«Na nosa explotación vamos a quitar as vacas e a ver se damos seguido mantendo os porcos»

LALÍN

Jóvenes ganaderos miran con pesimismo el futuro inminente
21 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Desesperanza combinada con estoicismo, esa combinación en busca de la supervivencia en los malos tiempos. Para el sector agroganadero llueve sobre mojado. Precios bajos por sus productos y cada vez más elevados por las materias primas o servicios. Créditos que asfixian para costearlos. Trabajo de sol a sol. Problemas con los que se convive hace décadas, incluso con resignación, que también detectan los más jóvenes en incorporarse.
En la concentración de ayer en Lalín participaban desde jóvenes a veteranos ya del mundo agroganadero. Entre los primeros, por ejemplo, Rubén Otero (22 años), Rubén Taboada (22) y Manuel Pérez (25) vinculados a explotaciones de Dozón, o Adrián Dosil (22) de Gresande, en Lalín. A la pregunta directa de porqué estaban en la protesta, al margen del inicial «porque temos que estar» empiezan a surgir respuestas tras el deshielo inicial a pronunciarse.
Los bajos precios, los cambios de la PAC o los condicionantes para el empleo de purín en el abonado de los campos saltan a la conversación. «A lata que dan tamén é moita», apuntaba uno de esos jóvenes ganaderos, en alusión a la creciente burocracia. Incluso ya desconfían de la subida de precios exponencial de materias primas tenga como excusa la guerra en Ucrania. Una pelea diaria para mantener a flote las granjas que, dicen, lleva «a que pouca xente nova quera entrar». Manuel Pérez personalizaba esa preocupación sobre el futuro: «Na nosa explotación vamos a quitar as vacas e a ver se damos seguido mantendo os porcos». Tener vacuno resulta complicado por costes y el precio de la leche, que tras un tiempo de relativa tranquilidad, ya empieza a bajar en lo que perciben los productores. En el caso del porcino, cada vez baja la capacidad máxima en la nave, de 1.000 a 800, y si se deben ampliar instalaciones si se quiere mantener. O el tema de los bebederos, apuntaba otro de los jóvenes en el corrillo.
Duplicar trabajo por menos dinero, así resumen el camino al que se ven abocados por las Administraciones si no hay un giro de guion, sin que compense el esfuerzo diario en la explotación. Y con quebraderos de cabeza como los créditos, necesarios por otra parte para modernizar las instalaciones y cumplir las normas, en esa eterna pescadilla que se muerde la cola. Con el agravante de que «os días libres brillan pola súa ausencia», remachan sobre una profesión que cada vez acaba más con la vocación más férrea.
Orlando González: «Vou a diario de Rodeiro a Lalín por papeis»
Entre los «veteranos» ganaderos presentes ayer estaban Jesús Manteiga, con una explotación de vacuno de leche de 150 cabezas en Vila de Cruces, y Orlando González, con 200 en Rodeiro. Con décadas ya a sus espaldas, coincidían en el papeleo como uno de sus quebraderos de cabeza, no tanto cobrar menos por litro de leche. Esa burocracia incrementa el trabajo o la necesidad de tener una persona en oficina, que se suman temas como los fitosanitarios, purines o la competencia de terceros países donde no se deben cumplir esas normas de la PAC. «Estamos en desigualdade de condicións», remarcaba Manteiga, que cree que la mejor PAC sería tener precios justos que no les requieran depender de subvenciones.
Orlando González defendía la preocupación por el bienestar animal pero la PAC y la burocracia pueden acabar con las explotaciones. «Vou a diario de Rodeiro a Lalín por papeis», lamenta, afirmando que no transmitirá su explotación a sus dos hijos. También resulta una odisea encontrar mano de obra. Tras él, cerrará. Como tantas.