Sus pizzas artesanas empezaron a tener tanto éxito como los extras que las instalaciones de Pizza Park ofrecían a las familias. Llegó el covid y también fueron cambiando los hábitos de consumo. En la pizzería lalinense vienen notando un gran crecimiento de las ventas para llevar. Señala que «las familias aún tienen el temor de compartir en lugares públicos y el público que tenemos nosotros prefiere llevarlas para casa y, ahora podrá también obtenerlas de forma automatizada».
«El parque, que antes era un atractivo, ahora es un problema», explica. En estos momentos los cumpleaños ya se reactivaron aunque las cosas cambiaron con respecto a antes de la pandemia. «Antes las fiestas eran de muchos más niños, teníamos algunas de 30, y ahora son grupos reducidos de diez o doce con pequeños que van a la misma clase o son familia». También descendieron en número. Si antes celebraban en el local lalinense tres al día los días del fin de semana, ahora se llevan a cabo en el horario en el que está cerrado el restaurante y «los hacemos de uno en uno, lo que bajó las ventas». De ahí, añade «que busquemos alternativas. Tenemos un local muy grande y una producción ociosa a la que hay que dar salida y por eso surgió esto».