Los restaurantes de la zona, a favor de limitar horarios y sobremesas

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

E CUIÑA

Los hosteleros ven positiva la idea de acotar el funcionamiento de la cocina

01 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los hosteleros de la zona se muestran de acuerdo con la iniciativa del Grupo Nove que cuenta con una veintena de restaurantes y que decidió cerrar sus establecimientos a la una de la madrugada a fin de facilitar la conciliación familiar y laboral de sus trabajadores. En Lalín y A Estrada ven con buenos ojos esta idea de acotar los horarios de las comidas y cenas evitando que, como ocurre en ocasiones, las sobremesas se alarguen hasta el infinito.

En los restaurantes le ven muchas ventajas a la idea, aunque para algunos la aplicación no es tan sencilla y apoyarían que ese cierre a la 1.00 horas se aplicase como norma de obligado cumplimiento para todos evitando así que unos lo hagan y otros no.

Álex Iglesias del restaurante Cabanas de Lalín y presidente del sector de la hostelería señala que en su caso lo que hicieron fue reducir el horario de cocina que en estos momentos es de 13.30 a 15.00 horas. Para las cenas, está abierta hasta las 23.00 horas y, apuntan, «a la una cerramos». Entre semana ya no abren por la noche. Lo mismo que hacen en otros restaurantes de la zona, a los que no les compensa abrir a diario en horario nocturno y solo lo hacen viernes y sábados.

La pandemia, explica Iglesias, marcó la diferencia y una limitación de horarios que contribuyó a que los clientes llegaran antes a cenar y se fueran también antes. De esas restricciones, apunta, «nos quedamos con el cierre a la 1.00 horas». Los hosteleros señalan que a raíz de ese tiempo de limitaciones se dieron cuenta de que podían ser ellos los que marcaran la pauta y los horarios. Se pasó, como comentaba alguno, a que el horario lo marcase el cliente que llegaba y se iba cuando quería a que lo fijase el restaurante.

Jornadas de trabajo

Los restauradores de la zona ponen el acento en la necesidad de cumplir las jornadas de los trabajadores y aseguran que contar con dos turnos de trabajo sería inviable. Diego López de La Molinera, en Lalín, está de acuerdo con la iniciativa del grupo Nover y señala que «lo que sacaron ellos es lo habitual aquí y en cualquier restaurante».

En el Velis Nolis de A Estrada coinciden también con los de Lalín en la limitación de horarios. Afirman que hace años que lo hacen y antes de la una están fuera. Se quejan de que a veces llega gente a las 22.30 horas a cenar sin reserva previa. A mediodía cierran a las 16.00 horas «y antes de las 16.30 horas estamos fuera».

Alberto López de Casa Currás indica, respecto a las propuestas del Grupo Nove, que «apoiamos todo» destacando que «todo son beneficios». Entre ellos apunta el hecho de que «o persoal non se queime tanto, viven os das copas e vivimos todos». Y es que los restauradores están también de acuerdo en que si sus clientes salen más temprano de cenar podrán después ir de pubs y tomar sus copas en los locales nocturnos.

En A Estrada, Adriana Abelleiro, presidenta del sector de la hostelería en la zona señala, en relación a la iniciativa del Grupo Nove, que «no lo hablamos aún y tendremos reunión la semana que viene». En su caso, apunta, el tipo de negocio de restauración, más enfocado a eventos, es muy diferente al de los restaurantes tradicionales.

Para los hosteleros, hay excepciones a los horarios limitados. Un ejemplo en Lalín, podría ser el de la Feira do Cocido con sobremesas que se suelen alargar más de la hora habitual de cocina, eventos o casos especiales de forma puntual. En algunos locales señalan que sus clientes ya suelen irse antes. En otros indican que en estos momentos ya se volvió a las costumbres de antes de la pandemia y alguno contaba el caso de clientes que se fueron a las 2.30 horas. Hay también, dicen, quien sigue llegando muy tarde a cenar o a comer. En el caso de las comidas hay quien reconoce que tiene clientes que salen de trabajar a las 15.00 horas y que, por tanto, no pueden llegar antes.

Iniciativas para mover la noche y competir con las verbenas, que arrancaron fuerte

En los locales hosteleros nocturnos de Lalín y A Estrada esperan que el buen tiempo impulse la salida de vecinos y la afluencia de clientes en sus establecimientos. En A Estrada se quejan de la competencia en los dos últimos fines de semana de las fiestas que arrancaron con fuerza. Las actuaciones de grandes orquestas en parroquias de la zona atrajeron a un público muy numeroso con muchas ganas de verbena lo que hizo, dicen, que los pubs del casco urbano acusaran esos días la falta de clientes.

La fórmula que ponen en marcha en A Estrada es la unión de hosteleros para la organización de eventos en la calle, como el previsto para ayer por la noche con iniciativas que persiguen atraer clientela y ofrecer algo más. Ese fue el espíritu de la Festa do Motor y de la Feira de Abril de ayer, a la que sumarán la posibilidad de poner en marcha algún evento en colaboración con la Festa da Sidra.

En A Estrada, los pubs resaltan que la mayoría trabaja solo los viernes y los sábados y algunos incluso solo los sábados, lo que reduce el horario de trabajo y de negocio respecto a otros del sector hostelero.

Tanto en Lalín como en A Estrada ven con buenos ojos que los restaurantes cierren antes, promoviendo de esta forma que los clientes sigan después de pubs. De momento, dicen, no se está notando mucho movimiento nocturno pero confían en que poco a poco vaya cambiando la situación y puedan llegar a trabajar al mismo nivel que antes de la pandemia. Reconocen que la gente tiene ganas de salir y esperan que la subida de las temperaturas contribuya a animar los locales de copas.