Mabel Lozano presenta en Lalín su último filme sobre trata de blancas

irea carballo, j. b. LALÍN/ LA VOZ

LALÍN

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«Decir clientes es dignificar, lo que son es prostituyentes», aseguró la cineasta

15 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Yo soy de un pequeño pueblo de Toledo de unos 3.000 habitantes. Cuando era pequeña no había un solo colegio. Pero lo que sí había era un puticlub». Así daba comienzo la cineasta Mabel López a la charla ofrecida en la tercera jornada del curso de verano sobre igualdad en Lalín que daría paso a la proyección de su último documental. Se titula Chicas Nuevas 24 Horas, nominado a los Goya y a los Premios Platino. Se trata de un proyecto que entrelaza la vida de cuatro mujeres en situación de semiesclavitud con fines de explotación sexual.

Debido a problemas técnicos con la proyección de la película Mabel Lozano tuvo la oportunidad de explayarse un poco más sobre todo el imaginario que rodea el mundo de la trata de blancas. Y es que ha tenido la oportunidad de recoger cientos de testimonios de primera mano que denotan la crueldad extrema con la que tienen que lidiar más 4,5 millones de mujeres y niñas en todo el planeta. Se centró en la urgente necesidad de educar sobre el tema a la sociedad desde abajo. «Los chavales jóvenes son ventanas digitales y es ahí donde tenemos que empezar a educarlos», afirmó para añadir que «es por eso que el cine me parece la mejor herramienta, la más transformadora».

España es el tercer país del mundo en cuanto a consumidores de prostitución tras Tailandia y Puerto Rico. «Decir consumidor, o cliente es dignificar, lo que son es prostituyentes», dijo Mabel Lozano sobre el tercer negocio ilícito del mundo que más dinero mueve tras narcotráfico y armas. Y como todo negocio, explica, «se basa en la oferta y la demanda. Mientras siga habiendo demanda se seguirán captando niñas cada vez más y más jóvenes». Por lo tanto, además de «la responsabilidad que tienen los hombres como demandantes de prostitución», añadió, «también existe una necesidad por parte de las mujeres de educar y hablar más de ello. Todo maltratador tiene una madre.».

Aboga por la necesidad no solo de informar y sensibilizar sino de comprometerse a cambiar esta realidad en nuestro entorno más cercano. El documental recibió muy buenas críticas en varios festivales y será doblado en guaraní y quechua para cumplir precisamente esa labor educativa. En Paraguay ya ha sido declarado de interés nacional.

Hoy será la clausura del curso con otras tres conferencias

La última jornada comenzará a las 10.00 horas con una conferencia impartida por la doctora en Filosofía Carme Adán Villamarín, titulada Feminicidio: Unha categoría en construcción. La segunda charla será a las 12.00 y lleva el nombre de As mulleres tomamos as redes: O cazador cazado e outras experiencias, impartida por Alicia Murillo, artista multidisciplinar y activista feminista. Para la segunda sesión, a las 16.00 horas, está programada la última conferencia del curso, Coeducando que é xerundio, impartida por María Elena Simón Rodríguez, analista de Xénero, experta en Coeducación e Linguaxes para a Igualdade, conferenciante y escritora feminista. El acto de clausura comenzará a las 18.30 horas y serán entregados los diplomas a los participantes del curso de esta edición.

«No se ve porque no se quiere ver», dice López Freire sobre la explotación sexual

Silvia López Freire también participó en el curso lalinense para abordar la completa falta de conciencia y pensamiento crítico que rodea el mundo de la prostitución. A menudo se presuponen ciertas ideas sobre porqué una mujer decide escoger este trabajo, tales como «es el oficio más antiguo del mundo, es un mal necesario, es una buena manera de iniciarse sexualmente, a ellas les gusta, es un dinero fácil, es una labor social,...», enumera Silvia López. La realidad es que más de un 80 % de mujeres que se dedican a la prostitución son víctimas de trata de blanca.

La mayor parte de estos prejuicios vienen dados por la total falta de información que deviene del estigma social que rodea a estas mujeres. Habló sobre el rechazo masculino a reflexionar sobre tales cuestiones tabúes en nuestro entorno más cercano. «En nuestra sociedad toda la empatía va hacia el hombre y sus necesidades, vivimos una sexualidad coitocentrista que delega a la mujer a un mero objeto de deseo», añade e «irónicamente es precisamente esta idea coitocentrista la que lleva a la propia insatisfacción sexual masculina».

Señala además la falta total de voluntad por parte de las instituciones para ayudar a estas víctimas: «No es un desinterés malintencionado, sino que proviene de los propios prejuicios de las personas en autoridad para ayudar a estas mujeres», por otra parte, en muchos casos son los propios cuerpos policiales, los que son habituales de este tipo de servicios.

Tanto Ana de Miguel, la anterior conferenciante, como Silvia, hablaron de la relación de la prostitución con las ideas neoliberales que «reducen al ser humano a una mera mercancía». En este sentido defienden que la cosificación de la mujer es un pilar fundamental de este tipo de ideologías que se excusan en prejuicios como «ya hay igualdad en entre hombre y mujer» o «ellas pueden escoger lo que hacer con su cuerpo». Incluyó testimonios duros, junto con los de Mabel Lozano.