El sueño de un Safari Park que se esfumó en Galicia

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos A ESTRADA / LA VOZ

CERDEDO

Visita del empresario Antonio Ibáñez a los terrenos, acompañado del entonces alcalde de Forcarei, David Raposeiras
Visita del empresario Antonio Ibáñez a los terrenos, acompañado del entonces alcalde de Forcarei, David Raposeiras R. Leiro

Una empresa con parques de animales puso sus ojos en unos terrenos entre Forcarei y Cerdedo para construir uno en Galicia, pero el proyecto, que despertó muchas ilusiones, acabó quedando en nada

15 nov 2022 . Actualizado a las 08:44 h.

Todo empezó cuando el empresario Antonio Ibáñez puso sus ojos en unos terrenos en los límites municipales entre Forcarei y Cerdedo, a la altura de las parroquias de Ventoxo y Folgoso, respectivamente, como una zona idónea para la creación de un gran parque de animales en Galicia. El proyecto mantuvo expectantes a los vecinos de Terra de Montes durante varios años pero acabó por no hacerse realidad.

El 20 de noviembre de hace 22 años publicábamos en estas páginas que la empresa de los Safari Park reanudaba en Forcarei su proyecto gallego. En aquel entonces, el empresario, que ya tenía un Safari Park en Madrid y otro en Elche, acababa de inaugurar uno en Sevilla.

No era la primera vez que Ibáñez pensaba en estas tierras de la comarca de Terra de Montes para su proyecto. Lo había hecho ya dos años atrás en una visita al municipio de Forcarei, en la que descubrió esta amplia superficie limítrofe con Cerdedo. En aquella ocasión ya sugirió a las autoridades municipales que realizasen gestiones previas buscando un mínimo de 200.000 hectáreas, pero también la posibilidad de contar con apoyos y ayudas oficiales.

Hubo tres comunidades de montes que respondieron a la llamada del empresario y ofrecieron tierras, aunque una superficie menor a la solicitada. La empresa llegó por aquel entonces a remitir un borrador de convenio con el alquiler de los terrenos a 50 años, pero poco después consideró prioritario el parque de Sevilla y eso acarreó que se paralizaron los contactos que se retomarían en el año 2000.

Ibáñez regresó a Forcarei y ampliaba la petición a cerca de millón y medio de metros cuadrados. La inversión inicial también se incrementaba y se cifraba entre 2.500 y 3.000 millones de las antiguas pesetas (entre 15 y 18 millones de euros).

El empresario proyectaba ya más que un parque, una reserva de animales al estilo del de Cabárceno, en Santander. Buscaba un bajo alquiler por los terrenos ofreciendo a cambio prioridad a los comuneros para emplearse en el recinto, que necesitaría, calculaba, medio centenar de trabajadores. Ibáñez consideraba también que podría recibir ayudas para el cierre de la zona, los accesos, la dotación de servicios y la mejora de las infraestructuras en la zona.

Los alcaldes de Forcarei y Cerdedo de aquel entonces, David Raposeiras y Jorge Caramés, se reunieron de inmediato con Manuel Fraga en Santiago. Allí estuvo también Ibáñez y en este encuentro le presentaron la iniciativa.

El entonces presidente de la Xunta se interesó por la iniciativa, prometiendo todo su apoyo y el de las correspondientes consellerías, pero les dijo que antes quería conocer el proyecto en cuanto estuviese elaborado.

En esta visita volvió a la parrilla de salida la propuesta de 133 hectáreas de montes vecinales de las comunidades de montes de Ventoxo, Outeiro-Quintas y Cobas, las dos últimas de Cerdedo. Se sentaron las bases para la posible firma de un convenio de cesión de esos terrenos y parecía que la cosa iba encarrilada. A finales de enero del 2001, la firma estradense Turnauga anunciaba la creación en Ventoxo de un parque de aventuras vinculado al Safari Park. La firma estradense cambiaba así la ubicación de una reserva natural que proyectaba en la zona de A Freixeira a la vista de la apuesta de Ibáñez por el parque de animales.

Publicación de La Voz de Galicia del 20 de noviembre del 2000
Publicación de La Voz de Galicia del 20 de noviembre del 2000

Pese a las buenas perspectivas, el 1 de marzo del 2001 la cesión de los terrenos seguía «congelada». El dinero ofertado para unos era suficiente y para otros escaso y querían pedir más. Una de esas ofertas era el pago de 16.000 pesetas por hectárea al año dejando a los comuneros el derecho a cortar los árboles y venderlos.

La indecisión de los comuneros de Outeiro-Quintá, en Cerdedo continuó frenando el proyecto. Forcarei se ofrecía a mediar en el asunto después de que los promotores hablarán de que si Cerdedo no cedía sus terrenos, la actuación resultaría más cara y el Safari Park perdería valor. El tiempo pasaba y el 24 de abril de ese año el periódico recogía las declaraciones de los comuneros de Cerdedo que decían que nadie les había hablado en serio del Safari Park. En mayo ardían casi 30 hectáreas de monte en Ventoxo cedidas para el futuro parque de animales y unos días después los vecinos creían que el incendio ahuyentaría a los promotores. David Raposeiras consideraba que «non é bo síntoma». En marzo del 2002 la cosa seguía parada. Ante los problemas con los terrenos, Forcarei sugirió Soutelo como ubicación pero el Concello en esa fecha aún no negociara la cesión de las parcelas necesarias. En el 2005 volvería el empresario para hablar de una celulosa en Cerdedo, pero al final, ni lo uno ni lo otro.