
Para comerse un cachopo o una buena fabada no hace falta salir de Galicia; en Portela hay un bar en el que uno se siente como en Oviedo
03 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Los miércoles es día de fabada en el Bar Portela, en la pequeña localidad de Portela de Lamas (Forcarei). No es una fabada cualquiera. Es una auténticamente asturiana. «Lo único gallego que tiene es el agua», explica la cocinera, María del Mar Ogando. María del Mar es vecina de O Regueiro, un pueblo ourensano próximo a Portela, pero sabe mucho de la gastronomía asturiana porque trabajó ocho años de cocinera en Oviedo y porque, además, acabó emparejándose con un asturiano de pura cepa.
La fabada del Bar Portela lleva fabes, chorizo, bacon, morcilla y lacón. Todo importado de la despensa tradicional asturiana y cocido durante cuatro horas. Ese es el secreto de un plato de cuchara que cada miércoles llena el comedor del Bar Portela.
Pero la fabada —que también se puede degustar por encargo, a partir de seis comensales— no es el único plato asturiano del negocio. Por encargo también se puede probar el pote asturiano y, en el menú, figuran a diario ingentes cachopos, chorizos a la sidra y el típico picadillo asturiano.
«Los cachopos son de 800 o 900 gramos y van rellenos de queso azul de Oviedo, de Cabrales o de Arzúa. Se puede elegir, según lo fuerte que te guste», cuenta María del Mar. Lo que es imprescindible es «comerlo suave». «Si intentas comerlo rápido, no llegas ni a la mitad», advierte la cocinera. Con calma, sin embargo, muchos clientes se lo terminan de una sentada.
El cachopo es, junto con la fabada, uno de los grandes reclamos del local. «Gusta mucho. Este sábado pasado salieron 48», comenta María del Mar, que lleva el negocio con el apoyo de su compañero y de su hija, Vanessa.
El negocio abrió sus puertas en octubre del 2021, tras una etapa en la que la pareja de hosteleros llevó las riendas de un negocio similar en O Carballiño que se llamaba Os Portales y que funcionaba muy bien. La pandemia y las diferencias sobre el alquiler obligaron a cerrar aquella etapa y, justo cuando la pareja se estaba planteando regresar a Asturias, un hermano de Mar les sugirió probar fortuna en el Bar Portela.
Ahora, la familia está encantada compaginando la cocina asturiana con la gallega. En la primera, pronto habrá innovaciones, ya que está prevista la introducción en la oferta de los callos asturianos, que «son diferentes a los gallegos porque no llevan nada de carne con hueso». «Es un plato que se puede comer todo con cuchara», explica la cocinera. Entre las especialidades gallegas, el cocido —que se hace por encargo— es una de las preferidas.
Pero eso no es todo. El Bar Portela también tiene un punto internacional. Antes de aterrizar en Asturias, María del Mar vivió durante 17 años en México. Quienes conocen su historia, de vez en cuando le hacen encargos especiales de recetas mexicanas. Según cuenta la leyenda, sus fajitas están a la altura de su fabada.