«Acostumada a vela todos os días, 5 meses son moi longos»

amelia ferreiroa LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Miguel Souto

María Reboredo pudo reunirse con su madre Consuelo en la residencia de As Dores, que ayer retomó el contacto familiar

28 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La residencia de ancianos As Dores de Lalín permite desde ayer la visita de familiares a los usuarios, dentro de las acciones permitidas en esta fase 2 de desescalada, pero extremando todas las medidas de seguridad y de distancia interpersonal. Una medida que ya había implantado este pasado lunes el centro residencial de Silleda. El geriátrico lalinense, que cuenta con dos salas habilitadas para recibir a los familiares visitantes además de un amplio espacio en el jardín exterior, resguardado del sol, permitirá de momento seis visitas diarias; tres en franjas horarias matinales y otras tres por la tarde.

«Cada visita es de media hora y los familiares, uno designado por cada uno de nuestros residentes, tienen que cubrir un documento respecto del protocolo a seguir, acudir con mascarilla y hacer uso de los geles que les proporcionamos», comenta la directora del centro de As Dores, Lorena González. Coincide la responsable del geriátrico y los primeros familiares que acudieron ayer hasta As Dores que fueron unas horas llenas de mucha emoción.

Fue el caso de María Reboredo Varela que después de cinco meses pudo ver a su madre Consuelo Varela García, natural de la parroquia lalinense de A Xesta que lleva once años en el centro, y cumplirá el próximo 10 de junio la nada despreciable edad de 97 años. Emocionada estaba María, «aínda que intentei que miña nai non o notara», con un reencuentro que se hizo muy largo. «Sabía que estaba ben xa que para o persoal da residencia só podo ter alagos polo ben que se portan cos anciáns, tivemos videochamadas e mesmo me mandaron unha foto de miña nai pero estou acostumada a vela todos os días de cinco a oito da tarde, e cinco meses son moi longos». Y es que María y su marido buscan siempre en invierno las temperaturas suaves de Benidorm. «A el venlle moi ben ese clima por motivos de saúde, e cando nós non estamos das visitas ocúpanse outros familiares. E mira, acababamos de vir, pillounos xusto na volta a casa a alerta sanitaria, e despois o confinamento e pasaron cinco meses dende a última visita á residencia», explicaba.

María ya sabe que podrá volver la semana próxima a visitar a su madre y mientras se muestra optimista «xa que a atopei moi ben e contenta», eso sí los abrazos y los besos tienen todavía que esperar. Pero se acaba de dar un importante paso adelante.