La pandemia está dejando su efecto. Explica que «hubo una distorsión del modelo asistencial, los pacientes no venían y cuando se pudo volver a atender, las patologías emergentes vinieron más desbordadas». En Urgencias, en el hospital de Ourense detectaron el año pasado un aumento de casos de adolescentes que llegaban «con mucha demanda y necesidad de mucho tiempo para ser atendidos, que no encajaban bien en la consulta habitual y que tenían, entre otros, pensamientos suicidas».
Para ellos nació una unidad específica para prevenir suicidios y que atiende otros problemas agudos en estas edades como ansiedad, angustia, trastornos alimenticios o episodios de autolesiones. Se abrió hace tres meses y el objetivo es, indica Docasar, crear un hospital de día infantojuvenil, «pero como todo, va teniendo un desarrollo». Explica que tenían la posibilidad de contratar el recurso humano pero faltaba el espacio a la espera de obras ya licitadas para el hospital. «Con el esfuerzo de gerencia y dirección médica se habilitaron horarios y despachos especiales para empezar a dar atención ya», apunta. Es similar, dice, a la unidad de intervención intensiva destinada a atender el suicidio en adultos que empezó a funcionar hace 10 años como estudio piloto: un modelo para muchos otros hospitales e hito que cosecha muy buenos resultados y logró la disminución de suicidios. En la labor de estas unidades recalca la importancia de atender a los pacientes con un equipo especializado que integran «un psiquiatra, un psicólogo y un enfermero de salud mental».