Si vienes a Lalín, llévate un recuerdo

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Rocío Ramos

Triunfan los cerditos en cualquier forma y material en una oferta dispar en la que caben desde camisetas a postales o palilleros

09 feb 2019 . Actualizado a las 20:19 h.

Siempre es buen día para visitar Lalín, pero en esta época el Kilómetro Cero de Galicia recibe a miles de visitantes atraídos por la fama de un cocido que traspasa fronteras. Aunque las cosas han cambiado muchos en estas últimas décadas, los visitantes siguen buscando algo que llevarse de recuerdo. El mercado del souvenir se transforma con el tiempo y estos días en la villa los escaparates se transforman con la mirada puesta en la Feira do Cocido.

Un paseo por la villa descubre cerditos por doquier en todo tipo de establecimientos. El la imagen del reclamo lalinense por excelencia. En muchos comercios locales se repite su imagen de mil maneras y tanto sirve para anunciar embutidos como zapatos o ropa de casa. Huchas, dibujos en cartulina y de todas las formas posibles se dejan ver por todo tipo de escaparates junto con la amplia piara que forman los cerdos pintados de la Pork Art que recorren las calles apostados a la puerta de los establecimientos.

Quien busque un recuerdo que llevarse de Lalín dispone de una oferta amplia que se va reinventando año a año. En Mato, un clásico donde de los haya, Olga Mato, explica que «mis padres llegaban a poner en verano un escaparate solo de recuerdos». Se vendían como rosquillas todo tipo de objetos que se llevaban en gran número emigrantes de Latinoamérica, especialmente de Brasil, Venezuela y Argentina, de diferentes países europeos y los que habían emigrado a otras comunidades como Euskadi o Cataluña. Ahora, apunta, «Venezuela ya cayó, lo mismo que Brasil, y argentinos aún hay algunos que vienen». Si antes se vendía de todo, aunque, indica «también vienen los chicos que van de intercambio a buscar recuerdos que llevar pero buscan cosas de mayor calidad». Triunfan los cerditos de todos los tamaños, pintados a mano por un artesano gallego que los hace ex profeso para este establecimiento lalinense.

Junto a ellos, se acomodan cajas con motivos celtas con el nombre de Lalín o con imágenes más tradicionales como la pareja de gallegos con el traje tradicional y un hórreo o un cruceiro, imanes en forma de cerdo; potes y palilleros de cerámica con motivos y hasta soportes para apoyar la cuchara en la cocina.

Los que busquen un detalle económico pueden tirar de postales. A partir de un euro están a la venta reproducciones de dibujos realizados a acuarela por Sé Senande y que se encuentran a la venta en la Librería Dalvi. Son uno de los obsequios de recuerdo más socorridos y que ya se agotaron en alguna ocasión.

Un poco más caras, a 1,5 se venden las postales con reproducciones de obras realizadas por los artistas de Cestola na Cachola, que se pueden adquirir en la librería Nigraponte. Entre ellas de obras de Miguel Peralta, autor del cartel de la Feira do Cocido de este año. Los que quieran llevar puesto el cartel pueden comprarlo. La comisión de fiestas de As Dores las vende dentro del merchandising destinado a la recaudación de fondos para los festejos.

En Nigraponte también se venden otras prendas de vestir como sudaderas con ilustraciones de Cestola na Cachola. Y ayer, en la Praza de Abastos de Lalín, abría Riquiña, una nueva tienda de artesanía y productos gastronómicos de la zona.

Camisetas con el cartel de la Feira do Cocido. Las venden a 10 euros la comisión de Festas das Dores, junto con paraguas y gorros.

Postales con imágenes de la localidad. Las postales son uno de los recursos más baratos. En la Librería Dalvi se venden las reproducciones de las acuarelas realizadas por la artista lalinense Sé Senade que representan imágenes de lugares icónicos de la capital dezana y que abarcan desde la Praza da Igrexa hasta el famoso cerdo de bronce de la rúa Colón que acapara los selfies y las fotos de grupo.

Cerditos pintados a mano y cerámica con logo. En el Bazar Mato de la rúa Principal llevan décadas surtiendo de objetos de recuerdo a vecinos y visitantes. Entre los más demandados se encuentran los cerdos pintados a mano por un artesano gallego en diferentes tamaños.

Cerditos de almendra cubiertos de chocolate. Los venden en la panadería lalinense O Gaiteiro y levantan pasiones desde su nacimiento.

Arte y artesanía. Nigraponte vende bolsas tote, sudaderas, postales y muñecas de Cestola en A Cachola y las obras de una artesana silledense.

Pan de Lalín en cualquiera de sus versiones. Es un socorrido regalo y uno de los productos a los que pocos se resisten. Lo avala su sabor.

Otras opciones para los que quieren llevarse algo con sabor

Pero no todo es artesanía, objetos de decoración o prendas de vestir, hay quien prefiere atrapar el sabor de Lalín. Para ello necesitará una cesta de grandes dimensiones porque el elenco de productos propios es elevado. El pan elaborado a la manera tradicional y en horno de leña en las panaderías de Lalín tiene adeptos en todas partes y es algo que los lalinenses llevan fuera como regalo con frecuencia y que también adquieren los que nos visitan. Lo mismo pasa con los embutidos que tienen fama por toda Galicia y mucho más allá y con una amplia oferta de calidad y empresas para elegir. A estos se suman los dulces como las rosquillas o los porquiños del Gaiteiro, las mieles, los yogures de Kalekói, y un sinfín de quesos gourmet.