
La exposición benéfica organizada por el joven de A Estrada, que padeció un osteosarcoma, atrajo muchos compradores y el dinero fue para Asanog
18 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Una treintena de sus dibujos los conservaba en su casa, aquellos que no llegó a regalar cuando el lápiz, los rotuladores y el papel se convirtieron en su terapia para sus largas estancias en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Supusieron, junto a la música, su refugio tras ser diagnosticado de un osteosarcoma en el fémur izquierdo. Suso Pardal, joven de 14 años de A Estrada que cursa estudios en el instituto Número 1, quiso devolver de algún modo el apoyo recibido desde la Asociación de Niños Oncológicos de Galicia (Asanog), que le animaron con ganas a dibujar e incluso le regalaron material. Y se lo devolvió con una exposición benéfica donde esas obras pudieron ser admiradas y adquiridas para recaudar fondos destinados a la entidad.
El pasado fin de semana el Café Bar Casa Penas de Pontevea acogía esa muestra bautizada como Un debuxo. Unha ilusión. Resultó todo un éxito por las obras que encontraron comprador, transformadas en recursos económicos siempre necesarios y con un destino tan solidario como apoyar a esa asociación. Y no faltó alguna que otra sorpresa, ya que el presentador del acto, el artista compostelano con muchos vínculos estradenses, Cándido Pazo, también aportó su granito de arena con alguna ilustración para engrosar la exposición benéfica.
Decenas de personas se acercaron a ver la muestra de los dibujos de Suso Pardal, inspirados en sus propias aficiones, desde coches a personajes de dibujos animados o un lobo aullando a la luna. Algunos convertidos en un estallido de colores, otros con el somero trazo del negro sobre blanco, pero todos demostrando la buena mano de este menor estradense que afrontó con entereza el difícil trance de pasar por ingresos, tratamientos o visitas al quirófano, sin olvidar las sesiones de quimioterapia para vencer a su enfermedad.
Muchas personas podrán lucir en sus casas los dibujos de Suso, como los otros compañeros del Clínico que compartieron con él horas y horas de estancia en el Aula Hospitalaria o en sus habitaciones. Porque casi todos se llevaron alguna de sus obras, en especial los más pequeños. Y Asanog recibió unos fondos que han agradecido a través de las redes sociales, destacando el éxito de la muestra y la colaboración activa siempre del joven estradense, a quien también le gusta la música además de la pintura. Pero Suso también quiso que su arte pasase a formar parte del patrimonio del instituto Número 1 donde cursa estudios, donando dos de sus creaciones. Otro gesto que honra a este alumno que, culminado ya su tratamiento, vuelve a montar en bici mientras sueña con cursar el ciclo medio de Mecánica o competir en ralis. Y ayer se estrenaba con su clarinete en un concierto de la Banda Municipal de A Estrada.