Cruces se rearma buscando fondos para que su Museo da Minería no agonice

P. V. LALÍN / LA VOZ

LALÍN

MIGUEL SOUTO

Incluye una partida en el presupuesto para poder cerrar alguna negociación que mantiene para traer dos colecciones

19 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Historia a grandes rasgos

La vieja idea del museo cristaliza con la restauración de espacios y con el nombramiento de Diego Casal como director (sin salario) hace seis años cumplidos el pasado día 11. Sin llegar a abrir, fueron gestionando fondos, fue reglamentándose su uso y hasta se fijó precio. Desencuentros de director y gobierno llevaron a la renuncia de Casal en septiembre del 2013. Devolvió colecciones justificándolo en que no podía asegurar su seguridad y cifró en un 80 % lo que se marchaba. A esos fondos hay que restar ahora la inminente salida de la colección del geólogo holandés Hilgen, la mitad de lo que quedaba.

¿Qué queda ahora en el museo de Fontao?

Poco material. Muchas vitrinas se quedas vacías con la retirada de la colección de Hilgen y en este momento además de algunas piezas aisladas, quedaría la colección de 200 piezas de una colección de Minas cedida por la Xunta en enero del 2013 con instrumenta de campo, instrumentos topográficos, medidores de oxígeno, material de oficina antigua y mobiliario de época. También quedan colecciones de fotos, de paneles explicativos, planos de construcción del poblado, ... Poco para un museo.

¿Funciona el museo?

No en el concepto puro de museo, pero sí es visitable. Una persona -con beca de la Diputación- se ocupa permanentemente de su atención y las visitas. Pero estas deben ser programadas con cita previa. Acudir sin cita no garantiza que la oficina situada en el Auditorio -viejo cine- esté activa en ese momento. Las visitas ven y reciben información del museo -en la antigua iglesia- y del resto de instalaciones recuperadas de uso social.

¿Qué hace el Concello?

No pone ninguna pega a la retirada de la colección Hilgen: «É de Lalín e poden retirala mañán mismo ou o día que queiran», dice el alcalde, Jesús Otero. Al tiempo agilizarán las gestiones que venían realizando hace meses en relación a dos colecciones. Una está en Galicia y otra fuera y de una se negocia compra o alquiler. No entra el regidor de momento en más detalles salvo en el esfuerzo municipal por conseguirlas y en que en esa línea en el próximo presupuesto va una partida destinada a conseguir fondos para el museo. El presupuesto quiere llevarlo el regidor a pleno la próxima semana. Aún tardará en ser operativo.

¿Sigue la negociación con la empresa minera?

No. Está totalmente estancada la relación en el Concello y en la Xunta. El objetivo era conseguir las instalaciones mineras pero la empresa siempre quiso vender todo. Se escapa al nivel negociador del Concello y también enfrió la negociación de la Xunta, que había retirado las concesiones pero la empresa había recurrido la decisión en el juzgado.

El Museo da Minería da Fontao nunca acabó de coger velocidad de cruceros. Arrancó con dificultad y se mantenía al ralentí. La inminente salida de la colección Hilgen vuelve a poner contra las cuerdas el proyecto. Desde el Concello, el gobierno de Jesús Otero trata de rearmarse para acabar con esta agonía.