La directiva de Olaia tira la toalla «pola desidia e falta de interese da xente»

P. V. LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

No disponible

El presidente, Rosendo Estévez, prevé convocar asamblea y, si no hay relevo, disolverla

17 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

¿En qué punto se encuentra la asociación de vecinos Olaia de Silleda?: «Está en stand by total». Así de claro responde el presidente del histórico colectivo vecinal, Rosendo Estévez, que está a punto de cumplir cuatro años al frente de un colectivo que parece haber tocado fondo, porque su directiva tira la toalla definitivamente.

Estévez pone razones a la zozobra: «A desidia, o pouco interese da xente, ves que no hai implicación, nin para cousa boas nin malas e desidia... observas certos problemas e asuntos e a xente pola súa conta vai resolvendo e realmente a asociación parece que non fai falta».

Le sobran ejemplos de acciones programadas y de ausencia de respuesta. Una última acción data ya de febrero, una charla sobre cláusulas suelo: «Contabamos que houbera bastante máis xente e interese e ves que nada, só uns cantos». Lo mismo ocurrió con el tema del agua que siempre había abanderado Olaia. Nadie mostró interés por saber cómo les repercutiría. Se publicaron reuniones y que el Concello asumía la gestión y «a ninguén lle preocupaba se iba supoñer algo no recibo esa acción... naide preguntou, e todo así».

En las Camiñatas de Olaia también «sempre o mesmo grupiño de xente e mira... no ves ese interese de apoiar». Y también cita que nadie preguntó si podían hacer algo en la carencia de pediatra que es casi problema crónico cada cierto tiempo y ven que luego «alguen se queixa ou alguén actúa solo... e falamos na directiva que realmente non ten moito sentido estar perdendo o noso tempo de lecer por facer historias...».

Olaia quiso activar un huerto urbano. Consiguió la cesión del Concello de una gran parcela, «unha boa idea interesante para moita xente do núcleo urbán. ¿Crees que recibimos alguna pregunta de si iba para adiante? Nada de nada, ningunha». Y el trabajo de andar por ahí buscando estatutos, perdiendo tiempo, y dinero en teléfono y fotocopias... dice Rosendo, que zanja con un «nadie preguntou polo tema».

Así las cosas Estévez afirma que pensarán en hacer asamblea en septiembre pero «andamos liados e con esa desgana pasan os días, pero ímola a convocar pronto, virán catro pero seguimos os pasos legais para que se alguén se anima ...» y considera que si no la alternativa «é aparcarla ou disolución».

Y así será porque no consiguieron que reaccionara la gente ni dejando de organizar el Entroido de los niños, una de sus acciones de éxito pero «non nos chegou comentario ningún de que Olaia no fixo Entroido dos rapaces».

Los síntomas que percibe Olaia son los mismo que de la también zozobrante la asociación de comerciantes: «Esa desidia, esa apatía xeral non sei a que é debida pero é aquí e sempre imos o caso da Bandeira e por aí que traballan ca asociación, movense e participa a xente».

Asegura que ni el ni su directiva saben que pasa «e polo esforzo que facemos na directiva non, e estamos aí para todo, non sei pero dame moita pena. Eu métome en todos os saraos, considérome una persona activa e implicada co pobo onde vivo e non sei».

La directiva tira la toalla pero cansada porque siguió teniendo ideas y trabajando. Cita Estévez que Olaia había solicitado pasos viales en As Pedrosas que fueron puestos, entre otras peticiones al Concello: «Estivemos traballando, solicitaramoslle pasos de cebra nas Pedrosas e estan arranxados, mantuvemonos traballando pero gostaríanos ver que a xente se implicase e a axuda é de agradecer, que che serve para algo o traballo».

De medio millar de socios a no saber cuántos hay y solo responder cuatro a una inscripción

La asociación Olaia, en su larga trayectoria ya de varios lustros, siempre fue un colectivo de referencias dentro y fuera de Silleda. Una de sus razones era una masa social amplia. Ahora mismo no se sabe cuántos socios hay y hay razones para no saberlo. Explica el presidente Rosendo Estévez que la lotería de Olaia, como es conocido, siempre dejaba algo y las directivas no pasaban el recibo cubriéndolo con ese fondo. Por cierto, que la lotería es otro ejemplo por ser típico que tuviese algún tipo de premios y este año no la tuvieron «e soio un par de persoas preguntaron si non faciamos lotería, non hubo gran reacción e era una tradición no pobo».

A mitad de este mandato, la directiva de Estévez hizo un sondeo de 900 impresos y «aínda que algún dixo que non lle chegou, foron 900 entregas e creo que recibimos catro boletíns de inscripción, catro ou cinco». Por eso non hai datos aproximados del peso social que puede tener ahora esta sociedad a la que Estévez le recuerda una masa social de 485 asociados hace tiempo.

Ahora, el colectivo sin base social arraigada y sin interés en los proyectos directivos ni en plantear otros se encuentra en el borde la desaparición. Esta podría darse incluso este año, en el momento en que el presidente Rosendo Estévez convoque la asamblea general si nadie, como parece lo más probable, decide presentarse. Lo que nadie borrará de la historia es el son de las protestas reclamando en las calles un precio justo del agua.