David Campos: «No se puede esperar años por suelo industrial»

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

Campos defiende la formación constante y anuncia planes específicos para varios sectores productivos

04 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En su carné de identidad pudo poner Caracas como lugar de nacimiento, pero figura otro netamente gallego. Los padres de David Campos (Lalín, 1975) vivían a ambos lados del charco mientras se completaba el regreso definitivo a Galicia. Un país, Venezuela, al que tiene especial cariño el presidente de la Asociación de Empresarios de Deza (AED). Viajó en numerosas ocasiones a ver a familiares, que ahora ya están todos retornados. «Era una nación muy próspera, pero la situación actual me da lástima, y por suerte ya no tengo a nadie allí».

Defensor de la formación constante toda la vida, David Campos cursó estudios de EGB en el colegio Sagrado Corazón de Lalín para después ingresar cuatro años como interno en el Peleteiro de Santiago, ciudad donde completó Administración y Dirección de Empresas. «Fui un estudiante decente pero seguí y sigo formándome aunque ingresé en el mercado laboral, con cursos en escuelas de negocios o dos máster», explica el presidente de la patronal dezana, que aglutina a 375 asociados.

Reconoce que en 1999 se planteaba otra salida al acabar la carrera universitaria pero la familia tiró más y entró en el grupo empresarial Campos, donde ahora se ocupa del área de finanzas y administración, también con labores de gerencia, en este caso de forma específica de las tres estaciones de servicio que regentan, dentro de un entramado que incluye la fábrica piensos Nucamsa o el matadero Frigodeza, entre otras sociedades de menos dimensión. «Costó sacarse la etiqueta de ser hijo del jefe, pero con esfuerzo y desde abajo, pasando por distintos puestos durante varios años, conseguí convencer a todos de que era válido», argumenta David Campos.

¿Cómo vive un empresario la actual situación económica? Cree que estamos en un momento más complicado que en la crisis del 2008, solo financiera, al sumarse muchos más factores. Y todo ello en un contexto donde «quizás se imprimió papel de más» y donde mucho tiempo atisbó laxitud desde la Unión Europea, que ahora parecer irse corrigiendo con el aumento de tipos de interés para intentar frenar los precios, ante una inflación desbocada pese a la tendencia bajista de los últimos meses. Un incremento de tipos que genera otro escenario para el empresario, al resultar más caro financiarse y que haya menos dinero en circulación, por el que se paga más.

David Campos cumple ya una década como directivo de la patronal dezana, donde comenzó como vocal a petición de su primo, —«casi me obligó», comenta entre sonrisas— que presidió la AED del 2010 al 2014. Su sucesor, Antonio Lamas, logró convencerle para continuar, como tesorero y luego vicepresidente, hasta que este año dejó el cargo y lo asumió él. No era su plan. «Dos meses antes le dije que no quería ser presidente, no porque no creyese que podía ayudar y aportar, sino por el entorno económico que se avecinaba, que me requeriría más esfuerzo en nuestras empresas», explica. Pero las múltiples llamadas de ánimo, que sigue agradeciendo, truncaron esa idea «porque tenía en mente un buen equipo, la verdadera base, porque el presidente está para dar la cara».

Defiende el trabajo en equipo, aportando ideas para ayudar al tejido empresarial en una labor no remunerada. «La asociación es de los socios y la directiva debe llevar a cabo sus ideas e inquietudes», proclama. Y como expuso en la reciente Xuntanza Empresarial de Deza busca para ellos la resolución de problemáticas anquilosadas en el tiempo. «No podemos esperar diez años por suelo industrial, no es lógico porque hay empresas de la zona que lo necesitan y otras que querían venir no pueden, con la pérdida potencial de generar empleo», sentencia. Pero igual de sangrante, para el presidente de la AED, resulta el peaje de la AP-53.

Campos aboga además por solventar «la mala agenda urbana de Lalín, no solo la discusión sobre la peatonalización de calles, sino otras muchas cosas que hay que hacer». Anuncia iniciativas de formación para trabajadores en activo en el sector del comercio y en el de la ganadería y otras industrias en general, ensalzando los resultados de inserción de programas que desarrollan como el PIE. Considera que los políticos debían presumir de que no son necesarias las ayudas sociales en lugar de sacar pecho que ser los que más implantan. Amante del baloncesto y lector «ávido», tiene cuatro obras en su mesilla, entre ellas la novela de su amiga Noemí Martínez, Dalia, a modista.

 

Mi primera experiencia laboral fue recogiendo frambuesas un par de semanas en Monterroso mientras estudiaba. Quería arreglar la moto y mi padre me dijo que me ganase yo el dinero. Fui con unos amigos e íbamos de 6.00 a 20.00. No logré suficiente pero mi padre estaba tan orgulloso que puso el resto.

Me gusta viajar pero hay uno del que guardo un gran recuerdo. Me gustó mucho un safari fotográfico por Tanzania, con la sábana y animales tan bellos.