Alumnos de matrícula de honor

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

E CUIÑA

Una decena de expedientes extraordinarios de jóvenes con mucho talento

21 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los estudiantes de Bachillerato ya acabaron el curso y queda para muchos la recta final que es la prueba de acceso a la Universidad donde se jugarán su futuro y la carrera que podrán escoger. Con las notas en la mano, un año más, el talento dezano se plasma en un puñado de matrículas con expedientes envidiables. Alumnos que, en esta generación, han tenido que lidiar con el extra de la pandemia. Los institutos públicos dezanos otorgaron este año una decena de matrículas de honor, pero a ellos se sumaron también otros estudiantes brillantes que se quedaron a las puertas por apenas alguna décima.

En el Aller Ulloa de Lalín se otorgaron cuatro a Adrián Llinares Juiz, que obtuvo un 10 de nota media en segundo de BAC; Marta García Méndez con un 9,88 de media este último curso; Nuria García Pardo con un 9,81 y María del Carmen Sesto Fernández con una media en segundo de 9,72. Este año cursaron 71 alumnos este último curso de Bachillerato y aprobaron en junio 44.

En el IES Laxeiro aprobaron 11 de 38 alumnos de diurno y 8 de 16 de nocturno, aunque de estos últimos solo dos irán a las pruebas de acceso a la Universidad. Las tres matrículas de honor dadas este año fueron para Lucía Carballo Valladares que obtuvo un 10 redondo como media de segundo de BAC y la misma nota en todo el Bachillerato. Cristina Vázquez Rial tuvo también una nota media en segundo de 10 y una nota media de BAC de 9,94 y Elena González López acabó segundo también con una nota media de 10 y un 9,84 de media en la totalidad del BAC.

A estos expedientes extraordinarios se añade el de Lucía Puga del Marco do Camballón de Vila de Cruces con un 9,8 y los alumnos del IES Pintor Colmeiro: Almudena Villanueva y Lucas Varela. En el Camballón, explica el director, hubo 22 estudiantes en segundo, de los cuales aprobaron ya en junio 15 y aunque solo pudieron dar una matrícula de honor de los 15, ocho tienen una nota media superior al 9 en BAC. En el Colmeiro aprobaron 32 estudiantes, de un total de 44.

La mayoría de estos estudiantes sobresalientes tienen claro los pasos hacia donde encaminarán su futuro. Entre ellos abundan los BAC de Ciencias. Adrián Llinares, de Rodeiro, es uno de ellos y se decanta por la Medicina. Le gustaría ser cirujano pediátrico y desde hace años tiene clara su vocación. De pequeño tuvo una operación importante y quiere ayudar como lo ayudaron a él en su día. Llegó al Aller en primero de BAC para estudiar Stembach.

Su compañera de centro, la lalinense, Marta García Méndez, quiere estudiar la carrera de Matemáticas y ve su futuro «dando clases». Quiere ser profesora. Sus padres lo son y lo suyo, asegura, «es vocacional». Le gustaría impartir Matemáticas en un instituto y si fuera en la Universidad, mejor que mejor. Además toca el piano y acabó el año pasado el grado profesional en el Conservatorio.

Nuria García Pardo, de Goiás, también cursó Ciencias. Sus asignaturas favoritas son la Biología y la Química y de cara al futuro quiere elegir estudiar Enfermería o Farmacia. Se ve trabajando «en un laboratorio o como profesora de Química» y entre sus aficiones está la de montar a caballo.

María del Carmen Sesto estudio el BAC de Ciencias Sociales y tiene claro que hará Derecho. «Soy de Letras y al Derecho le veo salidas». En mente tiene «ser abogada». Asegura que no hay ninguna asignatura que le disguste. Al igual que otras estudiantes encontró en el gimnasio una forma de evadirse.

Cristina Vázquez Rial es de Lalín y aunque su familia, dice, «son todos de Letras» ella fue por Ciencias. «Al principio quería hacer Odontología», pero finalmente, apunta que no se ve ejerciendo. Su asignatura favorita es la Química, con lo que quiere estudiar la carrera de Farmacia en Santiago. Además le gustan mucho los idiomas: el francés y el inglés. Acabó el Conservatorio, toca el saxofón y le encanta leer. Su madre, apunta, es de Letras Puras y desde pequeña siempre le recomendó libros. Defiende los beneficios de la lectura y recuerda que «en todas las asignaturas hay que redactar, hasta en Matemáticas».

Lucía Carballo Valladares quiere estudiar Física o Matemáticas. Son sus materias favoritas y le atrae la enseñanza. A sus notazas de doble 10 se añaden sus estudios de música. Acabó el año pasado en el Conservatorio y toca el piano. Al igual que Sesto cuenta que «gústame ir ao ximnasio».

Elena González López. también cursó BAC de Ciencias en el Laxeiro y aunque «claro no lo tengo» quiere decantarse por cursar el doble grado de ADE y derecho en A Coruña. Al preguntarle como se ve en el futuro, comenta que «creo que tiro más a la empresa y a ser profesora». Acaba de terminar en el Conservatorio y toca el violín.

Aunque los dos años de pandemia marcaron los estudios de esta generación, la mayoría coincide en que primero fue peor que segundo. En cuarto de la ESO les pesó el confinamiento. Mantener la concentración cuando todo es telemático no es fácil. En segundo de Bachillerato, muchos, aseguran que fue cuestión de organización. Lograr unos expedientes tan brillantes como los de estos chicos y chicas no se consigue sin esfuerzo y aunque reconocen que trabajaron duro hay quien afirma que tuvieron tiempo para todo. Ahora les queda una nueva prueba: la ABAU.

«Vou tirar polo ámbito xurídico, quero chegar a ser xuíza»

Campeona de debate en el Parlamento Xove, Lucía Puga Silva, de Vila de Cruces, estudió el BAC de Ciencias Sociales. Sus planes son estudiar Derecho y «tirar polo ámbito xurídico». Su meta es ser jueza. Su madre es abogada y asegura que tiene clara su vocación desde la ESO. Cree que «é necesario que na Xustiza haxa xente nova» que aporte una perspectiva más fresca. Le encantó la asignatura de debate y también le gusta la política. De su edad apunta, «era a única que vía os debates». Durante la pandemia también encontró una válvula de escape en el gimnasio.

«Quero facer Nanociencia e dedicarme á investigación»

Natural de la parroquia silledense de Pazos, Lucas Varela Cornado, quiere estudiar el grado de Nanociencia y Nanotecnoloxía en la Universidad de A Coruña. Una carrera nueva que apenas tiene un par de años de vida. Confiesa que muchas veces tiene que explicar qué es y en futuro le gustaría dedicarse a la investigación. Jugador de fútbol en el juvenil de Vila de Cruces, lo dejó con el inicio de la pandemia «e non volvín». Asegura que es una de las cosas que más echó de menos. Una de sus asignaturas favoritas es la Química.