Espina y Delfín asegura que el agua de la traída de Lalín no tiene ningún problema para el consumo y achaca el olor que desprendía ayer a un pequeño exceso de policloruro, un reactivo que se utiliza en la cloración del agua. El mal olor del agua dio lugar a quejas de los vecinos desde la mañana.
Desde la empresa adjudicataria de este servicio municipal se explica que ya se abrieron unas bocas de riego para ir renovando el agua y que la situación se fue normalizando por la tarde aunque entienden que en la red aún se podía apreciar ese olor en algún punto. Espina y Delfín sale al paso de las manifestaciones de los vecinos, algunos de los cuales identificaban el olor con el del purín, y hubo quien incluso comentaba que olía a petróleo. Afirman que no se trata en ningún modo de purín sino que es que olor a policloruro provocado al parecer por haber echado en la cloración un poco de reactivo de más.