Recuperar la genuina esencia de Liñares

francisco rubia alejos LALÍN

LALÍN

M. Alejos

La puesta en valor de las fuentes o la reconstrucción correcta del pináculo de la portalada, acciones pendientes

28 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de publicar nuevas aportaciones en torno a la que fue morada señorial de los señores Taboada en el lugar de Liñares, nos parece oportuno abrir un paréntesis y rememorar algunas sugerencias que habíamos hecho en el 2004 en favor del emblemático palacio lalinense de Prado. Estas propuestas fueron dadas a la imprenta en el Anuario de Estudios e Investigación de Deza Nº 6, sucediéndole otras de la misma naturaleza recogidas en diversos artículos de la serie sobre Liñares que venimos sacando a la luz en La Voz de Galicia los últimos años. Después del tiempo transcurrido buena parte de las observaciones publicadas cayeron en el olvido. Valga pues esta llamada de atención para hacerse eco, en un nuevo intento de mejorar su notable valor cultural.

Comenzaremos con el trabajo del mencionado Anuario titulado El palacio señorial de Liñares en las últimas centurias. Sus moradores, esplendor y decadencia, escrito siete años antes de iniciarse la rehabilitación del vetusto edificio, que venía a ser en esencia, nuestra personal declaración de intenciones y puesta en valor. Literalmente decíamos en el prefacio: (…) «Deseando tras la acertada gestión de compra e incorporación al patrimonio municipal en el 2002, ver iniciadas actuaciones de recuperación del insigne inmueble, con una restauración adecuada y sensible, encaminada a devolver el esplendor y nobleza que tuvo antaño de verdadero palacio, enfocada a un adecuado fin acorde con su naturaleza, para uso y disfrute público».

Y en el epílogo, después de 53 páginas de diverso contenido, comentábamos: «Nuestra pretensión al abordar este trabajo fue la de intentar mostrar el valor del palacio de Liñares, reuniendo y aportando desde fuentes documentales algunas noticias que ayudasen a comprender su verdadero significado, dejando constancia y testigos de lo que había en sus hoy desoladas dependencias, llenas de nostálgico romanticismo, antaño llenas de vida y esplendor. Desearíamos que la recuperación de este edificio histórico se hiciese con sentimiento de responsabilidad y profundo conocimiento de sus valores y de la cultura pacega, respetando al máximo su identidad y conservando en la medida de lo posible con amor lo que hay, dejando a un lado protagonismos y alardes arquitectónicos.

Si se destruye la esencia, realizando un vaciado interior, desechando materiales nobles impregnados de la solera que solo sabe dar el tiempo. Si los muros se dejan como nuevos con chorro de agua a presión, privándoles de la noble pátina y si se talan sus árboles ornamentales centenarios, habremos matado a la gallina de los huevos de oro, habremos matado a Liñares».

En el 2011 se iniciaron trabajos de rehabilitación, que finalizaron en el 2013. En septiembre de 2014 se procedió a su inauguración.

Sugerencias a comentar

Entre sugerencias dispersas ya publicadas comenzaremos con las de más sencilla realización, de las que merece recordar la dedicada al frontón de la fuente de BBYBT (Bebe y vete), en la plazoleta de entrada al pazo. La piedra con epígrafe fue sometida a limpieza, perdiendo lamentablemente el sello de antigüedad de la noble pátina. En la actualidad se halla atravesada por una grieta sellada con antiestético cemento gris, situación que debiera corregirse con una restauración acorde con el monumento Bien de Interés Cultural (BIC) del que forma parte. Esta fuente abrevadero fue bautizada en el pasado siglo con el rótulo «Fuente de amor»; por ser habitual que las jóvenes parejas se sentasen en el borde de la pileta a conversar (F. J. Blanco). De su estudio, origen del lema BBYBT y paralelismo con otra fuente en Ponte Taboada, dimos cuenta en «Liñares y sus valores arquitectónicos»; (La Voz 3-V- 2015). Solicitamos que la fuente de BBYBT sea catalogada como bien protegido, y su homónima en el lugar da Ponte figure inventariada.

Otra fuente -escasamente valorada- vinculada estrechamente a su historia, es la de Melchor Taboada de 1771. Se halla en un muro, a la vera del camino que desde el pazo conduce a la casa de los antiguos caseros. La fuente fue mandada hacer por el canónigo de Santiago Melchor Taboada, según reza en el frontispicio de cantería. La resolución del epígrafe fue dada a conocer por F. Rubia y C. Gómez en «Liñares, Palacio del recuerdo». (La Voz de Galicia 5-XII-1999).

En la obra Geografía General del Reino de Galicia, dirigida por Carreras Candí, figura entre los hijos ilustres de Lalín, Melchor Benito Taboada y Taboada, del que se especifica «nació en Prado en octubre de 1714, y era sobrino del arzobispo de Santiago don Cayetano Gil Taboada y de don Felipe Gil Taboada, arzobispo de Sevilla, y nieto de don Vasco Taboada, capitán de Guardias Corazas de Felipe V, todos ellos oriundos de Lalín». En la reseña se apostilla su condición sacra, como canónigo de Santiago. Consultado el árbol genealógico de Liñares en nuestro archivo, observamos que hay imprecisiones de parentela con el arzobispo de Sevilla (que en realidad era tío del arzobispo de Santiago). Estamos por tanto ante una fuente de apariencia sencilla, aunque de singular carácter, que merecería una atención especial y figurar en el catálogo de bienes protegidos. Para finalizar con este apartado mencionaremos otra cuestión pendiente y harto sencilla, como devolver a la fuente del jardín su estado original de doble funcionalidad. Asunto del que ya hemos tratado en un estudio en 2015, donde quedó aclarado su auténtico carácter, ornamental y funcional.

Pináculo de la portalada

Excusado es decir que en restauración las intervenciones deben ser reversibles. Asentada esta premisa con carácter general, creemos que la correcta reconstrucción del pináculo central de la portalada es una de estas actuaciones reversibles, resultando una operación fácilmente realizable. De la situación del pináculo publicábamos: «Tenía en origen un pie cilíndrico con una pequeña basa cuadrada (semejante a la de los pináculos laterales) elemento que resaltaba su agudeza y embellecía la imagen del conjunto, restándole horizontalidad». En las últimas obras fue rehecho sin pie y sin basa. Sería deseable su restitución a sus volúmenes originales, recuperando su esbelta figura como elemento decorativo principal.

Descubrimiento de una placa con frases conmemorativas

Sobre la importancia que el palacio ostentase en sus muros una placa, como mensaje asimilado con rapidez al adentrarse por primera vez en el zaguán, solicitamos que llegada su inauguración descubriesen una placa con frases alusivas a sus históricos poseedores los Taboada y de grandes personajes de nuestras letras que frecuentaban la casa, como la condesa de Pardo Bazán y el «poeta de la raza» Ramón Cabanillas. Dando presumiblemente por sentado que se proyectaría dejar plasmado en Liñares que fue cuna del ilustre aviador Joaquín Loriga Taboada.

En fecha 28-I- 2009, haciendo uso del período de información pública para la declaración de Liñares Bien de Interés Cultural facilitamos unos textos remitidos a patrimonio cuya Dirección manifestó son «sen dúbida de interese, que serán tidos en conta no futuro, no momento en que o Concello de Lalín (propietario do pazo) acometa a súa restauración». Nada de esto fue llevado a cabo.

El historial de esta memorable casa se encuentra en período de recuperación. Dentro de este ámbito, en el que las fuentes documentales ocupan lugar destacado, no debiéramos obviar la localización y recuperación de fotografías antiguas que compondrían la tan anhelada sección de su archivo gráfico. Esta iniciativa la iniciamos hace tiempo, localizando diferentes referencias, en especial una serie disponible de nueve placas fotográficas, realizadas en 1919 durante la visita al pazo del fotógrafo catalán Pelai Mas. Pero hasta ahora, y pese haberse publicado la noticia del hallazgo, las fotografías siguen sin despertar ninguna iniciativa. Entre las placas figura mobiliario antiguo (siglos XVIII y XIX), objetos artísticos y diferentes vistas arquitectónicas.

Liñares siempre se caracterizó por ser una casa hospitalaria. Entre las habitaciones de la planta noble del edificio se conservaban los significativos nombres de «hospedería grande» y «hospedería pequeña»; alusivos como su nombre indica a los aposentos para huéspedes. Este sentimiento de acogida se manifestaba al exterior del edificio mediante la glicina (Wisteria sinensis) planta trepadora que puede alcanzar de 9 a 15 m. de tamaño, muy vigorosa. De grandes y vistosos racimos colgantes floreados y delicada fragancia, que encierra el marcado simbolismo de dar la bienvenida al que llega. Solía ponerse a la entrada en portaladas o fachadas principales. La recuperación de la simbólica glicina creemos que se debiera considerar, por ser planta consustancial a esta casa «tan hospitalaria, tan patriarcal y tan distinguida» como fue calificada por Emilia Pardo Bazán. Un pequeño gesto de escaso coste, pero de óptima trascendencia estética y simbólica.

En la escalera interior de subida a la planta noble existía un pasamanos de madera adosado a los muros de la caja. De su presencia escribimos años atrás: «Hay datos de haber existido pasamanos corrido de madera adosado con separadores en todos los tramos de los muros que bordean la escalera. Conocida su existencia, y por razones de seguridad, debiera valorarse su reposición»; al tratarse de un edificio público, más proclive a accidentales caídas. Su uso estaba pensado para facilitar la subida a personas mayores y ofrecerles seguridad en la bajada. Más aun teniendo en cuenta que los peldaños están en notoria rampa, y tienen la contrahuella alta. Desconocemos su suerte.

Prosiguiendo con elementos del interior, trataremos de la importancia del maridaje de la cal con la piedra, con un ejemplo. «El acceso principal al salón se hace por una bella puerta de cuarterones, que tiene el vano moldurado en la cantería con acodos u orejeras característico del estilo barroco, sobre la que se emplaza un escudo de armas pétreo procedente del desaparecido pazo familiar de Brenzos». En esta clase de edificios lo ortodoxo era dejar los vanos de puertas y ventanas recercados de sillería en piedra vista, y los paños de muro adyacentes enlucidos y encalados, creando la conjunción del color blanco de las paredes y el natural de la piedra un inigualable y bello contraste y realce. Estos elementos citados, sumados a la madera y el hierro, estaban considerados «materiales nobles».

Volviendo al marco de la puerta del salón, el estilo elegante de su elaborada traza, con multiplicación de molduras y orejones en los ángulos, nos está indicando con el lenguaje de la piedra, que se trata de la puerta de la sala principal, es decir, el gran salón de honor de recepción y celebraciones. Su pureza de formas anticipa el refinamiento y lujo que guardaba la majestuosa estancia. Este mensaje en la actualidad pasa desapercibido. Como el escudo de armas sobre la puerta.