Emprendimiento local en la capital gallega

m. m. REDACCIÓN / LA VOZ

LALÍN

Sandra Alonso

La lalinense Begoña Fernández abrió la tienda de moda MFB boutique junto a su amiga Mónica

15 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos iniciativas emprendedoras con sello de Lalín y A Estrada acaban de materializarse en la capital compostelana. Por un lado, una tienda de ropa con una socia lalinense y, por otro, un bar en O Milladoiro de venezolanos afincados en la localidad estradense. Contemos ambas historias.

Tienen en común, además de la coincidencia en su apellido, el gusto por la moda y su deseo de triunfar en un sector en el que aseguran tener mucho que decir. Begoña Fernández y Mónica Fernández son amigas desde hace mucho tiempo y ahora, también socias. Begoña procede de Lalín, donde trabajó en un comercio dedicado a la moda durante tres décadas. Y Mónica tiene su origen en Arca (O Pino).

Mónica conoció a Begoña porque era su clienta en el comercio de Lalín. «Siempre le decía que me gustaría tener una tienda de moda, y le decía si se vendría conmigo. Se lo propuse ahora, y aquí estamos las dos», comenta Mónica. La pasada semana abrieron MFB Boutique en la rúa Xeneral Pardiñas, en un local que hasta hace poco tiempo ocupaba la joyería Isabel Suárez.

Todo el proceso para cumplir el sueño de Mónica y Begoña empezó a principios de año. «Lo más complicado fue encontrar el local», explican. «Lo vimos y preguntamos en la joyería por el dueño, pensando que era ellos mismos. Nos pusieron en contacto con él y llegamos a un acuerdo. Al final, después de mucho buscar, fue sencillo. Esta calle es la perfecta para nuestro modelo de negocio», señalan. Antes tuvieron que mirar muchos bajos comerciales. «Aunque hay muchos vacíos, no se adaptan a nuestra idea de negocio».

Tras completar una decoración que transmite tranquilidad y comodidad, MFB comenzó a ser una realidad. «El sábado de la pasada emana vendimos mucho. Fue un buen día de inauguración. Ya hay que reponer mercancía», comenta satisfecha Begoña sobre el inicio de la aventura empresarial. «Elegimos Santiago porque, aunque hay mucha variedad de comercio textil, las marcas que trabajamos no las había aquí, para sorpresa nuestra. En Lalín recibía a clientas de Santiago que venían a propósito para comprar este tipo de prendas», apunta Begoña. Se trata de moda de firmas españolas de Málaga, Madrid, Toledo y Elche, y también de Italia, «en la que se cuidan los detalles, con una confección artesanal que se nota al poner la prenda. Cuando pruebas una chaqueta, encaja a la perfección».

Distintos perfiles de cliente

La boutique está pensada para jóvenes, pero también para mujeres y hombre de más de cincuenta años «que no quieren vestir como gente mayor. Es para los que quieren ir modernos, pero con elegancia y acordes a su edad», argumentan. Las prendas, según explica la emprendedora lalinense, están al alcance de rentas medias y altas, «desde 30 euros en adelante».

Tanto Mónica como Begoña quieren que la gente entre en su comercio «a mirar y a descubrir nuestra oferta. Les va a sorprender». Además, algo que pueden asegurar es que «nosotras podemos asesorarles para que encuentren lo adecuado para cada una y cada momento», resuelve Begoña. Ambas confían que esta nueva andadura profesional conjunta llegue a buen puerto, asentándose con una clientela que mantenga a flote el negocio.

Angie y Cándido partieron de cero y ya hicieron famosas sus tostas en un bar en O Milladoiro

Hace casi dos años, Angie Pereira y Cándido Filloy encontraron un local en la avenida Rosalía de Castro, en O Milladoiro, que respondía a todas las condiciones que se habían impuesto para abrir su propio negocio de hostelería. Antes había visitado otros muchos, que superaban la renta o no tenían el tamaño deseado. «Este era perfecto para lo que había imaginado tener», reconoce Angie. El único temor era «ver cómo funcionaba, porque llevaba cerrado seis años. Tuvimos que empezar de cero».

Ni a Cándido ni a Angie, procedentes de Venezuela y afincados en A Estrada, les falta arrojo para salir adelante, y «el 4 de noviembre del 2022 abrimos la puerta de É logo?». Durante estos casi dos años, sus tostas y sus tortitas ya son una referencia en la zona. «La clave, y lo que nos gusta aclarar siempre, es que todos los productos se hacen aquí, y en el momento. Nada es congelado, nada es industrial», explica Cándido. Incluso las magdalenas y el bizcocho de cortesía es de elaboración y receta propia. En el caso de las tostas, «creo que el pan de la panadería artesanal Cervela es una parte muy importante para que la tosta guste tanto».

Las variedades que más éxito tienen son las de guacamole con queso y semillas de quinoa o sésamo; y las de queso de crema con nueces y miel o sirope. Las tortitas de nocilla «son las más servidas, y las de casi todas las frutas con nata. La receta de las tortitas es de Cándido», aclara Angie. No faltan las arepas ni las empanadas venezolanas, «de buen tamaño y se hacen en el momento para que no pierdan el crujiente».

Un nombre con historia

Angie quería que la cafetería-bar tuviera una «carta de aquí, como el nombre, pero nos pedían algo de Venezuela y optamos por las arepas y las empanadas, que no hay nada más venezolano». La historia del nombre está relacionado con el anterior trabajo de Angie, en un local de hostelería de Pontevea (Teo). «Cuando anuncié que me iba, la gente me preguntaba sorprendida: «É logo?. Comentándolo en casa, nuestra hija mayor apostó por este nombre, y le ganó a la idea de Cándido, que había pensado en La Parada, porque estamos justo delante de la parada del bus».

Cándido, por ahora, seguirá compaginando su trabajo en la gasolinera de Pontevea con el apoyo en el bar, donde también cuentan con el respaldo de la madre de Angie. La pareja sigue viviendo en A Estrada, porque «quería tener el trabajo en un sitio y la vida familiar en otro». Angie y Cándido están acostumbrados a luchar. El primero que cogió el camino de la emigración fue Cándido, y pese a tener padre gallego, cuando llegó estuvo varios años sin permiso de trabajo y en el limbo de la legalidad. Ella, en cambio, logró el NIE al llegar porque «Cándido ya estaba aquí. Dos años después, al ir a renovar el documento, me dijeron si quería la nacionalidad. En unos meses estaba listo. No lo creía. Después, Cándido tuvo la nacionalidad por estar casado con una española». Nada fue fácil, pero la capacidad de lucha de la pareja hará que É logo? salga adelante.