El IBI de urbana generará 3,1 millones en Lalín

j. b. LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Javier Benito

Vilariño destacó la rebaja en la presión fiscal durante este mandato, con una media del 20 %

30 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La próxima semana los lalinenses comenzarán a abonar sus recibos domiciliados del IBI de urbana y ayer el portavoz municipal del BNG, Francisco Vilariño, analizó con ese motivo el efecto de las políticas fiscales del actual gobierno respecto a este tributo. Lo hizo en la sede de la formación nacionalista, recalcando la reivindicación histórica mantenida en torno a este impuesto. Cifró en torno al 20 % la reducción media en estos recibos desde el 2015 al 2018, con ejemplos tanto de bienes tanto en zona urbana como diseminada y en núcleo o polígonos.

Vilariño aportó la comparativa en los últimos cuatro años. En el 2015, con 22.830 bienes que tributaron por urbana, se recaudaron 3.5711.196 euros, mientras fueron 3.441.757 en el 2016 con 22.768 recibos. El pasado año, ya con el efecto de la rebaja impositiva promovida por el gobierno local, se lograron 2.961.082 euros de 22.369 bienes que tributaron, mientras la estimación para el 2018 con los recibos ahora al cobro es de 3.108.284 euros. Crece respecto al 2017 porque la regularización catastral promovida desde el Gobierno central hizo aflorar más bienes que deben pagar el IBI de urbana, subiendo a 22.864, casi quinientos más.

El portavoz nacionalista insistió en que «era xusto rebaixar o IBI pola sobrevaloración evidente e carga fiscal intolerable», para añadir que también se persigue destapar inmuebles que no están de alta. Cifró en el 10,7 % la reducción de la recaudación por este tributo desde el 2015 a 2018, que hubiera sido incluso superior si no hubiera nuevas incorporaciones de bienes, perdiendo el Concello casi un millón de euros si se tiene en cuenta también la supresión de las plusvalías.

Alabó la decisión política adoptada por el cuatripartito de rebajar a un mínimo histórico el tipo a aplicar por el IBI. Recordó Vilariño que desde el 2004 al 2014 hubo una subida media anual del 10 %, «mostrándose o BNG sempre en contra do catastrazo». Ejemplificó después el recorte generado por la nueva política fiscal en este mandato, con un piso en el centro urbano valorado en 67.000 euros que pasó de 335,79 a pagar 268,63 euros entre el 2015 y el 2018, mientras una casa rural en Goiás bajó de 209 a 167 o en Sello de 109 a 87. Ocurre lo mismo en diseminado, con una casa en Bendoiro de 492 a 394 euros, así como en los polígonos, con una nave en Lalín 2000, de 7.432 a 5.946 euros.

Destacó Vilariño que la ponencia de valores del 2003 era indefendible, haciendo memoria del rechazo frontal mantenido siempre por el BNG y que lo corrigió el actual gobierno al pesar de perder ingresos. «Decidimos primar á xente e darlle máis pulmón económico nunha etapa de crise», incidió, para preguntarse porqué se decidió aplicar una bonificación del 60 % en núcleo si la ponencia «era xusta; xa admitían que había sobrevaloración». Lamentó que esa situación genere aún recibos altos para muchos vecinos a pesar de bajar el tipo al 0,4. «Temos unha política fiscal pensada na cidadanía», concluyó.