Los albergues de la zona abrieron con las primeras reservas de peregrinos

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

Los establecimientos privados están recibiendo llamadas, algunas ya para agosto

02 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La apertura de los albergues de peregrinos ayer reactiva el Camino de Santiago. Se pusieron en funcionamiento tanto los de la Xunta como los privados de la zona. En algunos de estos últimos sus propietarios aún albergaban algunas dudas.

Es el caso del de Emiliano García Meijome, que ayer significaba que las dudas de la normativa están referidas «o uso da lavadora e da cociña» pero tiene claro de que lo que primará es ofrecer seguridad a los caminantes, además de un buen servicio. Señala que «abriron todos os da Vía da Prata e o Camiño de Inverno».

Desde estas agrupaciones les llegan las noticias de la recepción de los primeros caminantes que aún no llegaron a Lalín, García Meijome contaba que «o do albergue de Ponferrada xa colgou unha foto co primeiro peregrino que chegou da era covid-19».

En su caso, señala, que «acaba de saír a normativa e xa nos chamou un matrimonio con dous fillos que polo acento parecían andaluces. Virán pola Vía da Prata pero queren desviarse para coñecer Lalín». Tienen previsto alojarse en la capital dezana a finales de julio o principios de agosto.

En el de As Carpinteiras en Rodeiro, Luis Otero indica que tenía dos reservas pero no llegaron y uno de ellos la aplazó finalmente cambiando de día. Cree que «a xente está tendo agora máis medo que antes». En Rodeiro cuentan con un bar y un hostal y le da la impresión que la apertura de fronteras y el hecho de que se espere ya la llegada de veraneantes y peregrinos de otros lugares de España, incluso desde fuera de nuestro país, genera desconfianza por la posibilidad de propagación del virus. Cuenta que un familiar que tiene un bar en A Coruña le comenta que está teniendo ahora menos gente y cree que es debido a esa desconfianza que retrae las salidas y que puede repercutir en la clientela.

En Silleda, José Maril, comenta que está teniendo algunas llamadas para el albergue pero cree que todo arrancará poco a poco. Algunas de estas, al igual que pasa en otros establecimientos de este tipo de la zona, son con vistas al próximo mes de agosto. Cree que «la gente tiene miedo porque siguen saliendo casos» y se hace a la idea de que este año será muy diferente a cualquier otro, apuntando que «si viene alguien, bienvenido sea».

En el albergue de A Laxe en Bendoiro, que forma parte de los de la red de la Xunta, tenían para ayer una reserva y esperaban su llegada durante la tarde. Las instalaciones se adaptaron con todas las medidas de seguridad y de prevención contra el coronavirus. Se inutilizó parte de la cocina y algunas de las literas para reducir el aforo al porcentaje que especifica la normativa que es del 75 %. Se retiró parte del mobiliario de las zonas comunes y se dotó el interior de geles desinfectantes hidroalcohólicos. A los que llegan se les realiza un control de temperatura y se les provee de unas calzas protectoras para los pies. Son algunas de las medidas en marcha en estas instalaciones.