Xurxo y Joel: del Xesús Golmar al cole de Ana

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Cedida

Los niños realizan cada mañana las tareas que les marca el centro educativo con la ayuda de su madre

22 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana Fernández y José Noche son dos profesores de Lalín que cuenta ademas con dos hijos en edad escolar: Xurxo, de 5 años, y Joel, de 9. Los cuatro pasan juntos el encierro domiciliario que ha supuesto el estado de alarma para tratar de frenar la expansión del coronavirus y nos cuentan su experiencia diaria.

Ana comenta que «los primeros días fueron un poco caóticos, pero ahora tenemos un horario consensuado». Pese a que no hay colegio, el reloj interno de los pequeños funciona a la perfección, y a partir de las ocho de la mañana -8.30 horas alguna vez- es el toque de diana para saltar de la cama. Tras el aseo y el desayuno, llega el momento de las tareas escolares. Los niños cambian el Xesús Golmar por el cole de Ana, un aula con solo dos alumnos en la cocina de su propia casa.

«Empezamos sobre las diez de la mañana, con las tareas que les pusieron las tutoras. Xurxo está en sexto de infantil, y tiene fichas para repasar letras, escribir palabras, de numeración y cálculo,... Joel está en cuarto de primaria. A Joel la tutora le marca actividades cada semana a través de la plataforma TokApp». El cole de Ana, como señala ella misma que lo llaman, prolonga su jornada hasta las 11.30 o el mediodía. No puede ir mucho más allá, y la docente lo explica: «Los niños en casa no rinden como en el colegio, no se concentran igual. No hacen todo lo marcado, porque después de la merienda de la mañana, tienen tiempo de juego hasta la hora de comer». Joel se decanta para pasar el mucho tiempo confinado por los cromos de fútbol, y Xurxo es más cocinitas y de jugar con muñecos. A veces hay un poco de Tablet, y de juegos juntos.

Al aire libre en casa

Tienen la suerte de vivir en una casa en el Agro de Lalín de Arriba. Así que después de recoger la cocina, pasan la tarde en el jardín si hace buen tiempo. Con lluvia, sesión de cine: el programador de la función es uno cada día. Los juegos de mesa son otra alternativa, antes del baño, la cena y la lectura previa a irse a dormir. Es el día a día de los Noche Fernández en esta cuarentena general, en la que Ana confiesa que se empieza a acusar el paso de los días.

Los dos docentes siguen con su trabajo diario, ahora desde su domicilio

Esta pareja de profesores siguen con su trabajo desde casa. Noche, docente de Matemáticas en el instituto Marco do Camballón de Cruces, lo hace con sus alumnos de primero y tercero de ESO, y de primero de bachillerato, a través del espacio de la web del centro, con juegos, ejercicios y apuntes para mantener y reforzar los conocimientos.

Distinto es el caso con los ocho alumnos de segundo de bachillerato. En este caso, deben avanzar y continuar con el programa porque la selectividad les espera, aunque no se sepa cuándo. «Con ellos damos materia nueva, así que preparo tutoriales y los cuelgo en mi canal de Youtube para que los puedan ver. Lo que en clase te lleva una hora aquí te lleva cuatro, y el vídeo tutorial es muy frío». Los estudiantes tienen una ventaja: pueden llamarlo al teléfono para consultar las dudas. Los primeros días, explica, evitaban hacerlo, pero ya se han soltado para aclarar las cuestiones con él: «Estoy trabajando más que en el instituto, pero también aprendo mucho de tutoriales, y los voy a incorporar al aula virtual».

Ana Fernández, profesora de pedagogía terapéutica del Golmar, tampoco para. Además de su cole, en el blog con sus compañeras de audición y lenguaje, cuelgan cada día dos actividades lúdicas y de repaso para que los escolares del centro lalinense hagan desde sus casas. Porque el curso, pese a la alarma, sigue .