El papel, soporte humilde para otro tipo de arte

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

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El lalinense Xosé Luis Gutiérrez dirige la editorial Aulada Negra, que publica obras en pequeño formato

03 mar 2021 . Actualizado a las 11:26 h.

A Xosé Lois Gutiérrez Faílde (Lalín, 1976) la inquietud por las publicaciones culturales le viene de lejos. Ya en el instituto Ramón María Aller o después, mientras cursaba estudios universitarios de Historia del Arte en Santiago, se implicó en la edición de fanzines y revistas. Este profesor de Secundaria en Sarria, localidad lucense donde se asentó hace nueve años al querer dar un giro a su vida en Santiago tras el nacimiento de su segunda hija, emprendió en el 2019 una maravillosa aventura para convertir el papel en obra de arte. Nacía Alauda Negra, una editorial diferente, que ya plasmó con una producción casi industrial propuestas de varios creadores, que se han podido ver en la Fundación Luis Seoane dentro del Festival de Fotografía da Coruña (FFoco) a finales del pasado año.

Desde esa vinculación inicial con el mundo de los fanzines pasó a la crítica de arte en revistas, después de arrinconar el desánimo que le generó no superar el examen de entrada en la Facultad de Belas Artes, aunque motivos personales también impedían seguir esa carrera, decantándose por Historia del Arte. Surgía entonces la disyuntiva entre crear o pensar, en una reflexión aún viva en Xosé Lois Gutiérrez. Porque sus fotografías y publicaciones personales siguen ahí, no en vano estrenó una pieza suya la trayectoria de Alauda Negra. Todo ello con una formación calificable como autodidacta, «diseñada por mí a través de participación en cursos, talleres y másteres». Trabajos íntimos y personales que se exhiben ya desde el 2007 tanto en muestras colectivas como individuales.

Pero llega con el 2014 un punto de inflexión en la trayectoria creativa de Gutiérrez Faílde. Sus fotografías para una exposición se convirtieron en un libro autoeditado, Aires de familia, que Tono Arias distribuyó a través de su galería Dispara en A Estrada. «Ese proyecto me llevo a pensar en esta idea, la de recuperar el mundo de la edición, pero en un espacio para publicar proyectos no tan convencionales sino que, por su desarrollo o formato, no pueden plasmarse en el típico libro o en un lienzo», explica sobre la génesis de Alauda Negra.

En el 2019 nacía su pequeña editorial «con una producción industrial, casi de fotocopia, a modo de plaquettes, publicaciones de pequeño formato con contenidos muy específicos, muy pensados para formato en papel». Una iniciativa que ya estaba en su mente hace años desde una comida con creadores lalinenses como Misha Bies Golas, Inacio Vilariño o Ángel Calvo Ulloa.

Prueba-error

«Uno debe empezar por uno mismo, encajar la idea y darle forma, experimentar y acudir al sistema prueba-error». Así nacía la primera publicación,

Ein Stück

, de su propia autoría. En ella, Xosé Lois Gutiérrez rinde un homenaje a la caída del muro de Berlín hace más de tres décadas. «Tuve la ensoñación adolescente de ir pero resultó un fracaso, no pasó de la estación de autobuses de Pontevedra», reconocía divertido, aunque un viaje a Varsovia hace pocos años le permitió hacerse con un trozo de aquel emblema de la historia del siglo XX. En su creación, de la que editó 89 ejemplares firmados en honor al año de la efemérides, incluía fotografías y textos «que no tenían un mayor recorrido, tras darle vueltas a las maquetas».

Su propuesta editorial encontró eco, con una buena acogida que le llevó a presentarse en FFoco en A Coruña con una instalación-exposición o a participar en la feria Fiebre, una de las más importantes en nuestro país dedicadas al fotolibro. Todo ello en un dramático 2020, aunque en su caso extraordinario al coger impulso la labor en Alauda Negra. Propuestas de creadores cuya distribución resulta muy sencilla, así como la elaboración, fuera de los circuitos habituales para el libro o el arte.

Esa calidad casi de fotocopia no deja de ser algo deliberado por parte de editor y creador. «La calidad del trabajo, de los contenidos están muy por encima del soporte», recalca Gutiérrez Faílde. Ediciones de cien ejemplares firmados, que jamás se repetirán, a modo casi de panfletos con protagonismo para el lenguaje verbal y visual, asociados a través de una relación, «la que sea», donde se mima al autor.

Propuestas de Misha Bies Golas, Rosendo Cid o Iván Nespereira, con más en cartera

Además de su pieza inaugural, Xosé Lois Gutiérrez ya editó tres propuestas del lalinense Misha Bies Golas -Silo: MetaMalevich- y los ourensanos Rosendo Cid -Esta pieza no explica nada - e Iván Nespereira -Bloque-. Pero otros trabajos están ya en un proceso más o menos avanzado, con la intención de publicarse tres o cuatro por cada estación del año. Los primeros ya a lo largo de esta próxima primavera. Entre otros autores figuran Tere Fernández, Ariadna Fernández, Jacobo Ameneiro o Tono Arias. «Estoy trabajando con ellos para ultimar detalles antes de editar los ejemplares, que nunca pasarán de cien, por una cosa casi romántica y en ese pequeño formato con pocos gastos, que permitan asumir pronto los costes con la venta y destinar parte de los ingresos a los creadores», comenta.

Cada obra se comercializa a 3 euros, sumándose los gastos de envío. Un precio casi testimonial posible por la fórmula escogida para estas publicaciones. Todas ellas muy cuidadas a pesar de la producción prácticamente industrial, donde hay una relación constante y fluida entre editor y creador. «Pretendo seguir con esta línea de trabajo, de atención y mimo al artista», afirma Xosé Lois Gutiérrez.

Al margen de Alauda Negra, pero a un ritmo pausado y con inercia propia, hay otros proyectos más personales del creador lalinense. A finales del 2020 exponía sus fotos en Sarria, «un viejo encargo en sala que no podía demorar más».