Los 85 años de la azarosa vida del colegio Sagrado Corazón de Lalín

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Miguel souto

De la época de gloria a la cuerda floja de varios concursos de acreedores

08 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni estuvo siempre en el mismo lugar ni se llama ya así, pero para muchos el ahora colegio Scientia Lalín sigue siendo el Sagrado Corazón, que lleva ya 85 años de azarosa historia, con tiempos de gloria y años convulsos, especialmente en sus últimas etapas. Al acabar la Guerra Civil, cuentan las crónicas, la villa contaba con diez estudiantes. Fue entonces cuando Maruja Gutiérrez, junto con Ramón María Aller, fundaba el colegio Sagrado Corazón en el denominado Hospitalillo (hoy IES Laxeiro) que crearon los Hijos de Lalín en Buenos Aires. Allí estuvo el centro hasta 1964, que cogió el testigo Fidel Fernández Presas y que estaría al frente del colegio como director y propietario varias décadas en la rúa Penatoares, donde sigue. En los primeros años, a partir de 1939, el centro contaba con unos 40 estudiantes que fueron aumentando con el tiempo. Los alumnos pagaban 25 pesetas y los tres primeros años, hasta el 42, se examinaban por libre en Pontevedra.

Por las actuales instalaciones del colegio pasaron generaciones de lalinenses y alumnos llegados de todos los rincones de Galicia, muchos de ellos en régimen de internado. El 27 de abril de 1991 los internos, hijos de emigrantes, protagonizaban el programa radiofónico autonómico Galicia no mundo. En ese momento, Fidel Fernández Presas ya llevaba más de 25 años como propietario director. La media de alumno por aula rondaba los 40 y la plantilla la integraban 28 personas, 18 de ellas profesores. El colegio contaba con 15 unidades de EGB, una de ellas de Educación Especial, y dos de Preescolar.

Del pago al concertado

Después de los años de pago llegaron, en la década de los 90, los conciertos con Educación para diferentes niveles de enseñanza. En las Navidades del 2007, Fernández Presas anunciaba su intención de trasladar el colegio a la periferia y buscaba recalificar el solar. Un terreno que a día de hoy continúa siendo dotacional, lo que impide la construcción de viviendas. El propietario del colegio desvelaba la compra de 10.000 metros cuadrados cerca de donde hoy esta Carrefour. El Concello de Lalín salía al paso al día siguiente y afirmaba que el centro no había presentado ninguna propuesta de traslado.

Poco después las cosas ya empezaban a torcerse y comenzaba a conocerse la deuda millonaria que tenía el propietario del centro. En abril del 2008, el entonces delegado de Educación, el lalinense Cristóbal Fernández, garantizaba la continuidad del colegio en base al concierto existente en Educación Infantil, Primaria y Secundaria.

Una deuda de 5 millones

El colegio contaba en esos momentos con 42 docentes cuyos sueldos pagaba directamente la consellería. En ese momento, el centro ya estaba en concurso de acreedores desde principios de ese mes. En diciembre de 2009, el Juzgado de lo Mercantil cifraba en 5 millones de euros la deuda contraída por Fernández Presas y quedaba desierta la primera subasta para la venta del colegio que se cerró sin ofertas.

Tras una lenta agonía y varios intentos de venta infructuosos, en abril del 2010 el juzgado pontevedrés autorizaba la venta del Sagrado Corazón a una sociedad limitada creada por un grupo de profesores bajo el nombre de Colegio Sagrado Corazón do Deza. La venta contó con el visto bueno de Caja Duero, la entidad bancaria que era la principal acreedora y los compradores se comprometían a mantener los puestos de trabajo. Al frente de la sociedad estaban Manuel Gil, Salvador Meijome y Esmeralda González. La compra del colegio se hizo por 1.950.000 euros y fue efectiva en julio del 2010. Ese mismo verano se estrenaba un internado femenino que ocupaba el edificio que albergó en su día la vivienda de Fidel Fernández y su familia. Al año siguiente, en el 2011, se invertían 175.000 euros en mejoras y para el nuevo curso se ponía en marcha el uso del uniforme.

En diciembre de ese año se acogía a una jubilación parcial Jorge Taboada González que en el 2016 se marchaba después de 41 años de labor docente el colegio. Había asumido el cargo de director en el 2008 cuando el colegio entró en concurso. En ese momento contaban con una plantilla de 65 personas.

En el 2017 los problemas laborales regresaron al Sagrado Corazón y se vivieron movilizaciones por una docente despedida. Hubo quejas por horas recortadas a profesores y la sociedad propietaria del colegio acabaría cediendo el testigo. En agosto del 2018, empezaba una nueva etapa con Joaquín Pereira como socio mayoritario tras adquirir el 70 % del accionariado. En ese momento seguirían dentro del mismo las 18 personas que habían comprado el colegio ocho años antes y que al final acabarían desligándose del mismo. Este pontevedrés se hacía con el colegio tras dos meses de negociaciones y tenía el proyecto de añadir Bachiller, algo que no se llegó a hacer.

Los impagos acabaron dando al traste con esta etapa y las deudas de Somoza acabarían haciendo que el colegio entrara en preconcurso de acreedores a mediados de octubre del 2019. Esta vez hubo ofertas. La primera, del coruñés Venancio Salcines en noviembre del 2019 y la segunda de Scientia School a finales de ese mes. El 10 de diciembre del 2019 el empresario y profesor coruñés descartaba la compra mientras Scientia seguía estudiando la posibilidad y los sindicatos iniciaban una huelga indefinida por impagos. Scientia llegó a desistir dos veces de la compra pero finalmente ofertó y el juzgado acabó autorizando la venta a este grupo en noviembre del 2020, en plena pandemia, por 2,7 millones de euros. Fueron tiempos difíciles no exentos de conflictos laborales y sindicales pero también de cosas buenas. Ahora, se anunció un nuevo preconcurso.

En el recuerdo están desde los discursos de Don Fidel a los grupos de internos

Las vivencias en el colegio son recordadas por cariño por decenas de generaciones. En la memoria colectiva están aquellos largos discursos de horas de Don Fidel y un internado que traía en autobús a alumnos de toda Galicia con un servicio de transporte propio y funcionaba en verano ofreciendo clases de refuerzo de conocimientos y el aprendizaje de técnicas de estudio. Eso y un régimen disciplinario estricto hacían que el Sagrado fuese el castigo estival de muchos malos estudiantes con una larga lista de suspensos recluidos en Lalín l con la esperanza de aprobar en septiembre. En el verano del 2008 en el internado había 60. Unos recuerdos con miles de historias, celebraciones de todo tipo, de la salita, festivales de Navidad y sonados desfiles de Entroido.

A lo largo de su historia el colegio fue creciendo en alumnado. En 1993 contaban con 605, aunque acabarían bajando. En marzo de 1997, Fidel Fernández Presas, anunciaba el inicio de las obras necesarias en el centro educativo para poder impartir los cursos de la ESO y la construcción de una escuela infantil que tendría un horario de 7.30 a 20.30 horas y que admitiría niños a partir de un año. Un centro que sería el germen de la actual guardería. En julio del 2021, Scientia iniciaba las obras de reforma del colegio y la ampliación de esta escuela infantil cuyas instalaciones están aún pendientes de homologación por parte de Educación.

En su historia el colegio destacó por el buen trato de la inmensa mayoría del profesorado que sigue dejando huella en el alumnado y un horario muy amplio y con servicios flexibles que facilitaron siempre la conciliación.