Uno de los objetivos es que recoja la historia de las bandas creadas en el municipio
31 oct 2019 . Actualizado a las 21:46 h.El alcalde de Lalín, José Crespo, aprovechó ayer la presentación del nuevo director de la Banda y de la programación de invierno, para anunciar su intención de realizar, al menos, el embrión de una futura Casa da Música, de una Casa das Artes «que pode significar moitas cousas porque aí colle todo». La idea es, comentó, poner en valor dos talentos lalinenses como son la música con una cantera importante y por otro lado las artes plásticas. El regidor destacó la labor de las bandas, los grandes músicos que ya se formaron en el Conservatorio lalinense como es el caso del propio David Fiúza.
Crespo apuntó que «a palabra museo está xa moi gastada, pero pode significar moitas cousas e algo museístico levará relacionado coa historia das bandas en Lalín e tamén coas de Galicia xunto con algo para os pintores».
Destacó la intención de «facer algo excepcional» que ponga en valor esos dos campos en los que Lalín destaca en sobremanera. El regidor aprovechó también para reivindicar la necesidad de ayudas de las Administraciones, especialmente de la Xunta, en la financiación del Conservatorio y del profesorado, recordando que antes el Concello pagaba un tercio, la Xunta otro tercio y la Diputación el tercio restante. Una situación que acabó cambiando «e coa crise acabaronse ás axudas e acabamos pagando todo os concellos». Piñeiro agradeció especialmente el compromiso del gobierno local y el cumplimiento del pago del director de la banda. El regidor mantuvo ya una reunión con las bandas lalinenses para cumplir esa promesa electoral de dar una ayuda a las cuatro bandas y a las dos de gaitas para pagar al director.
Sinfonías para un nuevo ciclo que se abre con la temporada de invierno de la banda
El presidente de la Banda de Lalín, Alejandro Piñeiro, fue el encargado de presentar al nuevo director, David Fiúza, alabando su entrega, dedicación, su talento y enorme capacidad de trabajo. Fue Fiúza el encargado de presentar también los conciertos de la temporada de invierno que abre este nuevo ciclo y que tendrá como protagonista al género sinfónico.
Se abre el 30 de noviembre con el concierto de Santa Cecilia que servirá para presentar al director con la interpretación de la Symphonie pour Musique d’Harmonie de Paul Fauchet y la Symphony número 0 de Bart Picqueur. Esta última, apuntó está inspirada en el Ave Fénix, destacando la complejidad de la obra y la simbología del cero como círculo y del Kilómetro Cero.
El convierto de Fin de Año será el día 28 con sinfonías para recrear y un recorrido por paisajes y folklores. Contará con tres obras: la Wald Sinfonie de Kees Vlak, una Sinfonía sevillana de Joaquín Turina y Manhattan Symphony de Serge Lancen. Obras que recorrer la primera la Selva Negra, la segunda nos lleva a Sevilla y la tercera es, significó, una obra «case jazz e moi sinfónica». El 13 de febrero es el Concerto do Cocido con Sinfonías para reflexionar sobre la vida que incluyen La Vita-Symphony in 3 scenes de Yasuhide ITO y la Grande Symphonie funèbre et triomphale de Berlioz. Una sinfonía para banda escrita por su autor, apunta Fiúza, en menos dunha semana para Luis XVI en una época en la que «aínda non existía o safoxón».
El 4 de abril será el XXIII Festival de Bandas de Lalín que contará con la Banda do Rosal como invitada. El concierto será un mestizaje sonoro con un programa de Sinfonías para renovar que incluye la interpretación de la Sad Clown Symphony de Santi Miguel y A litte Gipsy Symphony de Bart Picqueur. Dos autores contemporáneos con obras, la última con música que mezcla punk y folklore búlgaro.
Bajo el título de Sinfonía para recoñecer: a Arquitectura do discurso se enmarca un concierto de cámara didáctico que tendrá lugar el 1 de mayo y que dará paso a un espectáculo de 50 minutos didáctico y pedagógico para los alumnos de los institutos. El sexto y último concierto de la temporada será Reiniciando o ciclo. Tendrá lugar el 6 de junio con un concierto de primavera de nuevo con la Sinfonía per banda, pero de Amilcare Ponchielli y la Symphonie número 0 Die Nullte de Antón Bruckner.
Fiúza apuntó que habrá una temporada de verano con un programa de A Banda no pobo con conciertos en la calle y otro de O pobo na Banda con propuestas sociales e integradoras. Tanto Crespo como Piñeiro destacaron el lujo de poder contar con «un director da terra» con tanto talento y una gran carrera musical.
Fiúza por su parte agradeció «esta maravillosa oportunidade» señalando que «veño cunha mochila enorme cargada de ilusión». Crespo aprovechó también para destacar la labor de la concejala de Cultura, Begoña Blanco, y para anunciar muchas más cosas para las bandas.