Teléfono y wasaps para reconfortar el alma de los feligreses de la zona

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Miguel Souto

Los sacerdotes continúan atendiendo las necesidades de sus comunidades

05 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En estos tiempos de pandemia la salud constituye nuestro valor más preciado, pero a medida que el confinamiento se va alargando otra salud, la del espíritu, se resiente. La Iglesia, destacan los sacerdotes de la zona, sigue estando ahí, en primera línea y ayudando al que lo necesite. Las delegaciones de Cáritas redoblan esfuerzos y los curas de las comarcas suplen las visitas a sus feligreses con la atención telefónica. Cada uno se marca un horario de varias horas al día, a las que se suman las llamadas que reciben de los propios feligreses. Una vía de comunicación en dos direcciones que sirve para mantener el contacto pero, sobre todo, para reconfortar y escuchar. Al teléfono se suman los grupos de WhatsApp. El párroco de Forcarei, Damián Vidal, destaca las más de 200 iniciativas puestas en marcha por la Iglesia que incluyen la cesión de instalaciones como las de seminarios convertidos en hogar de transeúntes y la atención a los mayores y los enfermos. A este sacerdote le duelen en el alma «los ancianos que mueren solos» y recuerda que «nacieron en una guerra o en la posguerra y se van en una pandemia después de que el trabajo de toda su vida fuera el que levantó España» en los años difíciles.

Alejandro Bautista, párroco de Vila de Cruces, explica que «hay mucha gente que está sola y veo a muchas personas con mucha ansiedad». La gente, dice, «me llama muy desesperada y me pide que rece por ellos». En algunas de las nuevas parroquias que tiene al cargo este cura escasea la cobertura y las campanas son un medio de comunicación para los avisos. En otras funcionan los grupos de WhatsApp que mantienen a la comunidad unida en la distancia. Lalín dispone de App propia y de página de Facebook.

En A Estrada, el párroco, José Manuel Ortigueira, subraya la importancia de cultivar el espíritu y hace un llamamiento a «todos los que puedan colaborar bien sea como voluntarios, con dinero o con donaciones en especie» poniendo el acento en la solidaridad de empresas y particulares que ya se dejó sentir estas semanas. Mantiene abiertas las parroquias y la misa, dice, «la procuro tener todos los días a puerta semicerrada». La Semana Santa, apunta, «la celebraré igual que si estuviese la iglesia llena» y está potenciando el grupo de noticias parroquial.

El cura de Rodeiro, Alvito García Fente, escucha la misa del Papa en Youtube. Acude a la iglesia a diario «y la misa la oficio yo solo», apunta. El tiempo lo pasa «leyendo y rezando» como muchos otros veteranos sacerdotes de la zona. En su pensamiento están «las personas más afligidas y solas»» de sus parroquias que le llaman y a las que llama.

En Silleda, José Pérez, el párroco, señala que «estamos pendientes de cada persona en cada lugar, especialmente de los enfermos». Atiende los casos de emergencias de Cáritas para acudir a cada llamada llevando lo que necesiten. También muy pendientes de los vecinos y especialmente de los enfermos están los curas de Agolada, José García Pájaro, el de Cerdedo, Luis Caxide y de Lalín, Marcos Torres, al igual que el resto de los de la zona.

Misas en soledad o por Internet y cementerios sin visitantes

Salvo excepciones, las iglesias están cerradas, pero la eucaristía continúa celebrándose. Marcos Torres en Lalín y José Criado en O Corpiño las ofician en directo vía Internet y otros sacerdotes optan por celebrarlas en soledad a diario y en sus respectivos domicilios cumpliendo el confinamiento. Damián Vidal invita a sus feligreses a hacer la comunión espiritual desde casa y que sigan la misa o el rezo del rosario por la radio o la televisión.

Los cementerios de toda la zona permanecen abiertos, muchos, como apuntaba Marcos Torres, ni siquiera tienen cierre. Hay algunas excepciones como uno en Lamela que los vecinos cerraron para evitar el robo de flores. Cada vecino dispone de llave para entrar. Con el confinamiento los cementerios languidecen y lucen flores marchitas. Los vecinos echan en falta esas visitas a los familiares fallecidos y así se lo transmiten a los párrocos.

El confinamiento también hizo que por seguridad, para evitar ser posibles transmisores del virus y evitar contagiar a nadie, la mayoría de los sacerdotes de la zona suprimieran costumbres como la de dar la comunión a los enfermos en sus casas. En A Estrada aún se les acerca al domicilio.

Todas las fiestas parroquiales, al igual que bodas y bautizos están suspendidas de momento. José García Pájaro apuntaba que «las procesiones parece que las permiten para septiembre». Hoy será un atípico Domingo de Ramos y nos espera una Semana Santa igual.

Primeras Comuniones en el aire y a la espera

Las Primeras Comuniones están en el aire. En Cerdedo, el párroco baraja la posibilidad de dejarlas para el año que viene porque allí son el día de Corpus. Son tres los niños que la hacen y cree que si se levantara pronto el confinamiento daría tiempo a una preparación intensiva para recuperar catequesis. En Forcarei eran a finales de julio; en Lalín, son tres citas en junio, julio y agosto; en Silleda se celebraban unas en junio y otras en julio, y en A Estrada se demoran a petición de las familias. En el resto que se mantengan en fecha depende de lo que pase. En Cruces eran el 20 de junio y si no es posible barajan la posibilidad de trasladarlas a la fiesta de A Piedade. En Agolada hay ocho niños en catequesis pero todos hacen la comunión el año que viene y en Rodeiro cada familia escoge fecha.