Suprimir el riego ahorra en Lalín 1,2 millones de litros de agua al día

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Miguel souto

El casco urbano lalinense cuenta con 127.400 metros cuadrados de zonas verdes

31 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La sequía obligó este año al Concello de Lalín, y no es la primera vez que ocurre, a suprimir el riego de los parques y jardines a fin de ahorrar agua. Después de esta medida, un paseo por la localidad va evidenciando los efectos, especialmente en la superficie de hierba de jardines extensos como los de la Praza Galicia o la zona frente a la estación de autobuses. Pese a la medida, a la que se suma la de dejar de baldear las calles durante estos meses de estío, la situación de los acuíferos no es buena y el nivel de agua en las captaciones de Botos y de Catasós es cada vez más baja.

Esta semana, en Catasós ya no era suficiente para bombear y el caudal estaba más bajo que nunca. En Botos, en cambio, iba aguantando, pero no se sabe por cuanto tiempo.

Alberto Boado, de Acciona, la empresa adjudicataria encargada del mantenimiento de parques y jardines de Lalín, cifra en 127.400 metros cuadrados la superficie total de zonas verdes. En estos momentos, por decisión municipal, solo se están regando las rotondas, que representan un 3 % del total y suman 4.120 metros cuadrados. Eso daría un total de 123.280 metros cuadrados en los que no se está regando y por tanto se ahorra agua. Hacer un cálculo es difícil.

Hace unos años, Victorio Agulló, al frente en aquel entonces de la empresa que se encargada de las zonas verdes, realizó un cálculo que Boado da por bueno y era el de un consumo de 10 litros por metro cuadrado al día para el riego de zonas verdes. Eso supone 1,2 millones de litros de ahorro al día, aunque no siempre y no todo se riega a diario y por supuesto, o se riega todo el año ni mucho menos. Los árboles, por ejemplo, no se riegan porque se mantienen solos. La mayoría llevan muchos años asentados y tienen raíces profundas que les permiten sobrevivir.

Otra cosa es la hierba, que es la primera que se seca. Boado explica que «é o máis complicado de recuperar, porque aínda que en canto chove se rexenera so o que sae non é da mesma calidade, hai herbas que nacen e que non son as que queremos, calvas que hai que arranxar,...». Son los efectos, comenta, «de cando hai secas prolongadas» como la que estamos viviendo este año. No obstante, apunta, «en Galicia brota todo o ano con auga pero vese moi diferente e o obxectivo é ter o céspede como un campo de fútbol». En Lalín, señala, existen zonas amplias de hierba como «o botánico, o xardín do Auditorio, onde a estación de autobuses ou a Praza de Galicia».

En los parterres distribuidos por la localidad se realizan, apunta Alberto Boado, «tres plantacións ao ano» con plantas de temporada escogidas para que se adapten mejor. En verano se opta, señala, «por begonias e conchiñas, á igual que en setembro ou outubro, dependendo de como veña o tempo, que se fai unha reposición e en inverno se poñen violas e ciclamen». «Nos parques hai moita variedade de árbores e nas rúas hai árbores adultos, unha maioría de arbustos aligustres e tamén hai magnolios, camelios,...», comenta. Los que sí pueden llegara sufrir en caso de sequías muy prolongadas son algunos árboles más jóvenes que aún no tienen raíces profundas.

Un futuro por la senda de la eficiencia y la xerojardinería

El técnico de Medio Ambiente del Concello de Lalín, José Manuel Méndez, recordaba estos días los estudios realizados en su día por Victorino Agulló. Este destacaba un curso de xerojardinería realizado en el 2005 que consistió en «un cursiño de formación de aforro de auga». En aquel momento, apunta, «falárase xa dun parque de tormentas para recoller a auga e optimizar o aproveitamento». «Se tomara o modelo de Santiago», indica, abriendo camino a un futuro que se adivinaba con menos precipitaciones y más sequía por efecto del cambio climático.

Desde Espina y Delfín y el departamento de Medio Ambiente del Concello de Lalín se incidía estos días en ese estudio que permitió también hacer cálculos de consumo, como un primer paso para adoptar medidas. Desde esos años ahora ya se fue reduciendo el gasto de agua. En parte por superficies que ya no hay que regar como algunos campos de fútbol de hierba natural que pasaron a tener césped artificial. El mismo que tiene, al menos en parte, alguna rotonda. Un campo de fútbol consumía, señala, «seis mil litros de auga ao día».

Con ese curso de xerojardinería se enseñó a crear espacios sostenibles con poco consumo de agua. Una iniciativa que se encuadra también dentro de la concienciación ciudadana de ahorro y aprovechamiento del agua que en estos momentos es más necesaria que nunca.

«En jardinería cada vez tenemos que ir más a especies autóctonas»

Estos días, trabajadores de la empresa Dixardín se encargaron de llevar a cabo unas obras de mejora en el riego de la Praza Galicia y de la zona de la estatua de Loriga. María Jesús Lago, como profesional del sector de la jardinería, apunta que el cambio climático se va notando cada vez más y que eso hace que «cada vez tenemos que ir más a plantar especies autóctonas que se adapten al suelo y resistan mejor». Unas medidas a las que suma la necesidad de seguir el camino ya emprendido en muchos concellos de utilizar sistemas de riego más eficientes, con medidas como la recogida de agua para no desperdiciar los recursos hídricos. Con este tiempo, afirma, «habría que regar todas las semanas».

Estos días, trabajadores de la empresa Dixardín se encargaron de llevar a cabo unas obras de mejora en el riego de la Praza Galicia y de la zona de la estatua de Loriga. María Jesús Lago, como profesional del sector de la jardinería, apunta que el cambio climático se va notando cada vez más y que eso hace que «cada vez tenemos que ir más a plantar especies autóctonas que se adapten al suelo y resistan mejor». Unas medidas a las que suma la necesidad de seguir el camino ya emprendido en muchos concellos de utilizar sistemas de riego más eficientes, con medidas como la recogida de agua para no desperdiciar los recursos hídricos. Con este tiempo, afirma, «habría que regar todas las semanas».