«Houbo noites de 50 chamadas para recoller xente das verbenas»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Rocío Ramos

Los taxistas cierran un verano de mucho trabajo gracias a las fiestas

17 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de dos años de pandemia, y aunque la economía no está ni mucho menos para echar cohetes, en las calles y plazas el verano se vivió como nunca. La recuperación de las fiestas en las parroquias dejó verbenas multitudinarias. Fueron meses en los que en los concellos, el que más y el que menos, se afanó en ofrecer amplios programas lúdicos. Se recuperaron las celebraciones familiares, de grupos de amigos, los eventos alcanzaron cotas máximas y los vecinos volvieron a salir de vacaciones, en muchos casos al exterior. Todo ello se tradujo para el gremio del taxi en un aumento del trabajo. Estas circunstancias incrementaron la demanda de viajes, lo que permitió a muchos recuperar el aliento después de unos años difíciles. En A Estrada un taxista contaba que tuvo noches de 50 llamadas para recoger gente. Señala que «o problema das festas é que todo o mundo quere un taxi a mesma hora, a de remate das verbena e non hai coches que cheguen». La demanda, apuntan profesionales del sector, se sitúa normalmente entre las 5.30 y las 7 de la mañana».

En Lalín y en Silleda coinciden con el tirón de las fiestas en el trabajo desarrollado este verano. Un taxista de Lalín indicaba que en los años que lleva de profesión nunca tuvo tanto trabajo. A las fiestas, se sumaron, sobre todo en el caso de Lalín y Silleda, los viajes al aeropuerto de Santiago que, después de años de parón, volvieron a hacerse notar. En la capital dezana, los taxistas comentan que «a xente moveuse moito máis» y también hubo mucha más gente emigrada y que reside fuera que regresó para pasar las vacaciones.

En Silleda, José Ramón Fernández Mayán, apunta que «houbo moito movemento todo o verán, tanto cara o aeroporto como a festas. Tivemos bastantes viaxes; no caso das festas, de xente nova, sobre todo». Mayán cuenta con un taxi de siete plazas, un vehículo que los jóvenes solicitan más «porque se xuntan, o prezo é o mesmo e así sálelles máis barato». Este taxista también destaca la repercusión del aumento de los peregrinos con viajes para llevar mochilas o algún caminante lesionado o que sufrió algún percance. Si en Silleda y Lalín, se notó un incremento de carreras al aeropuerto este verano, en A Estrada, hubo más a la estación de tren a Santiago, un medio de transporte en auge, gracias al AVE.

Demanda en Lalín de una nueva cabina en la rúa Calzada

Los taxistas de Lalín recuerdan la demanda de una nueva cabina telefónica en la rúa Calzada, alegando que la actual está rota y tiene bastantes destrozos. Algún profesional del gremio señalaba estos días que la petición fue cursada al gobierno local, que les respondió que se cambiaría aceptando la demanda, una vez se ejecutarán las obras de remodelación de la calle. Estas se completaron hace tiempo y, de ahí, el recordatorio de la reclamación.

Indican que la actual fue hecha desde cero especialmente para su uso por parte de los taxistas, indicando que tiene que tener unas dimensiones mayores de las de una cabina de teléfonos convencional, para poder tener más comodidad a la hora de entrar y salir para atender las llamadas de los potenciales clientes a la parada.

Actualización de los precios entre 10 y 12 céntimos por kilómetros hace unos meses

Pese al aumento del trabajo en los últimos meses, no todo son buenas noticias. En la otra cara de la moneda se encuentra la escalada de precios del gasóleo que pasó de pagarse a un euro o 1,2 euros no hace mucho a los cerca de dos que cuesta ahora. Pero no solo subió el combustible, los taxistas de las dos comarcas se quejan del aumento de costes generalizado que afecta al de los neumáticos, la subida de mantenimiento de los coches y la de los vehículos. En la compra de uno nuevo alguno afirma que «o mesmo modelo custa 5.000 ou 10.000 euros máis do que custaba».

Unos incrementos que no se reflejan en el coste del servicio. En Lalín y A Estrada, con poblaciones superiores a los 20.000 habitantes, el servicio de taxi se ofrece con taxímetro. Las tarifas las fija la Xunta y hace unos meses «despois de nove anos sen moverse» subieron 10 céntimos el kilómetro en los viajes diurnos y 12 céntimos el kilómetro en los nocturnos pasando de 1,10 a 1,20 de día y de 1,30 a 1,42 de noche.

La bajada de bandera está en Lalín en 3,75 euros de día y en 4,5 euros de noche. En Lalín, algunos profesionales se quejan de que el uso del taxímetro lleva consigo otras obligaciones que acarrean un coste que no tienen otros profesionales de municipios con menos población y que es la realización de revisiones cada seis meses.

Durante la pandemia, los taxistas coinciden en que las vacunaciones constituyeron un balón de oxígeno. En Lalín, alguno señala que llegó a hacer cuatro y cinco viajes a Santiago algún día. Ahora esperan que la cuarta dosis acarree de nuevo algo más de trabajo. En cuanto al futuro del taxi, algunos profesionales, que se quejan de la falta de compañerismo en el gremio, lo ven negro argumentando que la mayor parte de la clientela es gente mayor que coge un taxi para hacer la compra, alguna gestión, o ir al médico y que las nuevas generaciones ya no recurrirán a este transporte. Otros ven una gran competencia en la gratuidad de los viajes en tren y en autobús que cree, les restará clientela. De momento, los taxis siguen siendo un servicio público necesario.