La pandemia polarizó el primer año de los gobiernos locales en la zona

Javier Benito
javier benito LALÍN, A ESTRADA / LA VOZ

LALÍN

Miguel Souto

Tres ediles dejaron en este período las corporaciones de Lalín, Rodeiro y Agolada

14 jun 2020 . Actualizado a las 12:35 h.

El primer año del nuevo mandato en los concellos de Deza y Tabeirós-Terra de Montes quedó marcado por la pandemia del coronavirus. Todavía con pocos meses al frente de los gobiernos locales les tocó centrar esfuerzos primero en combatir su posible propagación, adoptándose medidas además de prevención, para después articular -no en todos los municipios- acciones de apoyo a los sectores económicos afectados, sin descuidar a la población más vulnerable. Una gestión que está en muchos casos en marcha pero que requerirá mantener en el tiempo y que condicionará sin duda al menos lo que resta del 2021 y el 2021, por no decir que lo hará hasta finalizar esta legislatura.

Durante estos 365 días se produjeron pocos movimientos en los asientos de concejales en los nueve municipios de las comarcas. Curiosamente salieron tres concejales, de diferentes partidos, la misma cifra de quienes optaron por no tomar posesión de su acta tras ser elegidos por los votantes en los comicios de mayo del 2019. Si hacemos memoria, dos de ellos deberían haber conformado parte de la oposición del PP en Agolada.

Ni el exalcalde, Ramiro Varela, ni José Luis Costa, entraron en la corporación. El primero renunció ante la imposibilidad de compatibilizarlo con su puesto de auxiliar administrativo del Concello, puesto al que solicitó reincorporarse, aunque finalmente ni siquiera comenzó a trabajar porque se jubiló. Costa adujo por su parte cuestiones familiares para no tomar posesión del cargo, entrando en la corporación agolense por ambos Rafael Méndez y María del Carmen Seijas. El otro caso se produjo en Silleda, por circunstancias similares a las de Varela. María del Carmen Carballo renunció al ser trabajadora municipal y en su lugar ocupa uno de los escaños de concejal Manuel Asorey.

Respecto a la marcha de concejales en estos 365 días de mandato, la primera en hacerlo María Paz Gil Sobrado. Integrante del grupo de gobierno del Partido Anticorrupción y Justicia (PAyJ), adujo que se dimisión se producía por motivos personales, convirtiéndose Concepción Carballal en edila agolense. La segunda renuncia también llegó de un integrante de un grupo de gobierno del PP, en este caso en Rodeiro. Caty Somoza, primera teniente de alcalde, tomó la decisión ante la imposibilidad de compatibilizar la política con sus nuevas obligaciones profesionales. Fue el 28 de abril cuando presentó el escrito y será sustituida por José Manuel Fernández Otero, que aún no tomó posesión del cargo.

La tercera renuncia se produjo en Lalín, en este caso en las filas del PSOE. María Jesús Sánchez presentaba su dimisión el día 30 de abril alegando motivos estrictamente personales. Mercedes González era la siguiente en la lista, pero renunció a tomar posesión del acta y en su lugar ya integra la corporación María Luz Iglesias, desde el 29 de mayo.

Reajuste de competencias entre concejales lalinenses

Uno de los pocos cambios en cuanto a delegaciones y competencias en el seno de un grupo de gobierno se producía en Lalín. César Reboredo ostentaba una dedicación exclusiva a cargo del área de Deportes, pero por «prescripción facultativa» ante un problema de salud, solicitó el pasado octubre dejar esas funciones. Pasó a asumir Medio Ambiente, además de mantener Novas Tecnoloxías. La dedicación exclusiva pasó a Avelino Souto, quien asumió Deportes además de continuar en Xuventude y en Gandaría.

Forcarei y Vila de Cruces continúan con gobiernos en minoría y no faltaron fricciones

Solo en dos concellos de la zona, tras las elecciones de mayo del 2019, no hubo un partido que lograse mayoría absoluta. Hablamos de Vila de Cruces y Forcarei. En ambos casos las fuerzas más votadas fueron desbancadas por pactos de otros partidos, tanto de investidura como de gobierno. En el municipio cruceño los tres ediles de Xuntos polo noso Concello y la del PSOE conformaron el gobierno local con el apoyo de los tres munícipes del BNG. Un pacto de investidura que se fraguó a fuego lento, con muchos tiras y aflojas. Durante este primer año de mandato se han constatado en más de una ocasión fricciones de Xuntos-PSOE con la formación nacionalista, aunque no derivaron por el momento en movimientos políticos que supusiesen un posible cambio de signo.

En Forcarei está gobernando en solitario el PSOE, que logró pactar la investidura con el BNG-Foro Forcarei y desbancar al PP como la fuerza más votada en este municipio. El único edil nacionalista no llegó a integrarse en el gobierno, discrepando en algunas cuestiones durante los primeros meses de mandato, aunque en los últimos tiempos ha mostrado más sintonía con el grupo socialista. Ocurría con el proyecto del campo de fútbol o, más recientemente, con al creación de una comisión de reconstrucción tras el impacto del coronavirus. BNG-Foro Forcarei decidió unirse a la iniciativa del gobierno del PSOE, lo que no ocurría con los populares.

La «tranquilidad» al menos hacia el exterior marcó los otros siete gobiernos locales con mayorías absolutas.