Regreso a Galicia
Cuando regresa Galicia, en 1968, ya tiene trazadas sus intenciones y su obra muestra como el ser humano será el principal objeto de su interés; la relación de las figuras con el particular hábitat, que se circunscribe al entorno, los paisajes y bosques de la zona, también los interiores: tabernas y espacios en los que se desarrollan las escenas de una vida cotidiana, arraigada en las costumbres, tendrán cabida en sus temas principales; paisanos jugando a las cartas, figuras solitarias, grupos de mujeres, maternidades, muestran su pertenencia al lugar, como también lo harán los paisajes que recrea a partir de finales de los ochenta. Entre ellos figuran la Fraga de Catasós, la Carballeira de Barcia o la de As Casianas.
La exposición en el museo Aller contó con obras de primera época, junto a otras alusivas a temas mitológicos, acompañada de un audiovisual en el que el artista comparte momentos de su biografía y experiencias. De forma paralela se editó un catálogo con textos de Pilar Corredoira y Antón Castro, así como aspectos biográficos sobre el artista a cargo de su mujer, María Espinosa, junto con poemas de Carlos Oroza y Darío Xohán Cabana, además de escritos de Ánxel Vence y Xavier Navaza.