Fue descubierto por José Manuel Otero, vecino de Meixome, y confirmado por la Escola de Conservación
28 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Ver un petroglifo dibujado en el granito no es fácil. La luz juega malas pasadas e impide observar a simple vista los relieves. Hace falta suerte, pasar en el momento justo, contar con las condiciones lumínicas adecuadas y, por supuesto, ser observador. Lo explicaba ayer Álvaro Arizaga, uno de los profesores de la Escola Superior de Conservación e Restauracións de Bens Culturais de Galicia que estos días desarrolla, junto con un grupo de alumnos del colectivo As Mouras y en colaboración con vecinos y las comunidades de montes de Meixome y Bermés, un proyecto arqueológico en el Monte do Carrio en Lalín.
Este ya dio sus primeros frutos con la confirmación de un nuevo conjunto de arte rupestre prehistórica, en concreto en la parroquia de Meixome. Fue descubierto por José Manuel Otero, miembro de la junta rectora de la comunidad de montes de Meixome. Arizaga explicaba ayer que este vecino lo descubrió paseando un día por el monte. Su existencia era, apunta, «algo sabido polos vecinos dende fai unhos meses, pero por fin agora se confirma». No fue fácil volver a encontrarlo. Orientarse en el monte para dar de nuevo con el punto exacto es complicado y aquí, señala este profesor, «os veciños levaban dous meses buscándoo» y por fin dieron con el de nievo. Apunta que «vese cando o sol está moi baixo e se reflexa nos relevos».
Está situado, añade «cerca do Campo da Guerra ou Pena Cantaraira, que se chama das dúas formas», nunha zona na que xa xente como Daniel González Alén comentará que había elementos sospeitosos», en este caso túmulos junto con otros restos prehistóricos. En una reunión de los miembros de la Escola con los vecinos, José Manuel Otero, les describió claramente la piedra y los círculos. Todo apuntaba a un petroglifo, pero había que confirmarlo, como se hizo finalmente. Los investigadores no descartan encontrar más ejemplos, una vez se lleve a cabo la prospección completa de la roca. Unas labores que incluirán su limpieza. El Concello de Llaín expresaba ayer su felicitación al equipo por el descubrimiento.
De momento lo que se ve, dice Aziaga, son una zona de petroglifos «moi pequeniña pero que parece que está moi ben conservado». Se trata de un pequeño grupo de diseños circulares concéntricos en el lugar conocido como Coto das Casiñas, en Meixome. En la zona existe una gran cantidad de piedras, de ahí que los investigadores esperen encontrar más vestigios. Está, indica entre los de Campo da Guerra y Fonte da Anella, ya conocidos.
Este nuevo hallazgo patrimonial será incluido en la visita nocturna guiada prevista para hoy a los dos citados anteriormente. Será un nuevo atractivo para una actividad que está despertando mucho interés y que ya sumaba ayer, al menos treinta personas anotadas. A los que vayan se les recomienda que lleven alguna prenda de abrigo porque de noche en el monte refresca, calzado cómodo y linternas para iluminar el camino. El punto de partida es el campo da festa de Bermés, a las 22.00 horas.
Se trata de un grupo de círculos concéntricos en un buen estado de conservación
Los investigadores creen que este Coto das Casiñas puede guardar más sorpresas
Un trabajo que se puede seguir en directo por las redes sociales
El trabajo de este equipo de restauración y conservación puede seguirse en directo a través de distintas redes sociales, incluido el Facebook Proxecto Monte do Carrio. Ayer se desarrolló una clase práctica de documentación de petroglifos y mañana sábado tendrá lugar, a las 19.00 horas, una charla y un debate sobre el patrimonio cultural. Para los que deseen asistir el punto de reunión será el campo da festa de Bermés, desde donde los participantes se desplazarán al lugar de las actividades. La de este año es segunda visita a O Carrio.