«Non hai pega que poñer». Así resumía el presidente de la Escudería Lalín-Deza, Antonio Rodríguez Troitiño, la décimo sexta edición del Rali do Cocido. Los organizadores se mostraban casi pletóricos por el transcurso de un rali en el que, al margen de lo deportivo, lo más destacado fue la falta de incidentes. Ya lo recordaba Troitiño el sábado por la noche cuando a eso de la una y media de la mañana se subía al palco para la entrega de trofeos: una sola neutralización para uno de los ralis más largos y complicados de todo el campeonato, y una afición de diez que da un paso más a la hora de atender las recomendaciones de la organización.
El confeti y los aplausos que acompañaron la entrega de trofeos del Rali do Cocido ponían el punto y final a una jornada de infarto en la que solo dos segundos separaban el triunfo de Alberto Meira, y el segundo puesto de Bamarti. El de A Estrada se quedaba con la cara de la moneda a la hora de valorar la competición: «O mellor foi a sensación de que o coche funciona e de que podemos estar diante». Y es que Bamarti demostró la competitividad de su 306 Maxi al firmar la mitad de los scrach de la jornada, y llegar a recortar a Meira 24 segundos en apenas dos tramos, y de noche. La lluvia que acompañó al piloto en las primeras pasadas de la tarde fueron las que le apartaron del triunfo, pero reconocía que «fixéronse tempos para gañar o rali; fixemos os tramos a tope para motivar á xente que nos segue e que nos está axudando; e agora é cando comeza para nós o campionato».
Los tiempos que marcaron los primeros clasificados fueron vertiginosos en una jornada de climatología cambiante y dureza extrema del trazado. Solo 63 de los 112 pilotos que tomaron la salida consiguieron concluir los más de cien kilómetros cronometrados, y los más de 300 de enlaces.
La respuesta del público
El público respondió de nuevo de forma masiva al llamamiento del Rali do Cocido, aunque desde la organización apuntaban que se había registrado un ligero descenso de seguidores respecto a la edición pasada, cuando se batieron todos los registros.
Desde Lalín-Deza se mostraban más que satisfechos por el gran comportamiento mostrado por la gran mayoría de los aficionados, que respetaron y atendieron las recomendaciones de seguridad de las fuerzas del orden, y también de los comisarios. En ese sentido, la colaboración que prestaron a la escudería asociaciones de vecinos, e incluso clubes de fútbol como el Gresande a la hora de vigilar los tramos, resultó fundamental. Queda ahora por delante la parte más desagradecida: la recogida y limpieza de todos los tramos, que se concluirá a lo largo de esta semana.
Quejas vecinales
Vecinos de Castro de Abaixo (Lalín) se quejaban ayer del mal estado en el que quedaron las pistas del lugar tras el paso del Rali, preguntándose cuándo se repararán los viales. Destacaban que no tenían nada en contra de la competición, y pedían celeridad a la hora de reparar las carreteras.