes de una casa. Allí siguen después de llamar tres veces para que los eliminen, sin respuesta de Xunta ni Concello: «¿Qué hay que hacer? ¿Esperar que piquen a alguien», se preguntan.