Tres compañeros de curso que cumplen bodas de oro sacerdotales

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

RODEIRO

MARCOS MÍGUEZ

El Obispado homenajea hoy a Alvito García Fente, Manuel Cibeira Lorenzo y José Antonio García

10 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Se ordenaron un 16 de junio de 1969 y ese día cumplirán 50 años como sacerdotes. Llevan gran parte de su vida atendiendo a los vecinos de la zona y hoy celebrarán sus bodas de oro en la fiesta de San Juan de Ávila, patrón del clero secular en un acto organizado por el Obispado de Lugo que tendrá lugar primero en el salón de actos del seminario con una conferencia, a cargo de Francisco Javier Díaz Lorite, a las 11.30 horas y a las 13.00 horas con una eucaristía en la capilla. José Antonio García Otero, cura de Muimenta, será el encargado de dar las gracias en nombre de los siete homenajeados. Entre ellos están también el párroco de Rodeiro, Emilio Alvito García Fente y el de Castro Dozón, Manuel Cibeira Lorenzo. Todos compartieron curso en el seminario. Era, indica José Antonio García «un curso privilexiado, moi unido, sempre nos apoiabamos entre nos» y fueron pioneros en eso de los encuentros escolares. En el 73 ya celebraron el primero y desde entonces, hasta hoy. Se reúnen, cuenta García Otero, todos los 16 de junio los que se ordenaron en la misma fecha. Los del curso, curas y no curas, se encuentran cada año, primero era el 1 de agosto y ahora, que ya están jubilados, el primer sábado de ese mes. Entre los que no optaron por el sacerdocio de ese curso en el seminario se encuentran Abeledo, que fuera presidente de la Diputación, el periodista Fernando Ónega y el que fuera alcalde de Vigo, Manuel Pérez.

Entre los tres homenajeados de hoy suman un sinfín de parroquias. Alvito García, que nació en Guillar, empezó llevando Santa Baia de Camba, a donde llegó en 1980 tras tres meses en Navia de Suarna relevando a un sacerdote que se operó y 10 años en Quiroga. Con el tiempo a esta parroquia de Rodeiro fue sumando muchas más a medida que fallecían o se retiraban otros sacerdotes de la zona. Manuel Cibeira, natural de Dozón, lleva una decena, todas las de Dozón, menos una; la de Catasós en Lalín y Rañestras en Rodeiro. Su primer destino fue Fonsagrada guarda el cariño de su gente «muy humilde y muy culta». También en Lugo, aunque en Os Anacares, pasó sus primeros años como sacerdote, José Antonio García Otero. Allí estuvo 20 años, hasta el 89 en el que se vino para Muimenta. Llegó a sumar con los años once parroquias y ahora se quedaron en diez, tras dejar Toiriz, en Cruces,

Los tres añoran sus tiempos de juventud y les entristece que el paso del tiempo vaya dejando vacías las aldeas. Echando la vista atrás, los tres se muestran satisfechos de su trabajo. García Fente destaca la satisfacción de «estar coa xente convivindo coas persoas» y la cercanía de las aldeas. Manuel Cibeira pone el acento en las obras y en el patrimonio y echa de menos la posibilidad de poder contar con un museo en Lalín donde se puedan guardar con seguridad las imágenes y los objetos religiosos más valiosos y de donde puedan salir para procesiones y actos litúrgicos. García Otero recuerda con cariño sus años en la montaña lucense donde los curas en aquellos años «xunto con algún maestro eramos os que pedíamos carreteras e tocounos electricar a zona». Su trabajo era, en gran parte, mejorar la vida de los vecinos llamando a las puertas de la Diputación y del Gobierno Civil.

Cincuenta años dan para mucho, para un sinfín de anécdotas que podrían dar un libro y también la mediación en muchos conflictos que solían llegar a buen puerto, aunque fuesen por temas graves.