La nueva tarifa del agua reduce 11 euros al trimestre a casi dos mil silledenses

P. V. LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

rober amado

Son ajustes en abastecimiento y depuración para quien no pase de 30 metros cúbicos

09 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El pleno de Silleda aprobó unánimemente la nuevas tarifas del servicio de agua y depuración ya con gestión municipal. La reducción de un tercio del precio para mas de dos mil usuarios que no superan los 30 metros cúbicos de consumo es cuantificable. El dato más nítido (sin canon, ni impuestos) es que una vivienda que no supera los 30 metros cúbicos (aunque podía gastar 45) de consumo pagaba hasta ahora cada trimestre 16,2 euros por abastecimiento y 22 euros por saneamiento. La nueva tarifa mínima es ya de 30 metros cúbicos con un coste para quien no los supera de 11,4 abastecimiento y 15, 8 en saneamiento. El ajuste a la baja supone respectivamente 4,8 y 6,1 euros, prácticamente 11 euros en el trimestre para este tipo de recibos. Son 1.845 los usuarios beneficiarios con saneamiento en esta franja que ahorran 6,1 euros y se elevan a 2.024 los usuarios que consumen menos de 30 metros y rebajan su cuota con las nuevas tarifas en 4,8. Los que confluyen, cerca de dos mil, son los que ahorran los once euros.

En la franja de consumo de 30 a 40 metros cúbicos hay 296 que siguen reduciendo tarifa en euro y medio y más de dos euros los que pagan saneamiento que son 272 en esa franja. Los incrementos empiezan a partir de los 40 metros cúbicos y serán según lo que superen el consumo mínimo, poco hasta los 50 metros cúbicos (hay 136 usuarios) y más los siguientes 81 que consumen 60-70 y 5 con más de 500 metros.

Las nuevas tasas conllevan una caída de recaudación en abastecimiento (-31.150 euros) y en saneamiento y depuración (-36.000) sumando una reducción total de 67.150 euros. Ese exceso de facturación del año pasado será destinado al propio servicio según indicó que se haría el alcalde Manuel Cuíña y tras demandarlo el BNG.

Déficit legal y asumible

El Concello prevé un equilibrio ligeramente negativo, pero en el margen del la ley, al cubrir el 95,96 % entre ingresos y gastos. Tiene un coste de 432.020 euros ros y -17.419 euros es el déficit que asume el Concello.

Los gastos vienen de partidas específicas de material (15.000), personal (145.000), servicios externos (128.000) amortización (100.000) y variables (44.000).

Los tres partidos, destacaron el trabajo del estudio de costes realizado por el interventor.

Respaldo del BNG al cierre del proceso histórico y un PP muy crítico al que le «costó» apoyar

Estaba vendido todo el bacalo ayer en el pleno, salvo el debate político. Debatida y publicadas las nuevas tarifas y el ajuste, faltaba acaso restar y decir que un usuario de consumo mínimo ahorrará 11 euros. La puesta en escena y las decisiones en definitivas le correspondían al gobierno socialista de Manuel Cuíña (con antecedentes congelando tasas con Paula Fernández en 2007). Y ayer las sacó a aprobación el alcalde. Poca filosofía hacia falta porque los números sonaban como música y fin de una pesadilla. Los ajustes aplicados vistos en la historia del agua casi piden algún homenaje. Estos los hizo el edil del BNG Matías Rodríguez: a la histórica Olaia y la decena de movilizaciones, a la Mesa da Auga, a la liquidación con Espina y Delfín y a todos, especialmente a su propio partido que siempre estuvo en esa batalla, ahora con Matías Rodríguez y desde el principio con Carmen Fidalgo. Lástima que el alcalde, que respaldó la crítica, no convocara a la oposición en la última Mesa «porque estaba de morros esa semana», dijo el edil del BNG dando razón al PP en esa apreciación de poder trabajar más la tarifas pero negándosela en cuanto a que jamás hicieron una propuesta.

El BNG hizo precisiones pero no puso fisuras al trabajo que pone fin a aún proceso histórico. Criticó con dureza al PP en su intervención porque recordó que fue Juan Salgueiro en 1996 y José Fernández en 2003 quienes firmaron con Espina y Delfin contratos inaceptables. Y es que el PP con solo dos de sus cinco ediles, a través del Ignacio Maril cuestionó con dureza las tarifas al principio y suavizó la crítica en segunda intervención. Cuestionó la bajada des consumo mínimo con perjuicio a familias con dos hijos, el presupuesto estimado con datos viejos y favorecer casas sin consumo o poco. Luego suavizo, dando por buenas las tarifas y amparando sus argumentos en «cautela». Cuíña le llamó lo que otro socialista a Colau: Emperatriz de la ambigüedad, por pedir rebaja y medidas contrarias, y al final cuando, antes de votar si con BNG y PSOE, ya había ablandado su discurso el PP, el alcalde le dijo: «mira que vos costa». Sobre reclamar en el juzgado al Espina por trabajadores que no constaban como pide el BNG el alcalde dice que los servicios municipales no lo ven rentable.