El Concello rechazó 12 facturas en menos de dos meses tras detectar errores

LALÍN

m. souto

La vigilancia de los servicios económicos de Lalín sobre cada documento que llega frenó todos esos pagos, hasta que las empresas las remitiesen de forma correcta

08 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La tramitación de una factura del Cocido do Orgullo presentada por la empresa Urdime al Concello de Lalín, que incluía en un importe total cercano a 21.120 euros un cargo de 600 euros por una actuación que no llegó a producirse, ha generado controversia entre gobierno y oposición popular sobre la gestión municipal. La concejala Celia Alonso asumió desde el primer momento que hubo un error al aprobarla sin detectar que el grupo Las Supremas no había actuado, validándola tal cual la remitió la empresa, que no había reparado tampoco en ese hecho. El PP cargó con dureza por la supuesta falta de rigor en el control del gasto del dinero de los lalinenses, sin dar credibilidad a la existencia de un error, y hablando del «chapucerismo xestor» del cuatripartito.

Un nivel de crítica que hizo saltar incluso a personal de los servicios de Intervención-Tesorería en las redes sociales, indicando a Crespo que sabe por sus 25 años de alcalde que nunca se tramitaron facturas falsas en el Concello de Lalín: ni antes con él, ni ahora con Rafael Cuíña, subrayando que si existe algún error se devuelven. Y hay datos que corroboran la vigilancia de los servicios económicos municipales para que todas las facturas tramitadas cumplan con todos los preceptos legales.

Cabe subrayar así que en menos de dos meses la concejalía de Hacienda devolvió a distintas empresas hasta doce facturas, presentadas a través de la plataforma digital Face, por disconformidad. La gran mayoría de ellas ?ocho? eran de una misma suministradora de energía: el 31 de enero la firma presentó cuatro facturas, por importe total de 1.042 euros. El 21 de febrero fueron rechazadas por no estar conformes con el contrato. De nuevo el 16 de febrero la misma firma emitió otras cuatro facturas, en este caso por 1.143 en conjunto. La concejalía de Hacienda las rechazó ocho días después porque debían ser incluidas en el contrato a partir del 1 de octubre del 2016.

Con el mismo rigor se trataron otras cuatro facturas: una firma de maquinaria presentaba el 15 de febrero una factura de 198 euros, rechazada seis días más tarde por no estar conforme con la razón social que se indicaba en la factura. A una empresa de mantenimiento de ascensores se le rechazaron 620 euros por haberse tramitado con anterioridad el mismo importe y concepto. A una firma lusa se le rechazó la factura de 20.172 euros por alquiler de una carpa por ser emitida antes de la finalización del contrato. Y otra suministradora de energía se rechazó el 10 de marzo el pago de 1.642 euros por haberse pagado el 3 de marzo del 2016.

Unos datos que muestran el control que los servicios económicos del Concello de Lalín efectúan antes de validar un pago. Eso sí, en los centenares de facturas que genera un ayuntamiento del volumen de Lalín, en alguna ocasión puede escaparse un error como sucedió en la factura del Cocido do Orgullo. Admitirlo, como hizo Celia Alonso, muestra una honestidad política que ya no se estila. Porque empecinarse en negar un error evidente y reconocido es tan poco apropiado como negar la posibilidad de que cualquiera puede cometer un fallo sin mala fe. Incluso en política.

La «suprema» batalla de los 600

En la interminable guerra gobierno de Lalín-PP, debiera estar llegando a su fin la dura batalla de los 600 ... euros de la no actuación de Las Supremas. Unos y otros continuaron ayer con acusaciones y reproches. El gobierno dijo que no tolera lecciones del PP de Lalín sobre gestión de dinero público, por considerarlo campeón del despilfarro en la crisis económica, «e moito menos cando utilizan como único argumento para as súas absurdas críticas unha factura de 600 euros que, como xa quedou claro, nunca se vai pagar». Recuerdan que dejaron 5,4 millones de deuda, que por el control del gobierno se reducirá en cerca de tres millones a final de año, deuda generada entre otras cuestiones por gastos como el Arena y el consistorio, que con 15 millones de coste superó un 33 % el presupuesto inicial. Enfrente sitúa la compra del párking Aldea Grande con un ahorro de 400.000 euros sobre lo que planteaba el PP, o la obtención de 5 millones del Edusi, que permitirán transformar Lalín en los próximos años. Plantean de nuevo si el PP tiene alguna animadversión o fobia contra el colectivo LGBTI.

Desde el PP dicen que no entrarán al trapo a estos ataques «ruíns e rastreiros sobre falsas fobias populares contra o colectivo LGTBI co que o goberno de Cuíña pretende tapar as irregularidades que cometeu neste tema», que alcanzan una gravedad importante y demuestran la ínfima capacidad de gestión del gobierno. Demandan explicaciones claras sobre la factura irregular que ya tenían tramitada, «e non facer oposición da oposición como acostuma». No participarán en una polémica que no aporta nada a ese colectivo y solo serviría al ejecutivo para tapar sus vergüenzas, valoran.

Eso sí, tras los ataques furibundos del ejecutivo los populares confirman ya que solicitarán la comparecencia de la concejala Celia Alonso en pleno, al pensar que esa actitud demuestra que «semella que teñen moito que esconder, e ponlles nerviosos que se fale das súas irregularidades coas facturas». Dicen que el PP no criticó el Cocido do Orgullo ?ni cualquier celebración que traiga gente a Lalín?, excepto que se gastó más de lo que el Concello destina a As Dores, «o que non parece de recibo e xerou múltiples críticas entre os veciños».

Dicen que el ejecutivo miente sobre el procedimiento administrativo, e igual que levantaron la factura «con conceptos falsos» una vez supieron por la prensa que cometían una «ilegalidade», también pudieron modificar el expediente de subvención previo.