Lalín reivindicará de nuevo retirar los vagones caídos al Deza en los años 70

o. p. LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Miguel Souto

Crespo sigue la evolución del caso del Sil para plantear la demanda

09 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el foco informativo de la última semana puesto en los vagones que acabaron en el curso del río Sil, el alcalde de Lalín José Crespo manifestó que la evolución del caso será importante para que la capital dezana retome una reivindicación cursada ya desde el Concello en el año 2010: la retirada de los vagones caídos al río Deza en la zona de Ponte Taboada a mediados de los años 70. El regidor manifestó que la actuación de retirada de los vagones del Sil puede servir de «banderín de enganche para retomar a nosa petición».

Por eso, indicó, sigue el caso actual para observar la respuesta que llegue por parte de Adif y las autoridades ministeriales: «Segundo resolvan poderemos facer máis ou menos forza nesta cuestión», y se actuará en consecuencia desde el Concello lalinense.

El ayuntamiento había solicitado en mayo del 2010 la retirada de aquel material, caído al río tras un accidente en 1974, señalando que el cauce del río Deza reunía «unha grande cantidade de chatarra férrica, procedente do ferrocarril que leva dende fai moitos anos na auga do Deza no lugar de Ponte Taboada, a pé da actual vía do tren», en referencia al trazado convencional que en la actualidad se usa ya solo para el transporte de mercancías.

Señalaba la carta firmada por el entonces edil de Medio Ambiente, José Manuel Brea, que los restos estaban integrados por varios vagones sumergidos en el río, y «ademais do ferros oxidados existen outros compoñentes tóxicos para a auga do río como poden ser os rodamentos do tren, graxas e gomas que se atopan deterioradas co paso do tempo e coa erosión da auga». Brea solicitaba a Renfe que o bien retirase aquellos restos o que autorizase «a algún xestor autorizado a facelo e deixe o río libre destas chatarras produto dun sinistro acaecido nesta ponte do tren».

Un anuncio que se quedó en eso

Dos meses después, desde el Ministerio de Fomento se respondía a aquella demanda, anticipando que se encargaría a un gestor autorizado la retirada de los vagones ferroviarios. El anuncio se quedó en eso, un anuncio.

Diez años más tarde, el accidente en el río Sil puede ser una nueva oportunidad para que Lalín vea cumplida su vieja demanda de retirar unos restos que en épocas de bajo caudal fluvial, como este verano, son perfectamente visitables bajo Ponte Taboada. Una chatarra que lleva cerca de medio siglo en el Deza, y cuya retirada presentaría notable complejidad técnica por lo escarpado del terreno próximo al cauce. En todo caso, será la resolución del polémico caso en aguas del río Sil la que marcará la actuación del Concello.