«Estamos nunha folga forzosa e sen poder facer nada, totalmente parados»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

E CUIÑA

El apagón dejó a los negocios con la actividad muy mermada causando grandes pérdidas

27 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estamos nunha folga forzosa e sen poder facer nada, totalmente parados». Así resumía la jornada un restaurador lalinense. Una frase que secundaban muchos otros comerciantes y trabajadores de todo tipo de negocios. En la calle las quejas por la falta de luz se repetían. El primer parón, que empezó a las 10.20, dejó a las cafeterías sin poder servir los cafés de la mañana. En A Barra, Manuel Alonso apuntaba que «el corte fue a la hora justa cuando la gente viene a desayunar», apuntando que «tanto cobrar la luz, para tener un servicio horrible». Una queja que repetían muchos otros comerciantes y hosteleros lalinenses. Hubo algún negocio que acabó cerrando ante la impotencia de no poder trabajar. En el restaurante Cabanas, en las cazuelas de la cocina a gas humeaban los platos de la comida. Iglesias explicaba que «temos moitas reservas, pero a ver como facemos». Hubo bares que colocaron velas y algún comerciante que se quedó a la puerta al no poder abrir la verja.

Sin cajeros ni gasolina

Los bancos estuvieron parados. En Abanca muchos clientes se fueron ante la imposibilidad de operar. Si a diario la caja cierra a las 11.00 ayer se mantuvo abierta toda la mañana, pero no llegó a poderse hacer ninguna operación por falta de luz. En la farmacia de Loriga explicaba que «vino alguna persona por un medicamento que le hacía falta pero no se lo pudimos dispensar» dada la imposibilidad de usar el ordenador. En las gasolineras los surtidores se quedaron también parados. En el supermercado de la estación de servicio de Campos apuntaron que tuvieron que atender anotando todos los códigos a mano para poder introducirlos en cuanto se repusiera el suministro.

En los supermercados, el funcionamiento de las unidades de potencia permitieron temporalmente el funcionamiento de las cajas, pero impidió servir charcutería al corte o el picado de carne al no funcionar las máquinas. Pasado un tiempo los acumuladores se quedaron sin suministro y los establecimientos acabaron por echar el cierre al final de la mañana. En la confitería Navaza el apagón les pilló con las tartas de almendra en el horno y en Hiperxel temían por los congelados. En Silleda, los cortes afectaron también a negocios del casco.

La AED anuncia reclamaciones y demanda un servicio de atención

El presidente de la AED, Antonio Lamas, se hizo eco de las innumerables quejas de empresarios, comerciantes, hosteleros y ganaderos de la zona afectados por la avería eléctrica. Destacó las grandes pérdidas económicas que conlleva una suspensión en el suministro de casi cinco horas. Eso sumado a las innumerables quejas por microcortes que se acumulan y que dan lugar a una larga lista de siniestros.

Lamas se queja de la falta de información. Defiende que «somos unha entidade representativa do sector» y echó en falta que alguien de la compañía se pusiese en contacto con ellos para contarles qué pasaba y cuál era la situación y poder informar al sector. Demanda a la empresa eléctrica la puesta en marcha de un teléfono de atención al ciudadano que canalice las reclamaciones y dé información en estos casos. Anunció que estudiarán todas las posibles reclamaciones y se pregunta cuándo contará Lalín con el anillado que permitirá que ante una avería como la ocurrida ayer, se pueda recibir energía eléctrica por otra línea y evitar un corte de tantas horas como este último, que tantas pérdidas supone. Se pregunta quién pagará los daños causados y los enormes perjuicios a todo tipo de sectores productivos.

En los negocios y empresas algunos temían por los efectos que los cortes pudieron tener en maquinaria y aparataje de todo tipo. Unas averías que también pudieron afectar a electrodomésticos de particulares.

El centro de salud al ralentí, con consultas desplazadas al PAC

En el centro de salud lalinense, pese a los generadores, el sistema dejó la actividad muy mermada. En la planta baja funcionaban a duras penas y a ratos algunos ordenadores. En las plantas altas los ordenadores no iban y la mayoría se quedaron sin suministro. Sí funcionaba alguno del PAC, lo que hizo que unos tres médicos se trasladaran a estas instalaciones para poder pasar consulta allí y atender a algunos pacientes. No funcionaban servicios como el de Rayos X por falta de luz. A media mañana llegaba en ambulancia una señora que se había caído. Fue una de las urgencias que se encontraron con los problemas derivados de la falta de luz.

En otros organismos como el ORAL o Correos, la falta de suministro y el parón de los ordenadores dejó la actividad al mínimo y con pocas posibilidades de trabajo. Lo mismo pasaba en la oficina lalinense de Naturgy, normalmente con colas, y que con el apagón se quedó sin clientela.

En el consistorio de Lalín el generador de emergencia del consistorio hizo posible que la actividad en la oficina de la Policía Nacional no se detuviera y los citados pudieran realizar sus gestiones de DNI y pasaporte.

En las clínicas dentales, el apagón dejó también a los trabajadores de brazos cruzados, al igual que ocurría en los salones de belleza complicando las cosas también en las peluquerías donde tiraron de ingenio. En los institutos, los docentes volvieron a la pizarra al no poder usar proyector.