«Con el confinamiento habrá quien descubra que tiene adicción al alcohol»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

El grupo lalinense de Alcohólicos Anónimos recurre a las reuniones virtuales de apoyo por videoconferencia

18 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El último fin de semana de este mes de abril el grupo Lalín de Alcohólicos Anónimos cumple doce años desde el reinicio de las reuniones de recuperación que se vienen celebrando en el casco urbano lalinense. Un aniversario que festejarán cuando finalice el estado de alarma.

El confinamiento ha hecho necesario cambiar esos encuentros presenciales por el uso de la tecnología. Desde la agrupación explican que para una persona que tiene un problema con el alcohol este estado de confinamiento puede ser «un infierno». Un sufrimiento añadido tanto para los que puedan ser bebedores sociales que se encuentran con que se les cierra un grifo como para los solitarios que beben a escondidas y ahora tienen que estar encerrados en sus casas. Explican que «puede haber quien en este estado de confinamiento descubra que tiene un problema con el alcohol y se de cuenta al sufrir un síndrome de abstinencia».

El 12 de marzo se celebró la última reunión presencial y el lunes ya se pusieron en marcha los encuentros a través de videoconferencia. El objetivo era, apuntan, mantener ese nexo de unión y hacerles llegar que no estaban solos. A los días habituales de reunión que eran los lunes y viernes se sumó otro más, los miércoles. Ese día mantienen un encuentro con compañeros de otras áreas de Galicia que se unen desde Vigo, A Coruña, Ourense, Arzúa o Santa Cruz de Tenerife, desde donde entró un compañero que formó parte en su día del grupo lalinense. En los encuentros del grupo cerrado de Lalín se ven las caras, no es así en el que comparten con otros compañeros de fuera en las que, para mantener el anonimato, se realizan solo con sonido y sin imagen.

Explican que «no se perdieron días de reuniones de recuperación y el 75 % de los compañeros están asistiendo a las reuniones virtuales y si alguno no tiene Internet lo conecta un compañero mediante el manos libres del teléfono no perdiendo el contacto con su grupo base».

Quieren transmitir a las personas que pueden tener un problema con su manera de beber que la comunidad se está adaptando para transmitir fortaleza y esperanza. Señalan que «hay compañeros dispuestos a ayudar y a transmitir que puede alejar esa copa a pesar de estar encerrado y aislado por el confinamiento a causa del coronavirus.

La terapia del teléfono, dicen, ya está recogida en el programa de recuperación de la agrupación y «si alguien tiene un tirón y le entran ganas de beber, los teléfonos de un Grupo de Alcohólicos Anónimos está disponible las 24 horas del día».

Ahora, con las limitaciones provocadas por el estado de alarma las nuevas tecnologías se convierten el vehículo a utilizar para la labor del grupo y dar apoyo. Sirve también para compartir experiencias enriquecedoras. Saben, dicen, «como se pueden sentir muchas personas aquejadas de la enfermedad del alcoholismo, que tiene que ser duro vivir confinado, muchos beberían en bares, escondiendo o ignorando que tenían un problema con el alcohol». Creen que detrás de alguna de las personas que se saltan el confinamiento repetidas veces pueden ser que tengan un problema con su manera de beber o una adicción».