Las excavaciones en el yacimiento de O Carrio se retomaron
05 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Los trabajos arqueológicos en la antigua capilla de San Adrao, en el monte Carrio, se retomaron esta semana con el objetivo de profundizar en los hallazgos descubiertos el pasado verano. Si la primera fase de la excavación de ese pequeño templo, un posible eremitorio que se remontaría a la Baja Edad Media, partió de la comunidad de montes de Bermés, ahora fue el Concello de Lalín quien logró financiación para esta segunda actuación, a través de una línea de ayudas de la Diputación para rehabilitación y señalización del patrimonio histórico y cultural. La pretensión es completar la puesta en valor de este yacimiento.
La nueva prospección pretende descubrir la planta completa de la capilla para su posterior restauración y puesta en valor. Además, los posibles hallazgos durante la excavación podrían resolver cuestiones pendientes desde los trabajos del pasado verano, entre ellas la fecha en que se levantó el templo, si tuvo distintas épocas de uso o si sirvió también como eremitorio además de lugar de culto.
La empresa Árbore Arqueoloxía está ejecutando los trabajos, que se prevé se prolonguen durante unas tres semanas. Después habrá un período para la consolidación de los resto. Al inicio de esas labores acudían ayer la concejala de Cultura, Begoña Blanco, que regresa a la actividad municipal tras unos meses de baja médica, así como el presiente de la comunidad de montes, Cristóbal Fernández. Durante esta intervención arqueológica cualquier persona interesada podrá acudir a visitarla. Tras la conclusión está previsto, como en la primera fase, organizar una visita guiada al yacimiento que supone un aliciente más para disfrutar del patrimonio natural de O Carrio.
La existencia de la capilla de San Adrao, también conocida como de Santo Adrián, era conocida por los vecinos de Bermés que guardaban en la toponimia y la memoria oral su recuerdo. Duramente la primera excavación promovida por la comunidad de montes se localizaron parte de los muros del pequeño templo, así como la entrada lateral y el enlosado interior. Además aparecieron restos de cerámica y una moneda, considerándose que pudo ser abandonada en torno a los siglos XV o XVI, con una construcción tiempo atrás.