Una zona que incluye Liñares, Carboeiro, la Fervenza do Toxa, el Pazo de Anzuxao, el Muíño de Cuíña y la Casado Patrón y el resto de los museos lalinenses, entre otros. Unos llevan a otros y la mayor parte de las veces comparten visitantes. Unas sinergias con las que ganan todos. Liñares, comenta Ogando, recibe también estudiantes de fuera. Ya estuvieron de Gijón o Salamanca. La entrada es gratuita y el Museo do Xoguete uno de sus atractivos. Las agencias de viajes también se están volviendo a mover. En Carboeiro el último mes se superaron las 1.300 personas y ya fue un trimestre muy bueno.
En cambio, mientras que en Deza los museos se activan y ya están en muchos casos en números similares o incluso superiores a antes de la pandemia, en A Estrada el Museo do Pobo Estradense continúa cerrado, lo mismo que ocurre con el de la Minería de Fontao, en el municipio de Vila de Cruces, del que no se esperan noticias por el momento y continúa sin actividad.