Las tiendas de las aldeas triunfan

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DOZÓN

Miguel Souto

El confinamiento convierte a estos comercios de proximidad en el mejor recurso para hacer la compra

06 abr 2020 . Actualizado a las 08:15 h.

A medida que pasan los días la preocupación de la ciudadanía por el coronavirus crece, y con ella la responsabilidad de no salir de casa más que lo imprescindible. Mientras que las calles se fueron vaciando, las tiendas delas aldeas fueron resurgiendo y sumando nueva clientela. Durante años las grandes superficies y los grandes supermercados de las villas les fueron comiendo el terreno y ahora los vecinos han descubierto de nuevo el valor de este comercio de proximidad, y la atención personalizada de los que son sus vecinos.

En Deza y Tabeirós muchos son veteranos establecimientos que resisten al paso del tiempo durante generaciones. En Comercial Cantón, en Dozón, Sonia Rodríguez atiende el negocio de sus padres que cumplieron 30 años al frente. Explica que «agora a xente ven máis, nótase un montón e a venta a domicilio subiu un 50 %». Sirven a todo el municipio de Dozón y llegan también a algunas parroquias próximas de Rodeiro o Lalín, incluida Catasós, de donde es su padre. El estado de alarma mantiene el bar y el despacho de loterías de la familia cerrado así que «menos mal que a tenda medra». Cobran con tarjeta e incluso de paso que se desplazan Sonia se ofrece a hacer algún recado de favor a algún vecino, como parar en algún estanco y llevarles el tabaco. En Merza, (Vila de Cruces) la veterana tienda de Santaló pasó en agosto a manos de una joven emprendedora, Leticia Tato, que la rebautizó como Léveda. La parroquia creció en número de habitantes porque una vez que Feijoo anunció el cierre de colegios hasta allí se fueron algunos miembros más de las familias que ya van habitualmente. Ahora hay más niños y de ahí que se haya incrementado la venta de fruta fresca y yogures. En Casa Porto, en la parroquia de Ouzande, en A Estrada, el súper recortó un poco su horario pero lo mantiene casi intacto. Los pedidos, al igual que el resto de los establecimientos de este tipo, crecieron exponencialmente y son más grandes. La fruta, en general, está teniendo una gran demanda. En Dozón cuentan que si antes los vecinos se llevaban uno o dos kilos de naranjas, por ejemplo, ahora se llevan una caja. Lo mismo ocurre con otras frutas.

En Comercial Alonso, de Laro, (Silleda) el negocio de distribución de bebidas pasa por horas bajas imitando su labor a servir a tiendas y poco más dado el cierre de bares y restaurantes.

En la tienda, en cambio, comenta Marisol Mosquera, se notó un aumento de ventas y pedidos, especialmente a personas mayores. Entre la clientela de los establecimientos rurales se encuentran muchos mayores que antes se acercaban a comprar y que ahora piden que les sirvan a domicilio. Las tiendas guardan escrupulosamente las medidas de seguridad y de higienización.

A la horade hacer la compra, el confinamiento ha hecho que las costumbres vayan cambiando un poco y que haya productos que están viviendo un bum como nunca. Ganan enteros, por ejemplo, los productos de limpieza. Especialmente la lejía que tiene limitada la venta a un determinado número de unidades en muchas tiendas, y junto a ella, toda la familia de limpiadores que cuentan en su composición con algún agente desinfectante.

También creció mucho, según a apuntan en estos pequeños establecimientos de la zona, la venta de detergente para la lavadora, en algunos casos de forma exagerada. Y es que se ve, que en el confinamiento lavamos más.

La cerveza es otro de los productos que tiene mucho tirón no sé si sabe si para ahogar las penas o para tomarse unas cañas como forma de darle alegría al cuerpo y compartirlas con los amigos, aunque sea de forma virtual a través del ordenador.

Con más tiempo en casa, el que más y el que menos hace sus pinitos en la cocina. De ahí que la venta de harinas y levadura haya llegado a su pico más alto en años. En alguna de estas tiendas comentaban que «véndese dun xeito esaxerado e como nunca». La explicación puede estar en las prácticas de repostería de muchos de los vecinos. En cuanto al período de compras, los clientes acuden, apuntan en algunos de estos establecimientos, mayoritariamente a lo largo de la mañana. Por las tardes, la actividad decae, y los vecinos generalmente se encierran en sus casas.