«Queremos que veñan a Lalín pola Feira do Cocido ata as moscas»

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

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Una mesa redonda recordó el día grande de la fiesta que debía vivirse ayer

08 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Miles de personas hubieran recorrido ayer sus calles. Hubieran acudido a su mercado a comprar. Hubieran seguido el desfile preludio del Entroido. Hubieran admirado las carrozas etnográficas o escuchado con atención al pregonero de turno. Todo en una jornada fría, con apenas un poco de llovizna. Ideal para degustar el pantagruélico plato que sitúa a Lalín en el mapamundi. El día grande de su Feira do Cocido. Tocaba soñar cómo hubiera sido, en espera de que la fecha alternativa, a mediados de mayo, al menos permita recuperar en parte esta cita gastronómica que estrena su declaración de interés turístico internacional condicionada por el coronavirus.

Desde el alcalde a representantes de los grupos de la oposición. Desde asociaciones y colectivos a particulares. Desde entidades deportivas a emigrantes. Las redes sociales bullían ayer de melancolía. De fotos con cocidos caseros para dos o cuatro -habían exhortado las autoridades a evitar reuniones familiares en torno a la mesa, solo convivientes- y sin esas conversaciones de horas entre bocado y bocado a los mil sabores que atesora el cerdo.

El Concello quiso promover al menos un acto simbólico en ese día grande. Recurrió a su canal de YouTube para organizar una mesa redonda en torno al Cocido, donde participaron el cronista oficial de Lalín, Daniel González Alén; uno de los organizadores de feria y del desfile de carrozas durante años, Agustín López; el cocinero José Luis Iglesias; y José Luis Castro, de la asociación A Carballeira de Cercio. El periodista Gúmer Portas ejerció de moderador de una conversación de más de una hora que permitió rememorar detalles curiosos sobre la fiesta o que muchas personas conociesen algunos aún inéditos para ellos.

La edición de 1980, en el aire

La Feira do Cocido ahora aplazada en espera de la evolución de la pandemia cumple este año ya cincuenta y tres ediciones. Todas ellas consecutivas. Pero González Alén, que ha publicado un interesante libro sobre la fiesta gastronómica lalinense, apuntaba ayer que en 1980 estuvo en el aire hasta quince días antes de su celebración, sin comisión organizadora, para acabar «

sendo unha das mellores polo protagonismo do galego e as actuacións folclóricas ao aire libre

». Al dramaturgo Varela Buxán, «da casa», le tocó exaltar el plato.

Una fiesta que surgía de un grupo de amigos que cada año gustaban de compartir un cocido. En las reuniones de casino germinaba la idea de promover los productos agrícola, los derivados del cerdo y atraer a la vez compradores para generar recursos. Además se vendía maquinaria de segunda mano, como recordaba José Luis Iglesias

¿Y por qué la Feira do Cocido? «Empezaba a sacudirse en España e en Galicia a fame da posguerra e todos os sitios quería impulsar a economía e empezaban festas gastronómicas como en Cambados, Ribadavia, O Carballiño,...», explicaba González Alén. En Lalín se barajaron unas jornadas teatrales pero surgían ferias de muestras en Vilagarcía o Ferrol que, junto a comer, decantó la balanza hacia la gastronomía. En la primera edición cobraron protagonismo los políticos y personas de peso en la sociedad, pero desde la tercera ya caló entre toda la sociedad y «o pobo a fixo súa, con festa nas casas e respaldo da hostalería».

La Feira do Cocido también vivió altibajos en más de cinco décadas de vida. Decaía en los años 84 y 85, abriéndose un debate sobre cómo impulsarla de nuevo. Los ponentes recordaban la queimada popular frente a la estatua de Logia, las carrozas o la mítica presencia por primera vez de las garotas brasileñas, en 1988. Ganó una popularidad que supuso en alguna de las últimas ediciones alcanzar las 60.000 personas en la capital dezana el día grande.

Agustín López contaba que un año, de uno de esos barcos que en ocasiones encallaban en las rocas de la costa gallega, hubo lalinenses que se hicieron con unos botes de lo que suponían pintura. Quizás estaba escrita la etiqueta en otro idioma, pero el líquido lo emplearon en paredes pero era leche condensada. Y sirvió para atesorar un lema: «Queremos que veñan a Lalín ata as moscas», con tal dulce reclamo.

Un día grande al que se fue aderezando un amplio abanico de actos, desde el Mes do Cocido, ya casi semestre, a la Encomenda, el arte o el deporte.

Desde cartelistas a pregoneros de prestigio o degustarse en el Vaticano

Durante la mesa redonda se recordó la importante tradición cartelista de la fiesta, con artistas de primer nivel detrás de su autoría. Tanto Laxeiro como Sucasas firmaron cuatro cada uno, aunque en alguna ocasión tampoco faltó la polémica por su contenido. Variopinta también resulta la nómina de pregoneros estrenada con Álvaro Cunqueiro,. Y se resaltó el positivo impacto para divulgar el cocido que supone la Encomenda, con ya más de 150 integrantes, con personalidades destacadas de distintos ámbitos de la sociedad. No faltó una referencia al cocido organizado en el Vaticano.