Muchas ganas de salir a cenar pero las normas limitan la oferta en la zona

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

Las restricciones horarias, junto a las de licencia, impiden abrir a muchos locales

18 abr 2021 . Actualizado a las 04:00 h.

Los restaurantes estrenaron el viernes el horario de 23.00 horas, pero solo pueden hacerlo aquellos establecimientos que tenga licencia como tales y eso hizo que muchos de los locales ese primer día estuviesen cerrados. En Lalín uno de los pocos que abrió sus puertas fue el restaurante Cabanas. Álex Iglesias explica que «somos uns privilexiados porque como temos a xente traballando polos envíos (de cocido) podemos facelo». Otros mantienen las puertas cerradas porque no les compensa sacar a los trabajadores del ERTE para dar cenas porque consideran que el horario limita mucho y no les va a cubrir gastos.

Iglesias considera que «é discriminatorio que só podamos abrir os locais con licenza de restaurante, que pagamos un pouco máis, pero creo que este non é o momento desto».

En su caso tuvieron «moita xente e o aforo completo». Todos vecinos de Lalín apuntando que «era xente que ía de viños e agora acabou no noso local». Los hosteleros esperan que esta situación transitoria no dure mucho. Alberto Canda, de O Cruce, en Lalín señala que «nós seguimos pechados dende ás 21.00 horas». Indica que «non dou ceas porque non me vale a pena abrir a porta. É inviable con este horario». Señala que antes la hora normal de llegar la gente a cenar eran las 22.30 horas «e agora é a hora que teñen que marchar e os terías case que botar». «Son horarios para outros países, pero para aquí non», dice. Mantiene al personal unas horas en el ERTE y no podría hacer frente al coste de recuperar a la plantilla el resto de las horas porque considera que las cenas serían de poca gente y no le compensaría. Una opinión que también suscriben otros hosteleros de la zona.

Casa Currás, en Lalín, es uno de los establecimientos de la zona que no puede abrir porque no tiene licencia de restaurante. Alberto González señala que «somos casa de comidas» pero resalta que «chamounos moitísima xente para preguntar. Se estiveramos abertos teríamos cheo».

El Velis Nolis de A Estrada tampoco tiene licencia de restaurante y Jaume García también cuenta que «vino mucha gente a preguntar». En su caso, explica, «damos comidas y algo de 20.00 a 21.00 horas». Este hostelero se suma a las quejas de muchos otros sobre la exigencia de colocar medidores de C02 en los locales por las noches.

Considera que «no tiene razón de ser» y no entiende porqué no vale mantener las ventanas abiertas y el local bien ventilado. Al igual que Nemesio Iglesias, de Naval do Espiño, se pregunta porqué solo se exigen de noche. En su caso dice que no va a comprar ningún aparato y en vez de eso «vou a usar as terrazas», afirma. En su caso, el viernes cerró a las 21.00 horas pero ayer ya iba a abrir hasta las 23.00 horas, sobre todo, por dar de cenar a algunos clientes del hotel.

Explica que «algunha reserva vai habendo». Los hosteleros apuntan que hay muchas ganas en la gente de salir pero el horario limita las salidas a personas de cerca o de la misma localidad que de otra forma no dispondrían de tiempo suficiente para cenar y regresar a casa a tiempo antes del toque de queda.

Los turistas y los de fuera, dicen, hace tiempo que brillan por su ausencia en ese horario. Esperan que puedan regresar pronto.