Lalín licita el derribo de la nave de Los Sauces para crear un parque

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

Los trabajos incluirán la urbanización de la parcela para uso público

05 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Lalín inició el proceso de licitación destinado a la realización del derribo de la nave que en su día acogió la sala de fiestas Los Sauces. La concejala de Urbanismo, Raquel Lorenzo, señala que se acaba de publicar el anunció de licitación para la demolición e urbanización de este espacio, así como el acondicionamiento parcial de la parcela donde se encuentra el inmueble.

El gobierno local destina a esta iniciativa un presupuesto por un montante global de 96.739 euros. La superficie a acondicionar, y que será destinada a uso público, comprende 2.200 metros cuadrados que se quieren convertir en parque con zona infantil.

El edificio a demoler es una nave que cuenta con una superficie de 650 metros cuadrados en una única planta sobre rasante. Un inmueble conocido, sobre todo, por su uso como sala de fiestas en su día. Raquel Lorenzo pone el acento en las condiciones en las que se encuentra esta construcción señalando que «o seu estado xeral de conservación é malo e insalubre para toda a veciñanza da zona, aínda que non corre risco de colapso».

Explica que se van a llevar a cabo estas actuaciones ante la situación en la que se encuentra el inmueble y ante «as demandas veciñais» y considera que la demolición de la conocida como discoteca Sauces y el acondicionamiento de la zona «vai cambiar a faciana do entorno nas rúas Melide e Monte Faro».

Las obras serán el primer paso de un proyecto apuntado ya en su día por el gobierno local y que pasaba por convertir estos terrenos, ubicados en una zona céntrica muy próxima a la Praza da Marina, en un lugar de esparcimiento ciudadano.

En este sentido, la concejala de Urbanismo, resalta que «nun futuro proxecto executaranse as beirarrúas dos viais de acceso ao interior da área de repartición e tamén se pavimentarán os mesmos, o de acceso desde a rúa Melide o de acceso desde a rúa Memorias dun Neno Labrego».

Antes de eso, añade Raquel Lorenzo, los planes del gobierno local incluirían llevar a cabo en esta zona la preinstalación de los servicios necesarios como son los de abastecimiento, saneamiento, iluminación pública y las necesarias para una red de telecomunicaciones, a fin de ir abriendo camino de cara a una posterior y futura urbanización de esta zona junto a la calle Monte Faro.

El regidor de Lalín, José Crespo, anunciaba en mayo del año pasado su intención de crear en la zona una nueva área de recreo y un parque infantil acabando con lo que calificaba como «un niño de ratas». A finales de ese mes se sometió a pleno la aprobación de la compra de la denominada granja Meiriña, donde estuvo la sala de fiestas, a la que se dedicó en estas fechas una partida de 100.000 euros.

Adiós al templo de la juventud de generaciones de vecinos

Abandonada hace muchos años, las paredes de la que fuera la sala de fiestas Los Sauces guardan en su memoria los recuerdos de juventud de varias generaciones de lalinenses y vecinos de la zona en algunas de las décadas doradas de la música. La construcción, que ahora va a ser demolida, local, de grandes dimensiones, apuntaba el pasado año el cronista oficial de Lalín, Daniel González Alén, nació con la idea de montar una nave de pollos o de gallinas allá por los años 60.

Finalmente acabaría siendo conocida por un uso muy distinto: el de sala de fiestas en unos tiempos en los que la sociedad estaba cambiando y que gozó de notable éxito.

En el interior, aún se podían ver hace meses, las huellas de su pasado de esplendor. De la barra y algún mobiliario de obra, así como algunos dibujos de músicos que ilustraban parte de las paredes. En el techo, quedaron suspendidas en el tiempo, las guirnaldas, de quién sabe si de una de sus últimas fiestas.

Su demolición borrará las huellas de los recuerdos de juventud de muchos y de, seguramente, multitud de historias personales ligadas a los bailes, la música, los amigos y las parejas de cada uno. Daniel González Alén recordaba no hace mucho actuaciones sonadas como la de Los Diablos. Una actuación que llegó a Lalín aprovechando una gira del grupo por Galicia.

Cuando la sala de fiestas abrió sus puertas, Lalín no es lo que era y la zona de alrededor estaba más bien vacía de edificios, con lo que es de suponer que no habría problema con los vecinos por los ruidos. La amplitud del edificio permitía una capacidad enorme para dar cabida a aquellas nutridas generaciones del llamado baby boom.