Emilia Pardo Bazán regresó a su querido Palacio del Recuerdo

Javier Benito
j. benito LALÍN / LA VOZ

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Liñares acogió una visita teatralizada con la escritora como protagonista, amiga de los Taboada, dueños en su día del pazo

30 may 2021 . Actualizado a las 19:58 h.

La relación de Emilia Pardo Bazán con Lalín tiene uno de los lugares de referencia el Pazo de Liñares. O el Palacio del Recuerdo como ella bautizó a esa construcción señorial propiedad de la familia Taboada, con la que mantuvo una estrecha relación y que hoy pertenece al patrimonio municipal. Para conmemorar el centenario de la muerte de la escritora coruñesa, este domingo se organizó una visita teatralizada que permitió recrear una de sus visitas, en 1908, para transmitir su pésame por la muerte ce Carlos Taboada, en especial a su hijo Amalio.

La compañía dezana Fantoches Baj se encargó tanto del guion como de la interpretación, con Larraitz Urruzola dando vida a Pardo Bazán e Inacio Vilariño a Amalio Taboada, íntimo amigo de la escritora. Una pieza teatral que permitió recorrer Liñares, concebida además como un recurso turístico y para divulgar la importancia de los pazos gallegos. Además de contarse la vida cotidiana de los Taboada y sus visitantes, también se entremezclaron recuerdos, anécdotas y se recreó alguno de los cuentos, junto con una escena con títeres basada en un texto de la coruñesa.

La trama comenzó en el exterior del pazo lalinense, para después trasladarse al salón principal en el segundo piso y discurrir por el jardín. Un espacio querido por Pardo Bazán, quien escribió en su día: «En Liñares, o culto ao pasado é tan reverente, que eu, na miña xeografía novelesca, chamei a esta casa, á vez tan hospitalaria, tan patriarcal e tan distinguida, Pazo do Recordo».

En la primera de las dos escenificaciones previstas participó la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, además del alcalde, José Crespo. La institución provincial promovió esta iniciativa y Silva definía a Parado Bazán como «unha muller feminista, rebelde e poderosa». Recordó el papel de Liñares en la configuración de la obra, ahora espacio sociocultural que suele acoger actividades de la Diputación.