Otero pide a Lalín mantener el legado de Hilgen unos meses más

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

CEDIDA

El edil de Turismo, Francisco Vilariño, pretende recuperarlo de forma inmediata

18 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de Vila de Cruces, Jesús Otero, explicó que recibió hace unos días la carta del Concello de Lalín por la que se le comunicaba la denuncia del convenio de cesión del legado del geólogo holandés Jan Dirk Hilgen, que ya expiró, y la decisión de la junta de gobierno de recuperar todo el material cedido en su día para llevar a cabo lo antes posible su puesta en valor. Otero indicó que «o prazo do convenio (que era por cinco años) si que venceu» y el lunes dijo habló con el alcalde de Lalín.

Señala que el legado «é deles e poden levalo cando queiran, faltaría máis» pero añade que le propuso al regidor, Rafael Cuíña, la posibilidad de que ambos concellos firmasen un nuevo convenio para prorrogar la estancia del legado en el Museo da Minería o, al menos, mantenerlo unos meses más.

En tratos con otras colecciones

Otero argumenta que no quiere que las estanterías del Museo se queden vacías afirma que el Concello tiene unas partidas disponibles para hacerse con otras colecciones.

En este caso señala que «estamos mirando unha colección en Asturias e outras en Galicia». En ambos casos se trata, dice, de colecciones de material histórico y antiguo, en algunos casos, relacionados con la minería y la industria de este sector.

Otero deja en manos del Concello de Lalín la decisión, indicando que Rafael Cuíña ya le dijo que este era un tema del concejal Francisco Vilariño.

La hoja de ruta del edil de Turismo no pasa por prolongar la estancia del legado en Vila de Cruces. Ayer Francisco Vilariño ratificaba lo que ya explicaban en la nota enviada por el Concello apuntando que la intención es recuperar de forma inmediata todo el material cedido en su día a Vila de Cruces de cara a poder iniciar cuanto antes los trabajos destinados a la puesta en valor del legado del geólogo holandés.

Vilariño insistía en que el Museo da Minería está actualmente cerrado. Solo se puede visitar previa solicitud de una cita y la intención del Concello de Lalín es colocarlo en un espacio como podría ser el Pazo de Liñares.

El alcalde de Vila de Cruces insiste en que por su parte «non hai ningún problema» y que harían la entrega cuando quiera el Concello de Lalín pero lamenta que «me vaian a quedar baleiras as estanterías unha tempada» mientras, dice, no fructcican los tratos y las negociaciones que tiene en marcha para poder hacerse con nuevas colecciones.

Indica que el Concello de Vila de Cruces tiene en estos momentos algunas visitas apalabradas para este mes y el que viene «e que teríamos que desapalabrar porque non tería sentido que viñeran e estiveran as salas baleiras».

Son visitas, dice, sobre todo de centros educativos y de alguna asociación de distintos puntos de Galicia que pidieron ver el museo.

Una labor de catalogación iniciada pero aún no conclusa

Uno de los objetivos de la cesión por cinco años del legado a Vila de Cruces había sido la posibilidad de que en Vila de Cruces y dentro de la actividad del Museo da Minería de Fontao se llevase a cabo una labor de catalogación de toda la documentación y de todos los objetos que forman parte de la colección.

Otero señala que «creo que está fotografiado, catalogado e enumerado» y que al menos parte del trabajo está hecho, aunque señala que «hai cousas que aínda están nas caixas».

Por su parte, Vilariño también se hace eco de la cantidad ingente de material y de las cajas y cajas que componen el legado del trabajo de este investigador enamorado de la Serra do Candán. De hecho, una vez el Concello de Lalín recupere todo ese material, el primer paso sería comprobar el estado de las piezas y que esté todo. Unas comprobaciones que, ya por si solas, requerirían un arduo trabajo. Hay que recordar que el Concello sí había hecho un inventario de todo lo que comprendía el legado, pero no una catalogación, que era lo que se buscaba con la cesión, por la posibilidad de que ese trabajo pudiera afrontarse con personal propio o becarios que trabajasen en el Museo cruceño.