Buscan con técnicas edafológicas restos de un posible antecastro en el castro de Aguións

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

RODEIRO

miguel souto

Patrimonio quiere confirmar si existen un segundo foso o rastros de ocupación que obligarían a desviar la variante

08 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un equipo de edafólogos de la Universidade da Coruña inició ayer los trabajos de campo en el entorno del Castro de Preguecido -en la parroquia estradense de Aguións- para determinar si fuera de la muralla principal existen restos de un antecastro que podrían obligar a modificar el trazado de la variante de la carretera N-640 a su paso por la zona. Las labores -llevadas a cabo por del Grupo de investigación de agua y suelo de la Facultad de Ciencias- consisten en la aplicación de técnicas de exploración geofísica para tratar de constatar o descartar la presencia de restos de muros enterrados, de cerámica o de otros vestigios de actividad humana en el entorno.

Al frente del equipo de edafólogos está el profesor e investigador Marcos Lado. Según explica, en el entorno del castro se están aplicando dos técnicas. Una de ellas es la inducción electromagnética. Permite medir la conductividad eléctrica del suelo y del subsuelo hasta 1,5 metros de profundidad e identificar la existencia de restos de ocupación humana. Las tierras de la zona son ricas en óxido de hierro, que al calentarse adquiere propiedades magnéticas que los aparatos utilizados en esta técnica pueden medir. Así podría detectarse la existencia de cualquier material que hubiese pasado por el fuego, como la cerámica por ejemplo. Se mide además la conductividad eléctrica. La de un suelo -sobre todo húmedo- es superior a la de la roca, con lo que se podría intuir la existencia de muros enterrados.

La segunda técnica usada es la tomografía de resistividad eléctrica. Consiste en la colocación en el suelo de electrodos para medir la resistencia entre ellos. El objetivo es calcular los perfiles de resistencia, lo que también daría información sobre posibles restos de paramentos enterrados o actividad humana.

Los trabajos -encargados por la empresa de ingeniería pública Ineco, la responsable de los estudios previos para la construcción de la variante- están siendo supervisados por la arqueóloga Manuela Mato. «El castro tiene en superficie un parapeto y un foso que se ven perfectamente. Lo que se está buscando ahora es si existen un segundo foso (algo muy habitual en los castros) o viviendas asociadas», explica.

El Concello agradece la colaboración de los propietarios de las 11 parcelas afectadas por la variante en la zona, que no pusieron impedimentos a la entrada en sus fincas para realizar los trabajos e incluso colaboraron realizando desbroces.

Un plan para sondear en 18 yacimientos, dos en Deza

La provincia está plagada de castros, Desde Santa Trega en A Guarda, hasta Troña en Ponteareas, pasando por O Facho en Cangas, A Lanzada en Sanxenxo, Adro Vello en O Grove, Monte do Castro en Ribadumia, Porta de Arcos en Rodeiro, Castrolandín en Cuntis, A Cabeciña en Oia, A Subidá en Marín, Castro Alobre en Vilagarcía, Alto dos Cubos en Tui, Alto da Cruz do Castro en Cotobade, Coto de Altamira en As Neves, Mercado dos Mouros en Valga, Castro de Penalba en Campo Lameiro, Castro de Pena Redonda en Ponte Caldelas y Castro de Toiriz en Silleda, se ha diseñado un plan para su recuperación en diferentes niveles. El más ambicioso es el de las excavaciones de Santa Trega, Alobre, O Facho, A Lanzada, Porta de Arcos e Mercado dos Mouros, pero también se harán labores de limpieza en otros doce más.

Las excavaciones en la provincia supondrán catalogar decenas de miles de piezas arqueológicas

Ya se han hecho descubrimientos relevantes, como que los castros tenían actividad más temprana de lo que se pensaba o que su estructura social no era tan igualitaria como parecía. Las excavaciones que promueve la Diputación en los castros de la provincia de Pontevedra están arrojando una ingente cantidad de información. Y lo hacen después de que solo se hayan rematado trabajos de excavación completa en dos de ellos y en áreas relativamente pequeñas teniendo en cuenta su extensión total.

Aun así, solo en los trabajos de recuperación de restos de Alobre, en Vilagarcía, y Santa Tegra, en A Guarda, se han localizado más de sesenta mil piezas para su catalogación. Desde las que evidencian que en el sur de la provincia, en Santa Tegra, sobre el río Miño, la actividad en el castro podría haber comenzado ya en el siglo VIII a. C., aunque inequívocamente, ya con presencia social estructurada, en el siglo IV a. C. Supone una revelación gracias a las más de cuarenta mil piezas halladas. En Alobre, por su parte, se han recuperado veinte mil, que hablan de la condición eminentemente comercial del enclave.

En breve empezarán las excavaciones en A Lanzada, cuyas primeras catas apuntan a una enorme riqueza arqueológica que evidenciaría que el castro que precedió a la ermita y la torre de defensa que todavía se conserva en parte estuvo conectada con las antiguas rutas marítimas del estaño. Se excavará este verano, apuntando así también al atractivo turístico que tienen estas actividades, faltan por explorar los yacimientos de O Facho, Porta de Arcos de Rodeiro y Mercado dos Mouros.